LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Monday, January 15, 2007

COCKTAIL DE MUJERES FANTASMA (en envase de película)


TOP TEN

DIEZ.- Naomi Watts en Mulholland Drive, de David Lynch, 2001.
Lon Chaney, David Bowie, Naomi Watts. Pensarán que estoy loco pero creo lícito afirmar que Naomi tiene tantos rostros excitantes, ángulos inéditos, matices delicados y momentos inolvidables, experimentando, casi inadvertidamente tal número de transformaciones, de lujuriosa multiplicidad de veras única, que en este papel irrepetible, tatuado en la memoria, es la heroína posmoderna, la víctima dark y naïve que nuestros sueños, que gustan ser precisos, andaban buscando. Su actuación es la de un camaleón en un laberinto, saltando de repente al otro lado del espejo. Los sueños más blancos provocan pesadillas horribles que sólo cesarán pistola en boca, como si fuera una flor con abejas de metal o una pastilla que se dispara. Mulholland Drive es un film brillante y sombrío sobre la muerte de los sueños. Naomi sufre, se divierte, llora, sueña, se enternece y se excita, goza, tiembla, ama y odia a muerte, como ninguna. David Lynch siempre será demasiado para Hollywood. La fábrica de sueños, en su mediocridad fastuosa, raramente tolera exploradores tan radicales y consecuentes.


NUEVE.- Mia Kirshner en Exotica, de Atom Egoyan, 1994.
No tocar. La fuerza alucinógena y ritual de un travelling, lento y largo se apodera de nosotros. Impregnada de reminisencias paladeables a lo Lolita, refleja, en fragmentos sobre un vacío abierto a la incertidumbre y en apariencia (sólo en apariencia) desordenados, que interactúan con el subconsciente, una historia sumergida que se revela insinuándose, que se penetra bordeando, que se ilumina como un cuerpo desnudo en la sombra. Una historia es, tal vez no más (sobre todo ésta) que un mosaico de pequeñas sensaciones impalpables en el océano (siempre y nunca el mismo) de la mente y su misteriosa vida en movimiento. Ella, disfrazada de colegiala, absorta, en el goce de sí, entrega su doble, su sola imagen a los soñadores inmóviles, contando con su cuerpo para contar una historia, o para ser pantalla viviente en la que se proyectan edificios de fantasía. El hombre que va a verla, que ve lo que sólo él ve, es la otra mitad de esa historia. La regla dorada (como un pez) del Club Exótica reza que ningún cliente puede tocar ninguna parte de los cuerpos de las bailarinas, presencias voluptuosamente curativas en la atmósfera fantasma. Violar, con extrañeza, con indecisión, dicha regla, precipitará el dominó del drama. La memoria posee la arquitectura más laberíntica, elusiva, imprevisible y exótica. Egoyan, cómo no, disgusta a los que saben poco o nada de las posibilidades reales del cine. Un arte escandalosamente joven, apenas si explorado.


OCHO.- Emmanuelle Béart en Un coeur en hîver, Un corazón en invierno, 1992, y Nelly et M. Arnaud, El placer de estar contigo, 1995, de Claude Sautet).
Cuerpo de mujer, rostro de niña. Emmanuelle es tan linda, tan linda, tan linda, que a veces duele mirarla. No es linda, por favor, en un sentido corriente y fácil, sino en el más puro y angelical, que tu alma ensuciable y sucia y ensuciada y ensuciadora sólo comprenderá (tal vez) en cuanto la hayas visto así, con un aire sincero y desarmante de inocencia, con su gesto de boca infantilmente carnosa en forma de corazón y asombrados y asombrosos ojos enormes tan dulces, tan transparentes, que quiebran cualquier intento de ironía. Transmite una sensación de integridad, tan cierta, tan fuerte como su belleza, que transporta. El alimento corporal más elevado, carne celeste, para las fantasías más inconfesables, no tanto por pervertidas, sino por indeciblemente hermosas, por increíblemente delicadas. Sautet hace que broten orquídeas del páramo cotidiano. Con su estilo invisible es capaz de, en una mirada, verlo todo. El amor recién nacido no sabe pronunciar su nombre. El director ausculta gestos mínimos, que significan a menudo demasiado, pero que abandonan rápidamente la superficie. El drama de lo no-dicho, tan parecido a la vida. La frustración y la incomunicación convertidas en conocimiento infinitamente compasivo del alma humana, en poesía.


SIETE.- Sean Young en Blade Runner, de Ridley Scott, 1982.
Se trata de un nuevo modelo, de lo más avanzado, lo último, lo más reciente, vanguardista y audaz. La tecnología es un helado con sabor a Dios. Le hicieron creer que era humana. No lo es, pero vaya si lo parece; hola, bella androide. Sus recuerdos no son suyos: le fueron implantados. Todo falso, nada real, excepto una lágrima al descubrir la verdad. ¿Puede un robot ser humano? ¿Puede un humano ser robot? Si alguien lo sabe, que me lo diga. Tal vez los robots nos sobrevivan y sean más humanos que nosotros. Cuando la ciencia ficción llega más lejos, sólo unos pocos años luz por delante del realismo standard.


SEIS Y CINCO.- Carole Bouquet y Angela Molina en Cet obscur objet du désir, Ese oscuro objeto del deseo, de Luis Buñuel, 1977.
Algunos sí que se despiden bien. Surrealista, soleada, socarrona y triunfal, de lo más juvenil, la última película de Buñuel se pasea con sabio impudor por los meandros de los mitos de la mujer-objeto y del ángel-puta, exponiéndolos con la irrefrenable exactitud de una radiografía, además del gesto atlético y soberbio de esquizofrenia narrativa, estampado en dos actrices muy distintas encarnando un único papel. Hazaña perturbadora, lograda limpiamente. Dos o doscientas no importan, jamás sabremos, de todas formas, quiénes son ellas. Difícil olvidar a Fernando Rey lloriqueando como un niño chiquito al no poder desamarrar el cinturón de castidad de yute que lo priva de "hundir el bastón de jade en el valle de oro". Fuerza, Caballeros. Nuestro sexo era el débil.


CUATRO.- La Muñeca en Grandeur Nature, Tamaño Natural, de Luis G. Berlanga, 1976.
Un hombre va al aeropuerto. Recoge una caja. Es una muñeca. Vivirá un romance con ella. Es la mujer perfecta. No come. No habla. Qué envidia. Ve cintas pornos con ella, se baña con ella, hace el amor con ella... y hasta se casa con ella. Desopilante y melancólica escena final, cuando él provoca un accidente de auto, en donde ella "muere". Sí. Lo engañaba. No es posible, ya no se puede confiar ni siquiera en las muñecas. La única película francesa de Berlanga es la que más me gusta de las suyas, por su elegante desenvoltura, su finura escabrosa y su sátira feroz. Conduce el chiste hasta límites salvajes con pulso relajado y seguro. Espero que a mí me vaya mejor que a Michel Picolli. Deséenme suerte; también yo acabo de encargar mi muñeca.


TRES.- Natalia Bondarchuk en Solaris, de Andrei Tarkovski, 1972.
Un océano pensante puede materializar los más profundos deseos. La mujer muerta de Kelvin de pronto aparece, acostada en la cama, al parecer, viva. Al ser y no ser, al no estar ni viva ni lo contrario, y al no poder soportar esta situación, al descubrirlo más tarde, se suicida. Pero es un hermoso pensamiento corpóreo (o tal vez sea más que eso), no puede morir. Resucita entre convulsiones en largos planos extraños que se sostienen sin cortes. Kelvin (no es el único), la prefiere a ella más que a todas las verdades científicas. En Tarkovski, el cine, si es algo, tiene que ser una aventura metafísica. El hombre busca su esencia, su espíritu, desesperado y solitario en medio de un mundo brutal y ajeno.


DOS.- Kim Novak en Vertigo, de Alfred Hitchcock, 1958.
Tengo miedo de caer. Como ese genio inmortal llamado Stendhal, Hitch era un caballero romántico que el azar enmarcó en cuerpo de cerdito. Aquí se quita la coraza. Por completo. La fantasía gótica parte de la pesquisa detectivesca para jugar primero a la explicación sobrenatural, y luego, a la simple vulgaridad del crimen. No faltan los siempre hábiles toques de humor y de ironía, seguramente para poder respirar mejor entre fantasmas. La colorida fotografía enriquece decisivamente una historia abismal y necrófila. Los rasgos físicos de Kim Novak son a la vez vulgares y sublimes. Eso es peligroso porque puede hacerla doblemente irresistible. Aunque tiene corazón, carece de identidad. Es el hueco en el centro del espiral. Por eso, verla morir, es despertar.


UNO.- Marlene Dietrich en Die Blaue Engel, El Ángel Azul, de Josef Von Sternberg, 1930.
Diosa corruptora, vaciadero de culpas, caja de Pandora, con las piernas abiertas o entreabriéndose. No sé ni me importa si el abismo nazi equivale en alguna curva o turgencia a las piernas de leyenda de Lola-Lola. El escenario. Un Berlín demasiado alegre. La situación. Por defender a sus alumnos de un peligro moral, el digno y severo profesor acude a increpar a la heterodoxa educadora de cabaret sus métodos de "enseñanza". Ella, con su indiferencia de gato lamiéndose desarmará al docente convirtiéndolo en alumno; y qué maestra: le dará una lección de vida (de muerte) que tomará la forma final de matrimonio con cuernos y un payaso asesino chillando kikirikí. Porque ud. lo ha pedido, profe. Película barroca y viscosa en los albores del cine sonoro, fue leída muy mal por críticos de todos los pelajes. Porque el caos habita tanto el alma de los reprimidos como de los promiscuos. Oh, Marlene, qué hubiera sido de mi infancia sin tus piernas. Por eso y por otras cosas bendigo a mi vieja tele en blanco y negro.

(Mario Castro Cobos)

19 Comments:

  • At 1:50 AM, Anonymous Anonymous said…

    y dónde está melania!!!!

     
  • At 11:00 AM, Anonymous Anonymous said…

    Dónde está Rita Hayworth en "Gilda" y su guante? Cybill Shepherd como Daisy en la bruma de "Taxi driver"? Julianne Moore como Sarah en "The End of the Affair" de Frears? Scarlet Johhanson en "Match Point"? Todo esto es subjetivo, lo comprendo. Concuerdo con la mayoría de las que nombras, por supuesto, pero siguen saliendo nombres... A propósito, aplaudo a Sean Young en "Blade Runner"... pobre chica, pensar que luego cayó a cosas tan bajas como "Ace Ventura" con Jim Carrey.
    Saludos (para que vean que estoy leyendo el blog),
    Fernando RM.

     
  • At 12:28 PM, Anonymous Anonymous said…

    chistina ricci bailando tap en bufalo 66, marie en la infancia de ivan.

     
  • At 1:16 PM, Anonymous Anonymous said…

    Margarita Terekhova en El espejo?, vamos quién puede no reaccionar con su gesto frente a la pregunta del sexo de su futuro hijo mientras suena la pasión de Juana de Arco? Hay q ser de madera para tamaña exclusión.

     
  • At 1:58 PM, Anonymous Anonymous said…

    Sí, Padre. He pecado.

     
  • At 2:02 PM, Anonymous Anonymous said…

    y dónde está melania!!!

     
  • At 3:47 PM, Anonymous Anonymous said…

    Otra: Nicole Kidman bailando "Sweet Home Alabama" en "Todo por un sueño", iluminada por los faros del carro, mientras Joaquin Phoenix la contempla con ojos de éxtasis.

     
  • At 9:56 AM, Anonymous Anonymous said…

    ya pues, mario. sigues hablando de calatas y vedettes, todo para que no te sigan jodiendo de cabro.

     
  • At 1:13 PM, Anonymous Anonymous said…

    ¿Y María Falconetti en La pasión de Juana de Arco? ¿Y Anna Karina, por lo menos, en Pierrot el loco? ¿Y Anne Wiazemsky en Al azar Balthazar de Robert Bresson? ¿Y Nadine Nortier en Mouchette? ¿Y Uma Thurman en Pulp Fiction? ¿Y Gena Rowlands, mínimo, en Opening Night? ¿E Isabelle Adjani en El Inquilino de Polanski, o en Posesión de Zulawsky? ¿Y Louise Brooks, en Lulú o La caja de Pandora de Wilhelm Pabst? ¿Y Nicole Kidman en Eyes wide shut o en Dogville? ¿y Julie Delpy en Blanco o en las de Linklater? ¿Y las siamesas en Freaks? ¿Y Andrea Schober en Ruleta china de Fassbinder? ¿Y Bibi Andersson en Fresas salvajes? ¿E Ingrid Thulin en El rito? ¿Y Liv Ullmann en Persona? ¿Y Brigitte Bardot en Y Dios creó a la mujer? ¿Y Natalie Wood en Splendor in the grass? ¿Y Catherine Denueve en Bella de día, Tristana o La sirena del Mississipi? ¿Y Linda Lovelace en Deep throat? ¿Y Béatrice Dalle en Betty Blue? ¿Y Vivien Leigh en Gone with the wind? ¿Y Miss Piggy en las películas de los Muppets? ¿Y la ratona Bianca? ¿Y Audrey Hepburn? ¿Y Carole Lombard? ¿Y Gong Li? ¿Y Sandrine Bonnaire?
    ¿Y Linda Blair, y Mia Farrow, y Britney Spears?

     
  • At 1:50 PM, Anonymous Anonymous said…

    ya pues, balán. no intentes ser tan perspicaz como tu nick, que casi lo logras.
    mira, que te tengo fe. tú puedes mucho más que eso.

     
  • At 10:14 PM, Anonymous Anonymous said…

    Mario , eres una maravilla!!!!

     
  • At 5:04 PM, Anonymous Anonymous said…

    este enrique vivar es rosquete no?
    "mario eres una maravilla"?
    SAOOOOO!!!
    la vida en rosa...vivar - "el chico maravilla"

    gente del blog no censuren, sólo que ya es muy payaso este señor.

    maravilla, maravilloso

    pludo,pludo,plim plam, pludo!

     
  • At 11:48 PM, Blogger Fabricio Rebatta said…

    ... y Natassia Kinski en "Así como eres" ... y en cualquier película

     
  • At 6:21 AM, Anonymous Anonymous said…

    si le tienes tanto miedo al rosado, querido, cómprate un preservativo para leer este blog. no vaya a ser que dé sida al leerlo. pof-pof.

     
  • At 12:17 PM, Anonymous Anonymous said…

    Siguen maleandose con el buen marito que lo único que quiere es expresarse mediante su blog. Ya aburranse!!!!!
    Falta Cameron Diaz en Loco por Mary. Que buena película, csm, como me he cagado de la risa!!!!

     
  • At 4:23 PM, Anonymous Anonymous said…

    Creo que hay que empezar a pasar Flaming Creatures en los colegios, así nos divertiriamos todos mas, y desde chiquitos. God Bless Jack Smith!

     
  • At 7:36 AM, Anonymous Anonymous said…

    y con un perro andaluz y la edad de oro en coles católicos (después de la clase de lógica)

     
  • At 10:19 PM, Anonymous Anonymous said…

    no te olvides de garganta profunda después de las clases de religión, campanitaaaaaas

     
  • At 10:31 PM, Anonymous Anonymous said…

    Linda Lovelace, uhmm... artista total y comprometida con lo suyo, algo habria que aprender de aquella diosa del sexo y de su glosa prodigiosa. Más útil que el catecismo de domingos. No olvidar otras divas setenteras como Sylvia Krystel. Qué piernas, qué mirada!

     

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