LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Tuesday, January 15, 2008

TONY TAKITANI, DE JUN ICHIKAWA (Y ALGUNOS PREJUICIOS)

Según nos cuenta Armando Sakihara, esta película de 2004 y de solo 76 minutos, fue estrenada en Japón en 2005, pero él la pudo ver recién al final de 2007, en un cine-club. Primero, el trailer británico, y después, el texto desprejuiciado. Qué ganas de ver una película así. (MC).

Antes de ver Tony Takitani me había enterado de que el director Jun Ichikawa venía de la publicidad y de que había filmado la película codo a codo con el top fotógrafo japonés Taishi Hirokawa. De que la música corría por cuenta de Sakamoto y de que estaba basada en un cuento de Haruki Murakami, no publicado en ninguna de sus compilaciones.
La vi habiéndola ya prejuzgado categóricamente, porque así somos.... ¿o no? Los primeros minutos del film, una sucesión de fotografías en blanco y negro, seguida de escenas-postales empezaban a darme la razón. Estoy ante un Adrian Lyne versión zen, me decía.
Si había algo interesante en todo aquello era ciertamente la narración en off.
De repente, en algún momento del film, entre la introducción y una escena de la adolescencia del protagonista, sin apenas notarse, sin siquiera sentirlo, todo empezó a verse auténtico. La impecable fotografía, la asepsia en la imagen, la simetría en los encuadres, la economía en el relato. Todo empezaba a tener sentido, y descubrí una película bella.
Bajo una nueva luz el cuento de Murakami sobre un hombre solitario, introvertido, ilustrador técnico, -todo por pura convicción- encajaba perfectamente con lo que veía en la pantalla.
Bajo esa misma luz, la llegada de una mujer a su vida y su posterior vida marital exhibían un fascinante brillo. Aquel brillo de los comerciales de productos de diseño, con parejas de diseño y sonrisas de diseño. Todo aquello también estaba ahí, sostenido por una de esas historias que Murakami cuenta tan bien. Historias sobre soledades y desasosiego, megaciudades y microcosmos.
Todo brillaba ahí, con sofisticada opacidad y en tono tenue, de colores apenas distinguibles y de un piano sempiterno apenas diferenciable de un susurro, el viento o algún latido.
Tony Takitani a pesar de no comprender esa obsesión de su mujer por la ropa la ama y la necesita para tener un orden en su vida. Ella a pesar de comprender que no necesita toda esa ropa no puede controlar su deseo compulsivo por seguir comprándola.
La película tiene su punto de quiebre en una escena con la señora Takitani en su auto, llevando su angustia, ansiedad e inseguridad a cuestas y una vuelta en U llevándose su futuro.
La escena está coronada por una toma cenital del capot del auto, minimalista en la forma, minimalista en el fondo. Soberbia. El comercial de automóvil jamás soñado.
En su época, Flashdance de Adrian Lyne fue considerada el video-clip más largo de la historia. En su época dicha frase tenía connotación sarcástica y minimizante. Flashdance es hoy un film de culto.
No sé si Tony Takitani llegará a serlo algún día. Sí sé que es el más bello comercial que se haya hecho para un cuento. Y si cabe, un bello film.
Lo dice alguien que se enamoró de la TV y del video-clip antes que del cine.

Armando Sakihara


LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

3 Comments:

  • At 10:29 AM, Anonymous Anonymous said…

    No se ve nada!!!

     
  • At 3:36 AM, Anonymous Anonymous said…

    Si en Japón ya es difícil verla, me imagino que en Perú será imposible!!!

     
  • At 12:43 PM, Anonymous Anonymous said…

    Profundizad por los abismos de internet, ahí os está esperando Tony Takitani.

    Patronímico S.

     

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