LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Wednesday, April 18, 2007

"LITTLE MISS SUNSHINE": EL BAILE QUE NO EXCITA

Escena del baile en la película.

Little Miss Sunshine (2006)

de Jonathan Dayton y Valerie Faris

No es el camino amarillo por el que va Dorothy sino el pequeño bus del mismo color el que llevará a Olive & Familia (más o menos tan averiada la familia como el mini bus, qué haremos) rumbo a esa voluntad y deseo y obsesión y necesidad perentoria de ganar, lo que te hará sentir que sí, que después de todo sí, créelo; existes. Triunfar como “la” solución, para evitar la disolución (sino vean a varios de los otros personajes).

Pequeña, inocente y adorable, tanto o casi tanto como la pequeña Abigail Breslin, Little Miss Sunshine nos enamora con su pequeña historia (todo es pequeño aquí) de “todo por un sueño”, “cree en ti” y “lucha por lo que amas”. Ya lo sé: la fluida sencillez no basta. La simpatía con unas cuantas gotas ácidas, en el fondo, no convence. Está bien y a la vez algo falta.

Uno sospecha que la película funciona en la medida en que no tiene una gran ambición. ¡Qué triunfo! (Y no me refiero al equívoco de Sundance). Una pregunta inevitable cansa. ¿Película Independiente? O mejor: ¿qué pequeñez es la independencia, si la independencia no es más que esto? Las películas de Todd Solondz, de honestidad negra, frontales y cortantes, y mostradoras incorruptibles de lo verdaderamente corrupto, merecen muchísimo más esa calificación.

No quiero decir tampoco que los directores de video clips no hagan nunca películas “malditas”, aunque casi lo digo. Diabólica y manoseada dicotomía ganadores/perdedores en la trama, que se diluye ante la posibilidad cierta de quererse de estos seres que no encajan (y que no encajen es bonito).

Hay un amor, de parte de los directores, para con sus personajes, que aunque escapan por un pelo de ser un ramillete de clichés bien distribuido, hacen que la ficción funcione, por lo menos para mí. ¿Que la crítica a la familia pudo ser menos tibia y maniquea? ¿Que la independencia se ha convertido en una etiqueta cada vez más inflada y vacía? ¿Y además, que los “perdedores”, oh maravilla, también sean humanos, es una buena y sólida “moraleja”?

Pero el amarillo no es el color de la derrota. Little Miss Sunshine (cuidado, aquí viene) no teme hablarnos de los viejos valores, de aquellos que nos posibilitarán sobrevivir en tiempos escépticos. Dos personajes, uno devoto de Proust, y el otro de Nietzsche, dialogan hacia el final, dándonos el pequeño mensaje que se supone los directores nos querían transmitir. No lo rechazo, pero no me pidan que delire.

Las otras niñas, en la secuencia del concurso, aparecen convenientemente repugnantes, de una manera forzada (parecen de veras mujeres enanas) y en la frontera de lo realista pese a que la distorsión se entiende, se quería enfatizar y elevar a símbolo su espantosa falsedad. Y Olive, haciendo su número (que viva el abuelo) como una gloriosa little bitch, se gana oportunamente el corazón de la audiencia. El resto de la family también baila. Y se salvan de la cárcel. Momento cumbre, pequeña sorpresa y revelación, resolución deliciosa y sin duda plena de energía, aunque no de sutileza.

Mario Castro Cobos

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5 Comments:

  • At 11:53 AM, Blogger cesar said…

    el final de esa película es, me parece, su parte más bella: yo al menos encuentro en eso de celebrar en grupo hechos sencillos (tener piernas, tener oídos) algo conmovedor. la película es imperfecta, sí, pero es honesta, y eso es algo que escasea mucho en el cine. no comparto el aprecio por todd solondz, sin embargo: ¿por qué la etiqueta de independiente le viene mejor a él que a los directores de esta película? bacán el blog, por cierto. qué bueno que estén hablando nuevamente de cine.

     
  • At 2:07 PM, Anonymous Anonymous said…

    Solondz es apreciable entre otras razones por su fino ojo para con lo "despreciable" de nuestra especie: ni modo.

    Little Miss Sunshine asume más encantos que riesgos. O se pierde los no pocos encantos del riesgo. Sin duda, la honestidad es necesaria para seguir respirando y eso se respira en la película. No lo niego.

    ¿Rigor es la palabra? La otra posibilidad para Solondz era dirigir La venganza de los nerds pero se le adelantaron.

    Complicado. Si te digo que LMS está hecha para gustar tú me dirás que las películas de Solondz están ahí para justo lo contrario. La parte fea de la crítica es señalar limitaciones: a esta película le faltan piernas, brazos, etc.

    Limpiándose el cerebro de los altavoces de la publicidad y los premios, LMS es, repito, una película pequeña y adorable. Pero, sin negar sus buenas cualidades, no creo que sea mucho más que eso.

    Y cómo no: la secuencia del baile es el corazón de la película.

     
  • At 5:04 PM, Anonymous Anonymous said…

    ¿Entre la salvajada de Borat y la no tan escondida dulzura de Little Miss, con cuál se quedan?

     
  • At 9:34 PM, Anonymous Anonymous said…

    Con Caché, de Michael Haneke, el estreno del año.

     
  • At 10:22 PM, Anonymous Anonymous said…

    me gusta muchísimo el 1er párrafo de tu crítica: perspicacia de psicoanalista, muy buen manejo del lenguaje...
    El resto ya son detalles, un poco quedarse en lo anecdótico. Per ese 1er párrafo resume todo lo q la peli vale.
    Te felicito

     

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