LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Thursday, April 24, 2008

MI VIDA SIN MÍ (2002), DE ISABEL COIXET




Moriré como a mí me dé la gana


El melodrama juega sucio por definición (llora, maldito). Esa es su naturaleza. ¿De qué os quejáis, entonces? ¿Queréis jugar o no? Yo acepto el juego. Si se trata de sufrir, espectadores hipócritas, hay que ir dispuesto a disfrutarlo.

Mi vida sin mí es una película que ayuda a abrirse, a sentirse más vivo. In one word: emotion (ah el viejo tío Sam Fuller).
No sé si el cine sirva en realidad para otra cosa, y si sirve para otra cosa, entonces francamente no me interesa. Tal vez yo ni siquiera debería estar escribiendo esto.

Algunos críticos, aristócratas ellos, piensan, o casi piensan, que las emociones básicas son poco más o menos cosa de plebeyos. Plebeyos del espíritu, cómanse su mierdodrama. Prohibido emocionarse. Es dañino para la salud de la estética. Pero no olviden a Monsiváis. Se sufre mejor en lo oscurito.

Isabel Coixet, una directora que no teme arriesgarse a expresar emociones, nunca le tuvo miedo a la cotidianidad (esa bestia negra que nos consume sin prisa ni pausa), a las películas pequeñas, con personajes pequeños, con vidas pequeñas. A la verdad humana no pequeña que podía albergarse ¡sorpresa! en el fondo de ellos. A las grandes emociones, disimuladas y aplastadas aún en los rincones más discretos y grises.

Esas vidas deprimentes (o pequeñas simplemente) que otros verían como fracasadas y miserables, son vistas aquí de otra manera, con más compasión y comprensión que simple piedad o distancia helada o irónica. Coixet nos hace sentir, casi sin sentir, que no hay vida pequeña. Porque si es que alguna lo fuera, toda vida lo sería (piensen). Y además, esos personajes que pudieran parecer patéticos (y en esta película abundan) ¿no tienen que ver nada en lo absoluto -y en ningún momento- con ninguno de nosotros? Quien se halle libre de patetismo que arroje el primer boleto.

Se le ha reprochado que el esposo, las niñas y el trailer son demasiado bonitos. Y bastante improbables. (Bueno, sí, es verdad. Parecen comparsas angélicas. Casi con tantos relieves como un poster o el papel de la pared. Cumplen una función similar a la cotina de piedritas dentro del trailer.) Y que la gente no baila así en los supermercados. Aunque de hecho sí en los tribunales. Pero eso sólo se lo permiten a Lars Von Trier.

No se puede despertar verdaderamente al mundo sin el dato de la muerte. -Ante la muerte ya no hay máscara posible-. Ese es el sentido de la escena inicial: Ann ha despertado. Tratará de vivir, ella, que casi no ha vivido; de la muerte nadie escapa, aunque toda la vida se juegue a eso, pero curiosamente, de la vida sí se escapa. Tal vez esa sea en realidad la verdadera muerte, la muerte en vida. Y nada mejor que despertar así, sin nadie, de noche, bajo la caricia de una lluvia que la devuelve a sus sensaciones más primarias.

Ann decide morir a su manera, sin tener que decírselo a nadie, con la misma especie de decidida resignación y serena perplejidad con la que parece hasta el momento haber llevado su modesta vida.

Y la caricia que recibimos de ella será su voz. En off, escrita, dicha, grabada. El otro lado de ese silencio está lleno de palabras. La poesía barata de sus mensajes póstumos... se dirá que como filósofa no pasa de simplona (¿de quién hablas? ¿de la protagonista o de la directora?) Pero claro. Qué se podía esperar de una chica que hace labores de limpieza y sólo tiene 23 años. Pero es culpa de la directora... debió de hacerla callar... a la Coixet la hace falta ver películas de los Kaurismäki.

No nos decidimos hasta ahora, Sarah Polley ¿es fea o bonita? ¿o ni fea ni bonita? Ella comparte con Uma Thurman esa fantástica rareza.

Y hablando de rarezas, esta es la película canadiense de una española -catalana-... el invierno en Vancouver es justo el estado de ánimo de la naturaleza (respetad el melodrama) que la película necesitaba.

Trivia. Para cinéfilos locos. ¿No les pareció que Patsy (la hijita mayor de Ann) tenía la voz igualita a la mamá de Divine en Pink Flamingos?

Pero seamos serios. Esto es un melodrama. Coixet nos ahorra el trance -el espectáculo- de la agonía de Ann, tal como Ann se los ahorra a sus seres queridos. Ésta es la sádica Ann, según varios críticos cuyos textos podéis leer en la página de rotten tomatoes...

Desde su cama, -ese triste clímax- lo que ve (y tal vez imagina) es su vida sin ella, como si el hermoso esfuerzo de intentar arreglar la vida de los demás, de mejorarla, como regalo de despedida, pudiera ser -último deseo antes de morir- cumplido. Después de todo, la vida era eso, hacer algo antes de morir, para entonces poder morir tranquilo.

Mario Castro Cobos

La Cinefilia No Es Patriota



2 Comments:

  • At 11:55 AM, Anonymous Anonymous said…

    Me ha gustado muchisimo leer tu comentario, Mario.
    A mi me costó muchísimo sacarle algo positivo a esta película.
    Considero a coixet una directora mediocre.Y digo mediocre no a modo de insulto sino señalando que su trabajo como directora no despunta por encima de casi nada.Después de ver sus películas siempre me queda esa sensación de mermelada pegajosa que no se desprende del cuenco de la lengua y la convicción una vez más de presenciar el eterno retorno de lo idéntico,expresado de identica manera.Pienso que coixet,a parte de ver pelis de kaurismaki(jejeje!que grande!)deberia cargarse de humildad y replantearse 1 poco su "cine".Me molesta que se magnifique tanto a esta mujer y que se lo crea.Hay muy buenos cineastas por ahí que no se comen 1 rosco.Siempre pasa lo mismo.Como a la gran massa consumidora le gusta la mierda,todos a comer mierda.Que pasa con las olvidadas minorias? nosotros no necesitamos grandes produciones con despilfarro de presupuesto!"solo" queremos un 1 poco de cine que alimente nuestro pobre pero sediento espíritu.No queremos consumir cine,queremos disfrutarlo y que nos nutra de alguna manera.Vaya míting absurdo,ahora me doy cuenta,jajajaja! olvidé de nuevo tomar la medicación.
    Salutatis!

     
  • At 3:31 AM, Anonymous ana said…

    no estoy deacuerdo contigo Said, me gusta isabel elsentido quele da sus peliculas, engrandece vidas pequeñas, vidas contidianas, nuestras propias vidas, nos hace ver y envidiar vidas dresgraciadas que gracias al entusiasmo del amor, al verse la muerte cerca aprende a vivir.
    la verdad es que sufro bastante viendo algunas escenas (soy de las que lloran, lo siento) pero al final me dejan una especie de paz y satisfación dificil de explicar.
    gracias por este blog Mario

     

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