LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Thursday, February 28, 2008

TOQUES DE HUMANIDAD EN EL ZOOLÓGICO HUMANO: UNDERGROUND (1995), DE EMIR KUSTURICA


Kusturica juega con la historia real de espanto y caos que vivió Yugoslavia durante la II Guerra Mundial (y después), y la manipula mezclándola con recursos ficticios para lograr una metáfora tragicómica de lo que en realidad sucedió con este país -el de nunca jamás- durante los años 1941-1991. Underground fácilmente pudo ser un documental sobre la situación crítica de un país sufrido durante una gran guerra, víctima de las farsas y la opresión etc., etc., pero el hecho de contar la misma historia desde dentro de un conjunto de personas con piezas claves, tales como Blacky, Marko, Natalija, e Iván, deja implícita la denuncia real en los quehaceres de sus personajes.

No quiero hacer un análisis tedioso, o de personaje por personaje, ni sobre el contexto en el que se desarrolla, porque ya hay mucho de eso; solo daré mi enfoque personal. El filme me pareció divido en dos mundos: el mundo “Underground” (ya que ocurre en un sótano) y el mundo “Underground” (fuera del sótano pero que sigue siendo un mundo de mentiras, donde la verdad se mantiene oculta probablemente también en un sótano). Blacky (idealismo) y Marko (ambición y egoísmo) son las dos personalidades más representativas en el filme, ya que son ellos los principales y claves al momento de contar la historia. Pero no estoy escribiendo esto para contar la película, qué caso tendría si ustedes mismos la pueden ver, o si ya la han visto tampoco tiene caso que la cuente.


Quiero hablar (escribir) sobre Iván. Sí, Iván, aquel individuo que cuidaba el zoológico, prácticamente rezagado de la sociedad, probablemente por su tartamudeo, el cual no era percibido por los animales de quienes se encontraba a cargo; un ser extremadamente sensible que desde un inicio percibió la desaparición de todo aquello que podía estimar y optó por el suicidio (fallido, por supuesto, ya que era el inicio de la película, y esto también evidencia que Iván sí resulta un personaje clave a pesar de no ser el principal, porque sino su muerte hubiera dado igual al inicio, al medio o al final del filme… ¡ajá!)


Irónicamente hermano de Marko, quien parece no tener la más mínima pizca de compasión, fidelidad, sensibilidad... Trágica la escena del bombardeo al zoológico, especialmente la muerte de la madre de Soni (el monito): a pesar de notarse en extremo su artificialidad (véase movimientos-mecánicos-mamá-del-monito). Además pienso que pudo haber sido hecha a propósito de esta manera por el hecho de que en esa escena particular el objetivo no era hacer una muerte física realista, sino enfocar nuestra visión hacia otro punto: la muerte de una madre. Lo que sucede en el zoológico es como un paralelo irónico a lo que sucede en la ciudad durante el bombardeo: la gente continúa sus labores, se exaltan un poco, algunos buscan refugio, otros buscan personas. En cambio, los animales (del zoológico, claro) lo único que quieren es sobrevivir, ni siquiera entienden qué es una guerra, no saben por qué sucede eso, lo único que saben (y que tal vez hasta huelen) es que su vida está a punto de perderse.

Iván siente exactamente lo mismo que los animales, y es en ese punto donde la simio muere, donde también Iván se da cuenta de su muerte (no física), lo que le lleva a intentar, solo intentar, volverla una realidad (hacerla física). En fin, pasa el tiempo, vive en el sótano con los demás, y se ha convertido en la madre adoptiva de Soni.


No por casualidad Iván es el único del “resto” que logra salir del sótano antes de la explosión final. Después de tantos años, después de tanto tiempo albergando en su interior aquella imagen pacífica de su país natal, guardando planes para después; sale del sótano y YUGOSLAVIA NO EXISTE. Obviamente pasa por: negación, indagación, comprobación, desolación, muerte. Un soñador, que vivió de sus sueños durante tantos años, casi 50 años, cuidando un simio porque en él se sentía identificado, y ahora más aún (Iván sin patria, Mono sin madre).


Más dolor aún regresar al “underground exterior” del que solo quedan los cimientos, oír como sus propios ojos le gritan para adentro “no tienes nada”. Y nuevamente intenta hacer física su muerte, consiguiéndolo así. Luego de la muerte (porque ahí no termina la vida) se encuentran todos en una gran cena, en una nueva tierra, sin limitaciones ni motivos de exclusión, donde sí es posible que un soñador pueda vivir de sus sueños e ideales, y donde el amar y el amor sean compatibles.



Así fue como Underground, un filme que a simple vista es una historia bélica y que analizando un poco más encontramos una base de burla sobre la forma en que el poder (sea izquierda o derecha) se burla a su vez del pueblo (nuevamente, apoyen a izquierda o derecha), se convierte (entre mis sentidos y mi razón) en la historia de un joven sensible que sí sabía amar.


"Construimos nuevas casas, con tejas rojas, donde las cigüeñas construyen sus nidos y con las puertas abiertas a nuestros invitados. Le agradecemos a la tierra que nos alimenta, al Sol que nos calienta y a los campos que nos recuerdan los verdes pastos en casa. Así, con dolor, tristeza y alegría, recordamos a nuestro país cuando contamos a nuestros niños historias que comienzan como todas las historias: ‘érase una vez una tierra..."
(Palabras finales de Underground).

Karla Ramírez


La Cinefilia No Es Patriota


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