LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Thursday, December 28, 2006

EL SACRIFICIO (1986)


LA RECUPERACIÓN DE LA FE
El Sacrificio


“...podríamos decir que la lengua pertenece
al mundo de la representación,
mientras que el corazón pertenece
al mundo de lo esencial.”
Foe, J.M. Coetzee.

Filmada y estrenada el año de la muerte de su realizador, El Sacrificio (1986) es el testamento[1] de Andrei Tarkovski, ya que en ella descansan todas las obsesiones y marcas de estilo que han recorrido toda la filmografía del cineasta ruso. A grandes rasgos, el argumento de la película es el siguiente: El mundo se dirige, al parecer, a una ineluctable catástrofe nuclear. Solo un hombre puede detener el desastre, pero para ello debe realizar el mayor de los sacrificios. Veinte años después el filme no ha perdido vigencia y sigue siendo una desgarradora invocación a la humanidad, que se dirige a su propia destrucción pues ha dejado de lado la espiritualidad para abrazar el orden lógico-racional y el progreso tecnológico que deriva de éste.
Decir que Tarkovski era un realizador religioso (como Robert Bresson, por ejemplo, a quién, dicho sea de paso, el ruso idolatraba) es faltar a la verdad por ser una afirmación inconclusa. Más cercano es afirmar que Tarkovski era un realizador místico. No es de sorprender que en su Rusia (o mejor dicho, Unión Soviética) de aquel entonces, donde la doctrina dominante era el materialismo dialéctico, su cine fuera considerado poco menos que subversivo.
Las indagaciones místicas de Tarkovski (tanto personal como artísticamente) eran parte de su búsqueda por encontrar una opción distinta a la razón que había empujado a los hombres a vivir sin inquietudes espirituales. Podemos afirmar que esta posición mística asemeja a Tarkovski con Alejandro Jodorowski, a pesar de las evidentes diferencias en los universos fílmicos de ambos realizadores. Quizá lo que más distancia a Tarkovski del cineasta chileno, es que el ruso jamás tuvo pretensiones de ser profeta o guía en su cine (tampoco en la vida real); quizá este aspecto aleccionador sea el más cuestionable en el cine de Jodorowski.
Para Tarkovski, como demostraremos más adelante, la humanidad se ha alejado de su estado natural, que es, a la larga, su gran tragedia. “La humanidad está errada”, proclama Alexander el personaje principal de El Sacrificio. Sin embargo, la filmografía de Tarkovski, más que una denuncia es un intento por llegar a ese estado prístino. Por ese motivo, como veremos, El Sacrificio y su cine se compone de espiritualidad, silencio y tiempo.
La espiritualidad
Es posible detectar una evolución de este concepto dentro de la filmografía del realizador ruso. En Andrei Rubleiv, su segunda película, Tarkovski propone una reconciliación del hombre consigo mismo a través del arte: en ella operan “milagros”
[2] y concilia la espiritualidad y el cuerpo.
Posteriormente, en Nostalgia, el arte ya no es suficiente: la poesía no basta para que Andrei Gorèakov supere su profunda crisis, hay que escapar más lejos del imperio absoluto de la razón, como de alguna manera lo hace el orate Domenico que se encuentra, por su locura, más cerca del estado natural del que el hombre se alejó. Su denuncia al final de la película no puede ser más explícita en ese sentido.
En El Sacrificio, Alexander (Erland Josephson) es un angustiado profesor de estética vinculado al mundo del arte y la filosofía, que vive en un paraje solitario junto a su familia. Al final de la cinta lo vemos enloquecer, aparentemente. Es como si asistiéramos en el momento en que Domenico, personaje de Nostalgia, adquiere su demencia[3].
En El Sacrificio, la destrucción atómica representa el mayor monstruo que puede nacer de la razón. Ante el inminente fin, todo parece perdido. No hay forma racional de detener lo que la misma razón ocasionó. Alexander, el protagonista, recurre a la oración e implora la salvación del mundo, a cambio él entregará su familia y casa, sacrificio que nos recuerda de cierto modo al de Abraham. Este rezo es insuficiente, pero es parte de la solución; para lograrla completamente debe seguir los consejos de su amigo y mensajero Otto (Allan Edwall), que le sugiere acostarse con su criada María, que es además una bruja que vive detrás de una iglesia. De esta forma salvará el mundo. Ante este aparente despropósito Alexander debe sacrificar su formación lógica-intelectual y creer.
Como sostuvimos, la espiritualidad es vasta y la religión solo forma parte de ella. La relación sexual entre Alexander y María (ambos flotan mientras lo sostienen) representa la unión intelectual-religiosa-pagana, tan escindida en la práctica, pero cuya alianza conduciría a una humanidad más genuina.
Pero lo que salva a la humanidad es que Alexander creyó. La fe se impone como la búsqueda principal de los personajes de Tarkovski: es un acto de fe el que realiza Andrei, de Nostalgia, al llevar su vela en el fondo de una piscina, de extremo a extremo, sin que ésta se apague, es un acto de fe que el niño sin voz de El Sacrificio riegue el árbol muerto. Tarkovski no propone alguna solución para el problema del hombre (ya que proponer un retorno al estado natural es un despropósito ya que implicaría que el hombre renuncie a su humanidad), sino una forma de resistencia.
El silencio
Es uno de los elementos que se repite constantemente en la filmografía de Tarkovski: además de los grandes lapsos de metraje sin que los personajes de sus películas profieran palabras, el silencio está encarnado de manera explícita en el monje Rubleiv que decide enmudecer, por voluntad propia, por varios años al entrar en una profunda crisis existencial. En El Sacrificio el silencio está representado en el hijo de Alexander, quien ha sufrido una operación en la garganta y, por ello, no puede hablar. A diferencia de él su padre está condenado a las palabras (y por lo tanto, a la angustia) y él se lo hace partícipe en la escena inicial del filme.
Existe el silencio en el cine de Tarkovski porque él siente desconfianza por el lenguaje ya que representa ese mundo lógico que nos ofrece una visión limitada de la realidad. Alexander, en los minutos iniciales de El Sacrificio le dice a su hijo: Estás mudo como un pequeño pez. Ese niño está más cerca del estado natural que el padre.
Sabato en Uno y el Universo nos pone un ejemplo: Un ictiólogo tiene como único instrumento una red cuyos agujeros miden 5 centímetros de espesor. Por ese motivo, los peces que atrapará no serán inferiores a ese tamaño, por lo tanto, el ictiólogo concluye que todos los peces miden más de 5 centímetros. Ante las objeciones de que esa red ignora a peces más pequeños, el hombre de ciencia responde que solo llama peces lo que su red puede pescar. Cambiemos la red por el lenguaje, ¿qué sucede con lo que el lenguaje lógico-verbal no puede aprehender? Tarkovski se interesó por lo que se filtraba de la red del lenguaje. Por ese motivo, era, sin duda, un cineasta metafísico.
Quizá por ello, el ruso rescata la infancia como un estado genuino e incorrupto, cercano a ese ideal suyo de humanidad incorrupta. En ellos el poder del lenguaje no ha operado totalmente. Es probable que esto explique el gran interés de Tarkovski por la niñez como lo demuestra La Infancia de Iván, El Espejo o El Sacrificio.
Y, finalmente, el tiempo
Tarkovski es, sin duda alguna, uno de los maestros del plano secuencia, a diferencia de sus predecesores rusos que se especializaron por el montaje. El Sacrifico, como muchas de sus películas, contiene tomas largas, de gran duración. ¿Pero hasta qué punto esta opción era equiparable con el resto de su propuesta?
Bergson, el filósofo francés, hizo una importante distinción entre espacio y tiempo. En el espacio opera la materia, en el tiempo la conciencia. Esto nos ayuda a afirmar que el cine de Tarkovski es un cine de tiempo porque el suyo es un cine de la conciencia o del espíritu[4]. Los personajes de El Sacrificio deambulan como conciencias, por eso tenemos tan pocos planos cercanos de ellos, la cámara se sitúa a la distancia, ya que sus rostros o expresiones son lo que menos interesa. Tarkovski esculpe sobre el tiempo que los filma y les da forma.
El largo plano final de El Sacrificio, quizá sea el más hermoso y conmovedor que haya filmado su realizador: el niño acurrucado sobre el árbol seco (que representa la humanidad marchita) que plantó con su padre y que él regó en un acto de fe, recupera su voz para preguntar: Y primero fue el verbo, ¿Por qué papá? Un paneo vertical nos muestra la copa del árbol y el agua, la humanidad y la naturaleza. En este fragmento está contenido todos los elementos que hemos mencionado: espiritualidad, silencio (desconfianza del lenguaje) y tiempo. Pero también está lleno de esperanza.
¿Por qué es importante Tarkovski hoy? El cine de Tarkovski nos devuelve esa mirada perdida y olvidada, enterrada por décadas de escepticismo. Yo, que me considero una persona profundamente escéptica, al ver El Sacrificio, no me queda más que preguntar conmovido: ¿Qué fue primero, Andrei?

Robinson Díaz Sifuentes

[1] Testamento involuntario, ya que Tarkovski, a pesar de estar gravemente enfermo, tenía la esperanza de filmar más películas.
[2] Como lo que realiza el joven herrero al forjar la campana para el pueblo a pesar de su inexperiencia.
[3] Ambos personajes, Domenico y Alexander, tienen la firme creencia de que el fin del mundo es inminente. También comparten esta visión de que el hombre ha perdido su espiritualidad en pos de la razón y la civilización. Además los dos son interpretados por el mismo actor: Erland Josephson.
[4] Alan Badiou sostiene que el cine de montaje es un cine de espacio y que el cine de plano-secuencia es un cine de tiempo.

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5 Comments:

  • At 12:50 PM, Anonymous Anonymous said…

    Robinson, where is Lena..

     
  • At 3:00 PM, Anonymous Anonymous said…

    ola, felicitaciones por tu informe sobre tarkovski, a mi me gustan algunas de sus peliculas, sobretodo las que no me provocaron sueño¿Me ire al infierno por dormirme al ver Solaris y el Sacrificio? ¿O me consumire en el purgatorio de la ignorancia y la mediocridad por roncar en mitad de la sala cuando las proyectaban?. Uds que opinan ¿Merezco el perdòn?.

     
  • At 8:25 AM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    Las películas de Tarkovski exigen un estado especial, además de haber dormido mucho antes de verla.

    Por otor lado, no faltan los malos que dicen que es gran receta para curar el insomnio, al igual que leer el blog de Iván Thays.

     
  • At 2:10 AM, Anonymous Anonymous said…

    Para mi el cine de Tarkovski significa mucho, es especial y unico, todas sus peliculas son obras maestras que transmiten sensaciones, emociones, fascinan, te hacen reflexionar, pensar... su cine es muy complejo, tanto artistica como emocionalmente.

    Su arte es como el de antes, me es dificil no ver comparaciones de Tarkovski con Bach o Da Vinci, es como si ellos se hubieran dedicado al cine embes de a la musica y pintura respectivamente. Por eso su cine en mi opinion es el verdadero concepto del septimo arte y Tarkovski quien lo establecio en el.

    Tiene mucho sentido con respecto al arte... percepcion, coreografias, puesta en escena, manejo de camara... como mostrar un ensueño dentro de un sueño, que lo material se rige por lo espiritual y biceversa... lo espiritual siempre tiene que estar presente, pues lo espiritual es lo que da vida al arte. Desgraciadamente eso no es el caso de la mayoria de cineastas, hacen cine sin vida, lleno de vacio.

    El cine de Tarkovski es diferente a todos los demas, no invento el arte pero si que lo establecio en el cine en su forma mas pura. Existe un antes y un despues de Tarkovski, simplemente es el mejor. Como dijo Kirill a Teofanes El Griego en "Andrei Rublev" sobre el arte: "Solamente con verdadera perspicacia... usted puede captar su esencia".

     
  • At 8:04 PM, Anonymous Santiago, o diego, o james...tambien Jacques, o Yaro por ultimo said…

    Estimado, para mí internet no se navega, se sobrevive. Uno se anda ahogando pero de vez en cuando encuentra sitios/islas que valen y le dan un descansito. En fin, bueno bueno, me gusto much esa manera ensayistica con que tratas la critica de una peli, proponiendo suertes de tesis y cosas asi. buenisimo.
    y que decir de esta pelicula, mas buena que la mierda, anque creo yo que el buen arte, como dices, es un resistencia constante ("ya que proponer un retorno al estado natural es un despropósito ya que implicaría que el hombre renuncie a su humanidad."), llegaria a afirmar que aquel retorno a lo primordial, a la esencia del primer hombre, definitivamente NO implica la perdida dela identidad de hombre como tal. El arte esta constantemente en resistencia, pero no cmo algo estatico, sino en movimiento. Sin sistema que oponga resistencia --> estado natural. No confundir sistema con humanidad....bueno eso seria, no estaba de acuerdo con eso.
    Por ultimo tepido un favorcito; se nota que ves harto cine, por tanto tepido si me puedes recmendar algunas peliculas buenas que traten en esencia el mismo tema, el retorno al estado natural del hombre, la necesidad de espiritualidad (ojo, no religiosidad), y mucho mejor si eso semezcla con la ruta, el viaje, o la misma poesia.
    Un abraz desde chile.

     

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