LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Thursday, April 17, 2008

LENI RIEFENSTAHL Y TRIUNFO DE LA VOLUNTAD (1935)




A 5 años de la muerte de Guillermo Gerberding, un amigo que varios de nosotros no hemos olvidado, queremos celebrarlo publicando algunos artículos suyos los siguientes días. A continuación el primero de ellos.



Helene “Leni” Bertha Riefenstahl nació el 22 de Agosto de 1902 en el distrito de Wedding, Berlín, hija de un vendedor de sistemas de calefacción y ventilación y de una ex costurera, y murió el 8 de Setiembre de 2003. Estudió pintura y danza y el famoso Max Reinhardt la contrató para el Deutsches Theater. Una lesión de rodilla le frustró su carrera y probó la actuación, con enorme éxito como lo demuestra su filmografía temprana: La Montaña Sagrada (1926), El Gran Salto (1927), El Destino de los Van Hasburg (1928), El Infierno Blanco de Piz Palü (1929), Tormenta sobre el Mont Blanc (1930), Der Weisse Rausch (1931), La Luz Azul (1932), que coescribió y codirigió, encontrando que tenía cierto talento para ello, y S.O.S., Témpano (1933).
En 1932 conoció a Adolf Hitler, impresionado por La Luz Azul, y su vida y tranquilidad mental cambiaron para siempre. Amistaron y se admiraron mutuamente y según ella Hitler, en una romántica playa del Mar Báltico, trató de besarla pero fue rechazado. De allí, su relación se tornó estrictamente profesional. Hitler le solicitó que rodara los films propagandísticos del Partido Nacionalsocialista de los Obreros Alemanes (popularmente nazi), que se convirtió en gobierno constitucional y legal en 1933. Su primer trabajo fue Sieg des Glaubens (Triunfo de la Fe, 1933) que dirigió para el Propagandaministerium de Paul Josef Goebbels, en que rodó el Quinto Congreso del Partido en la ciudad de Nünberg. Todas las copias se han perdido, aunque podría existir alguna en algún archivo ex soviético, ahora ruso.

En 1934, en contra de las objeciones de Goebbels que quería controlar e imponer criterios a la muy independiente e innovadora Leni, Hitler la comisionó para filmar el Sexto Congreso con plena autonomía de acción y presupuesto ilimitado, sobre un guión redactado por ella conjuntamente con Walter Rutmann. El resultado, Triunfo de la Voluntad (estrenada en 1935 luego de un año de montaje personalmente realizado por Leni), se considera una de las más grandes obras maestras del cine documental, político, propagandístico y puramente estético de todos los tiempos. Muchas de sus imágenes, rodadas en medio de las escenografías imperiales diseñadas por el arquitecto Albert Speer y marchas de unos 250,00 hombres y mujeres por las calles de la bellísima y medieval Nürnberg, son avasalladoras y exaltan los valores nazis expuestos en Mein Kampf (Mi Lucha): trabajo duro pero digno para todos, ultranacionalismo germano, culto a la juventud, lealtad y obediencia absolutas al líder supremo, vida sana y atlética en medio de la Naturaleza, la formación de una raza superior nórdica o ‘aria’, con el derecho divino a dominar y manipular a otras ramas ‘inferiores’ de la raza humana, promoción del socialismo corporativo del estado, hermandad en medio de la masa humana, insignificancia del individuo excepto como instrumento o recurso del Estado, y despliegue de un ejército privado (la SS y SA) magníficamente uniformado, entrenado y equipado capaz de complementar o reemplazar al Ejército regular, y frecuentes –aunque falsas (cosa que casi nadie podía vislumbrar en 1934 ya que el rearme alemán recién se iniciaba)– menciones en los discursos sobre un futuro de desarrollo económico no bélico, paz y buenas relaciones con los países vecinos y el mundo.

Todo ello complementado por emocionantes marchas militares, música nacionalista wagneriana, bien diseñados uniformes, banderas, símbolos antiguos germanos con letras rúnicas, y estandartes inspirados en la escenografía fascista italiana que a su vez era variante de la simbología imperial romana, con lo cual se manipulaba las emociones, sentimientos, creencias y actitudes de los asistentes y espectadores y se reducía su capacidad de pensar por sí mismos. Concluido el rodaje, Leni se encargó de mejorar el efecto psicológico y estético en el estudio por medio de la composición, el montaje y un acompañamiento musical asincrónico por Herbert Windt. En el estreno fue cargada sobre los hombros de varios asistentes y su vestido resultó rasgado. Goebbels le otorgó el premio nacional de cine de 1935, pero Leni negó haber recibido ningún reconocimiento gubernamental prefiriendo presentarse como completamente independiente. En Venecia en 1935 y en la Exhibición Nacional de Ciencias y Técnicas en París en 1937 recibió medallas de oro.


Leni reconoce como su maestro a Arnold Fanck y de haber quedado muy impresionada con El Acorazado Potemkin de Serguei Eisenstein y Napoleón de Abel Gance. Triunfo de la Voluntad fue rodada con un gran equipo de, según cálculos de Brian Winston, por lo menos 49 camarógrafos y asistentes bajo la dirección fotográfica de Sepp Algeir y dura 107 minutos. Como muchas mujeres, y seres humanos en general, Leni es una mentirosa. Sostiene que Triunfo de la Voluntad no es una obra de propaganda puesto que no contiene escenas reconstruidas en estudio y que todo fue filmado en el momento en que ocurrían los hechos, es decir un documental puro. Albert Speer declaró que ciertos discursos de los más altos dirigentes nazis fueron filmados en estudios de Berlín después del Congreso bajo la dirección de Leni. Además, niega haber participado en el diseño general previo al Congreso y de limitarse a filmar los acontecimientos como ocurrían, cosa que resultaría casi imposible puesto que sus cámaras estaban siempre en lugares precisos y predeterminados.


Su desilusión con el nazismo y con Hitler se inicia en 1939 en los primeros días de la guerra en Polonia donde presenció de casualidad una de las muchas atrocidades cometidas por tropas alemanas contra civiles polacos. Mientras rodaba un documental militar en la aldea de Konsky vio el fusilamiento masivo de 30 personas. Al protestar contra los soldados asesinos, apuntaron sus armas contra ella. Fue al cuartel general de la división local y protestó ante el general Walter Von Reichenau, un favorito de Hitler, pero fue ignorada. Después protestó ante el mismo Hitler y renunció a seguir filmando como corresponsal de guerra. Su ingenuidad y ceguera tardaron mucho en disiparse. En 1940 dijo: “Admiro a Hitler pero está rodeado de un montón de criminales y vamos a perder la guerra.” En 1944 su hermano menor Heinz, enviado al frente de la Unión Soviética por haberse quejado del esfuerzo bélico y haber comprado carne en el mercado negro, murió en combate a los 38 años. Ese fue quizás el golpe emocional definitivo.




Optó por refugiarse en el proyecto Tiefland (Tierras Bajas), un drama romántico suspendido desde 1934 porque Goebbels no le veía ningún valor propagandístico ni patiótico, y que codirigió con Georg Wilhelm Pabst. Terminada la guerra Leni fue acusada en los juicios de Nürnberg de ser ‘simpatizante’ pero no miembro ni activista del partido nazi y pasó 4 años en campos de detención hasta que tribunales franceses la liberaron. Los franceses confiscaron la aún inconclusa Tiefland en 1953 y la musicalizaron y editaron, estrenándola por fin en 1954. Surgió la acusación de que en el rodaje se había utilizado mediante coacción a prisioneros gitanos de un campo de concentración del Tirol austríaco. Ella lo negó pero se descubrieron listas en que figuraban los nombres de dichos gitanos y con qué propósito el campo los estaba ‘prestando’. Otra mentira defensiva de Leni puesta al descubierto y empeorada por su declaración de que “yo no sabía nada de campos de concentración, pensé que eran puras mentiras”. Hasta hoy muchos intelectuales alemanes se rehusan a ver Tiefland en una actitud que la directora feminista Helma Sanders-Brahms considera hipócrita.

Inspirada por Hemingway, en 1956 Leni decidió conocer el Sudán donde descubrió la tribu negra de los Nuba y su vida se revitalizó fotografiándolos. A los 71 años aprendió a bucear en el mar y a usar cámaras subacuáticas, actividad que practicó hasta la increíble edad de 94 cuando se sumergió en la isla cocos de Costa Rica para retratar tiburones. A los 97 retornó donde sus adorados Nuba pero encontró que la guerra civil los había diezmado. Combates locales la forzaron a huir en helicóptero, el cual se estrelló. Sus pulmones quedaron perforados por sus propias costillas en el impacto, pero se recuperó en el hospital de Munich. Luego, para celebrar su centésimo cumpleaños estrenó en televisión su trabajo naturalista, Impresiones bajo el agua.

Guillermo Gerberding

La Cinefilia No Es Patriota


2 Comments:

  • At 5:33 AM, Blogger troncha said…

    Fantástico el testimonio que habeis recogido, lo he leido con mucho interés, desconocia la figura de esta directora, por cualpa vuestra ahora se más, gracias.

     
  • At 6:44 PM, Anonymous Anonymous said…

    Guillermo Gerberding era un tipo muy meticuloso y detallista en todo tema que abordaba, en especial en los temas belicos y en lo relacionado con la cultura Alemana como descendiente de aleman que era, como amigo personal suyo lo recuerdo asi y lamento su temprana desaparicion.

     

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