LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Saturday, March 17, 2007

CONTINÚA EL RANKING 2007: EL ILUSIONISTA



PUESTA EN ESCENA DEL ENGAÑO
El Ilusionista, de Neil Burger


En la Viena de 1900, el misterioso Eisenheim (Edward Norton) cautiva al público con sus espectáculos de magia e ilusionismo. Sus poderes sobrenaturales llegan a los oídos del príncipe heredero Leopold (Rufus Sewell), un hombre pragmático que acude a su espectáculo con incredulidad, acompañado de su prometida, la bella y sofisticada Sophie (Jessica Biel). Sospechando un fraude por parte de Eisenheim, encarga al perspicaz inspector de policía Uhl (Paul Giamatti) que vigile todo lo que el ilusionista hace.
Antes de iniciar el artículo sobre El Ilusionista quiero escribir de forma breve acerca de la habilidad que Burger expone en su película, la cual tiene como base conseguir sin un mayor despliegue de efectos especiales, que las ilusiones mágicas presentadas nos parezcan creíbles. Además, de narrar fluidamente su historia sin que perdamos el interés casi en ningún momento. Hasta aquí el breve comentario.
Un personaje de Mulholland Drive, específicamente el maestro de ceremonias que aparece en el bar Silencio, decía que todo lo exhibido en esos instantes era ilusión. Es precisamente sobre esto que trabaja Neil Burger en El Ilusionista, esto es, intervenir sobre las imágenes que los espectadores ven y hacerles creer que son verdaderas. El Ilusionista no juega únicamente con los asistentes a sus espectáculos sino con los propios espectadores de la película, ya que ambos se dejan llevar – y me incluyo- por una serie de pases de magia, prestidigitaciones, entrando así en el juego que nos plantea el ilusionista de nombre Eisenheim.
Digo esto porque a diferencia de El Gran Truco de Christopher Nolan, que mostraba el detrás de escena y la fabricación y preparación de los trucos de magia, en El Ilusionista durante casi toda la película llegamos a pensar que Eisenheim es un verdadero mago de la ilusión (que no son trucos visuales prefabricados), lo cual logra por la fascinación que logra transmitir con cada uno de sus actos de magia. Borges respecto del truco en lo que respecta al juego y por extensión a la magia decía: “La habitualidad del truco es mentir” y “Una potenciación del engaño ocurre en el truco”. Lo mismo puede decirse de la ilusión dentro del ámbito de la magia. Debido a que mientras vemos una a una las representaciones ilusionísticas caemos dentro del juego de quien las realiza y somos engañados.
De otro lado, la historia de El Ilusionista está inmersa en dos épocas importantes para la Europa de aquellos años, léase: los conflictos por la unificación del imperio austro-húngaro y los últimos momentos de existencia del romanticismo. El ambiente que se percibe con mayor fuerza es el de un romanticismo tardío; una muestra de esto es la pareja que conforman la duquesa Sophie y Eisenheim, puesto que viven un amor que se rehúsa a terminar y que pretende durar si no trascender. El amor que todo lo vence es una característica típica de la corriente romántica. Asimismo, en la película se plantean las disputas entre el racionalismo, incluso el positivismo (surgido por aquellos años) basado como se sabe en una objetividad férrea contra lo que es la esencia de lo romántico, es decir, el predominio del yo (subjetivismo), preponderancia de la imaginación, de la pasión, atracción por lo extraño, etc. Estas características están presentes en alguna medida en el espíritu no solo de Eisenheim sino de la película toda.
Finalmente, el clima político atraviesa la historia a causa de los conflictos provocados por el reino de Austria, y por las intrigas palaciegas y cortesanas que lo pretenden. El personaje de Eisenheim a veces sin proponérselo se convierte en un elemento peligroso para los intereses del poder de turno, encabezado por el heredero a la corona de Austria: el príncipe Leopold. Se siente en la historia una actitud contraria y crítica al statu quo reinante en aquella época, por ende se trata de una actitud cercana a la corriente liberal y porqué no libertaria.
CÉSAR GUERRA LINARES

Labels:

0 Comments:

Post a Comment

<< Home