LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Thursday, August 07, 2008

EL ASESINO COMO RESPUESTA AL ABSURDO: NO COUNTRY FOR OLD MEN (2007), DE LOS HERMANOS COEN


¿Una película que puedes admirar y disfrutar, pero que tienes problemas para querer? ¿Una película que sí te satisface, en varios niveles, pero que no te toca el corazón? Que te deja la duda, sobre un tema tan delicado y subjetivo como ‘el compromiso del director’ con su tema. (Habría que precisar primero cuál es el tema, o el tema principal, me dirán con razón).

Pensé en Pulp Fiction (la película de Tarantino me parece obviamente superior), más de una vez, por esa mezcla, lo bastante triunfal, de violencia, azar, humor, y la alta conciencia cinematográfica que ha sido puesta en juego, tanto en la composición de cada encuadre, como en el ritmo, en cada movimiento y en la estructura de pequeños laberintos, como ese donde alguien guarda una maleta llena de dinero... Pero, ¿esto basta? Porque hay un hueco, un lugar donde no hay nada, en No Country for old men. Y debería haber algo. ¿Qué será eso que falta, en medio de tantos aciertos?


Incluso en Pulp Fiction había espacio para ‘sentir’ a los personajes. (Aunque estoy consciente de estar comparando a una película genialmente parlanchina con otra que economiza de una manera que no puede ser más brillante, el diálogo, pero en lo que toca al aspecto que acabo de nombrar, me parece que la comparación es válida). Esto es importante, es más que verosimilitud, necesariamente debe haber algo ‘humano’ para que la cosa no sea un juego inútil nadando en el vacío. No pico el anzuelo del arte por el arte.

En No country for old men, el azar y su agente, sin duda entre siniestro y gracioso, pero rígido y simplista, el de la moneda al aire, rige también para la construcción de los personajes. Son caricaturas, magníficas, de acuerdo, pero uno cree en ellos más como piezas funcionales de un juego virtuoso, pero cerebral y tal vez vacío en el fondo, a fin de cuentas.


Si la ironía puede ser definida como la conciencia de la nada, los hermanos Coen no nos ahorran generosas dosis de este sentimiento o sensación. Otra posibilidad, consecuencia de esto, se asoma: no tomarnos nada en serio y disfrutar del absurdo como si fuera la cosa más graciosa y verdadera del mundo. Nihilismo puro. Escepticismo duro. Espíritu máximamente burlón ante lo que es el mundo.

A diferencia de Fargo, donde la estupidez era celebrada con felicidad suicida, un tono de fatalidad con la correspondiente certeza de la derrota de cara a los nuevos tiempos oscuros, es el feeling dominante, en No country for old men. Hay un ‘así es, no hay solución’, ante el que me rebelo de manera visceral. Aunque malignamente también me complazca, en cierta medida…



No country for old men está compuesta a manera de viñetas, plena de silencios, donde la información es suministrada con eficacia y sutileza, plena de giros, varios inesperados, con cortes admirables para pasar de un espacio o de una situación a otra. Me pregunto si pedirle más humanidad o trabajo con la psicología de personajes tal vez sea un error de mi parte.

¿Deberé valorar ese final suspensivo, ese punto final a algo que no lo tiene, como algo positivo? Ese hombre, el sheriff, que se jubila, entre la melancolía, la angustia en sordina, y la derrota aliviada por el ‘hice lo mejor que pude’? La conciencia moral y la conciencia de la impotencia se unen en este personaje.

Estamos ante una de las películas más bellas y desoladas de los Coen. También ante una de las más graciosas. Aunque solo si tienes desarrollado un humor algo oscuro… El azar no tiene moral (o es otra moral) o se identifica con el mal en maridaje con lo inexplicable del mundo y de nuestro paso por él.

El peligro está, me parece, en la identificación con ‘la voluntad de poder’, con ‘el más fuerte’, en una palabra, con el más enfermo, con el más inhumano. Convertir en héroes, en seductores mitos a los asesinos, en nombre del absurdo y del nihilismo. En nombre de la más pura diversión. Sin que falte el toque de glamour –pese al corte de pelo deliberadamente horrible, o la peluca atroz de Bardem.

Como siempre, dependerá de la capacidad de cada espectador sacar las mejores conclusiones. La mía es clara y simple: la gente vive más cerca de la muerte que de la vida. De ahí el deleite para con los asesinos.

Mario Castro Cobos

La Cinefilia no es Patriota

3 Comments:

  • At 12:39 PM, Anonymous Anonymous said…

    estamos en pleno festival y publican esto???

     
  • At 10:52 AM, Blogger Francisco Joaquín Marro said…

    aupongo que es como en los libros... Borges y Kafka entusiasman intelectualmente, los sabemos brillantes, pero no nos dan ganas de quererlos, como sí ocurre con ciertas novelas de Bryce y a mí, particularmente, con Stendhal... hay muchas formas de placer artístico, supongo, el que va a la mente, al corazon, y el que por fortuna toca a ambos...
    saludos

     
  • At 7:11 PM, Anonymous Anonymous said…

    Los hermanos Coen es un concepto y el cine es otra cosa muy diferente.

     

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