EL POEMA DE LA SEMANA: SUBLEVACIÓN

SUBLEVACIÓN CONTRA EL FALO

Mujer izquierdista
entre el ombligo
y las rodillas
sudas
mientras
el macho potente
en teoría
entra
batallando
contra
tu trompa de falopio
y su falo es pío
porque
no te quiere causar
otra menarquía
durante aquel viaje estúpido
por el reino
de los fenómenos imposibles …
… y sangras
¡ay! te retuerces
fingiendo que te gusta
o te gusta
fingiendo que te duele
y ¡ay! te cobijas
los huesos
cuando la piel falta
o la piel falta
al sobrar los huesos
y ¡ay! te desorientas
en el laberinto psicosocial
de tu vagina hambrienta
y tus vellos púbicos
son los cabellos oxidados
de Hansel y Gretel
y este falo falaz
es la bruja del mito
desmitificándose
cada vez que
miente su erección mortal
y ¡ay! cómo brillan tus ojos
por la flama encendida
en el kerosene
de una lágrima contenida
debido a la derrota
del fósforo pragmático –uña rota
ante la chispa de su oasis
y ¡ay! cómo se te acalambra
el nervio más íntimo
de tu media sonrisa de hembra
en práctica
si laten clítoris y próstatas
cuando el espíritu adelgaza
y este falo falaz
se debate
entre la espada y una verdad
de tantas
que se entremezclan
en manada
porque la luz emanada
de un prisma cotidiano
interfiere en el amorío ufano
entre la nada
y los besos fallidamente
casi absolutos
que mientras nos embrutecemos
son excretoriamente absolutos.

Mujer que ezquerdea
por el camino monarca
que subyuga a los riachuelos
y a las orugas pródigas
en el dispendio de los péndulos
más baratos y
platónicamente inocuos
si fungen de collares
sudas
como piara impía
que se ampara en una falda
mientras
el varón superdotado
por falta de pruebas
se enfrenta contra tu espalda
para no compadecerse
de tu rostro casto
por exceso de pruebas
y perpetra ágil
hasta
la repugnante
casi inoportuna
y casi fantasiosa saciedad
tu oquedad reversa
y se mueve
en el frenesí de
un ósculo en tu nuca
mientras tú le pides más
y más y más y masticas
el chicle masticado
por la anterior a ti
y te complace
solo para que
un segundo después
tú lo complazcas
y se buscan incesantemente
durante el gemido forzoso
y jamás se encuentran
pero ¡recuerda! tú estás de espalda.

Mujer exquisita
tan solo porque
el androide venéreo
no puede ver tu faz
y fascinarse a la vez
por tu impetuoso paisaje
entre tu cuello y tus pies
sudas
ya por hábito
y tu acompañante
de turno prolijo
y de expectativa eclesiástica
te guía la cabeza
hacia su cintura
en forma de tanque
y mientras
la imagen de unos niños
corriendo exultantes
en un patio trasero
se distorsiona
como sombra de árbol
y se empieza a borrar
de tu sueño frenético
hasta hacerse aberración
tú
te alejas aguerrida
presta a combatir
el abuso más solemne
por un undécimo mandamiento
nunca declarado
y tú de pronto
tuerces tu boca
para sonreír
como si nunca
hubieras lamido un roble
y te ríes como si no tuvieras
cuerpo propio
y tu amante lacónico
te abofetea
provocando que te conviertas
en un feto abominable
un poco más bello que antes
como que un tuerto
es superior
en una ciudad de ciegos
pero
de repente
abres los ojos y eres una niña
para parpadear
y ser una adolescente
para parpadear
y ser una joven
como al principio
entonces
dejando brotar
una lágrima esquiva y agria
de tu ojo herido
te vas de aquella recámara
para no volver a ser utilizada
y sin admitir que tú fuiste
la pedagoga de la materia de la manipulación
te conviertes en lesbiana
para en lo sucesivo
utilizar como guantes
unos profilácticos tejidos
y no inyectarte nunca más.

ALBERTO JAVIER ANGULO CHUMACERO

La Cinefilia No Es Patriota