LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Thursday, January 11, 2007

ORACIÓN POR FRANCISCO LOMBARDI



Caro Francisco,

He terminado de revisar una vez más tu última película,
Mariposa Negra, y esta vez no he aguantado las ganas de escribirte algunas palabras que se resisten a desvanecer. Lo siento, no puedo controlarme...

He dicho “tu” película, porque he visto que tu rúbrica aparece en los créditos, pero no porque realmente sienta que ésta sea una obra tuya, viejo amigo. Sé que algunas palabras que diré a continuación pueden sonar duras pero, ya lo has leído, si los amigos no son duros contigo, entonces quién. Toma asiento, cierra la puerta y respira hondo. Por si te toma mucho tiempo buscar privacidad, te dejo una señal para que tu lectura no se extravíe:

* * *

Listo. Espero no te hayas asustado con mi introducción. No he venido a cuestionarte ni a agredirte. Que los insolentes se te prendan… total, siempre vivirán de atacar al que está más arriba, ya sabemos eso. No es mi caso, lo sabes. Mis ánimos van por otro lado, uno más vital, alegre y optimista.

¿Qué está pasando contigo, Francisco? Tú te divertías haciendo cine, te angustiabas también, manipulabas a todos los actores a tu antojo, olfateabas rápidamente la tensión en una escena. Tus películas las conocen dos generaciones del país. Las salas siempre te esperan. Las facultades de Sociales te proyectan. Los nuevos cineastas nacieron contigo. Lo mejor de los
Cuentos Inmorales es tu capítulo. ¿Quién ha hecho una escena acá como la de la ruleta rusa en La boca del lobo? ¿Quién más se ha animado a adaptar las obras literarias más reconocidas de este país? Sobre todo, ¿quién logró que Diego Bertie actuara? Digan lo que digan, eres el cineasta más importante del barrio. Pero... ¿Ya no te acuerdas? ¿O ya no te importa?

Ahora, por haber sido el único cineasta peruano que sonaba afuera, no te alucines. Tranquilo, jugador. Pise tierra. Échese agua. San Sebastián no es Cannes. Y, mala suerte, tampoco es Berlín, Venecia, Rotterdam ni Sundance. Y, aunque importante, esa fama es cosa del pasado. Difícilmente alguien vuelva a escribir todo un libro sobre ti. Y hasta San Sebastián parece que no está muy interesado en lo más reciente. ¿Por qué? Es hora de mirarse al espejo y, parafraseando a tu escritor favorito, tratar de averiguar pronto en qué momento parece que tu cine se había jodido.

Porque, vamos, no faltarán intelectuales que te aplaudan, periodistas que te defiendan, público que te recomiende... pero, aquí entre nos, sabemos que algo falló. Algo falló, por ejemplo, en la dirección de actores, uno de tus puntos fuertes. Porque la Frayssinet ha hecho algunos papeles decentes contigo, pero cuando ahora la he visto decir “Palomita... de nuevo me dieron ganitas...” está casi al nivel de Hernán Romero confesando “Hubiera preferido un hijo mongolito, carajo”. Gustavo Bueno hizo cosas memorables contigo. Ahora, en Mariposa Negra, ha actuado como si estuviera en el set de América TV y, mírate, tú no eres Efraín Aguilar, Francisco. ¿O es que ahora quieres serlo? ¿Tan poco te entusiasma el cine ahora?

No lo creo. Sé que te entusiasma el alcance de la cámara digital y sus posibilidades expresivas. Sea lo que sea, ya está hecho. Te han dicho de todo y tú has contestado otro tanto. Se te han prendido a ti, a tus guionistas, a tus actores y hasta a tu productor. Es parte del juego... a propósito de tu productor, he leído algo que escribió Godard (el cineasta, no la revista, cálmate) acerca de los productores:

“En general, el productor es un tipo que compra un libro y de pronto quiere hacer un negocio con él. Aquello podrá marchar o no, pero es necesario que él ponga todo de su parte. Lo malo es que como la mayoría de las veces tiene mal gusto, compra libros malos. Pero se trata de un empresario de espectáculos, y un cirquero, sea como sea, es simpático”.

Francisco J. Lombardi. Ya tienes un nombre ganado. La gente ya sabe qué verá en tus películas. Tu realismo social y esos conflictos de clases ya se conocen, no sorprenden. Hasta tus escenas sexuales no estimulan. Falsamente serio, te has vuelto aburrido. Filmas en lugares públicos como el Barrio Chino y ya no te importa que por los vidrios se vea el reflejo de todos los curiosos que están viendo la filmación. ¿Cómo ruedas ahora una película? ¿Llegas al set entusiasmado? ¿Pruebas focos, ángulos, luces? ¿Conversas, sugieres, intuyes? ¿O quizás, por el contrario, te sientas, dejas que todo se prepare por su cuenta y abandonas tu asiento solamente para decir “acción” y “corte”?

Francisco, no seas el reflejo local de Oliver Stone, quien involuciona con cada película. Mejor recordemos cómo Woody Allen regresó del país de la intrascendencia con un truco nuevo bajo el sombrero. Eso es lo que esperamos. Tú y yo. O al menos yo.

Pero para eso, terminemos con esta comodidad. Respira nuevos aires, olvídate de la pretemporada, sácate la pereza, destápate, quítate el esmalte, levántate, ponte hyper...

Tú sabes valorar el buen cine que se está haciendo en el mundo ahora. ¿Por qué no lo intentas? No toda la película, claro, pero alguna escena aunque sea. ¿Acaso vas a perder más público del que se ha alejado ya? La aparición de jóvenes cineastas debe servir como estímulo para ti y para tu generación (si existe algo llamado “tu generación”), un estímulo como lo fue en Francia en los sesenta o en Norteamérica en los setenta...

Por el puro placer de hacerlo, sorpréndenos Francisco.

Una parte tuya está trabajando desde ya. Esa parte soy yo, así que te voy adjuntando un texto que espero que ya te vaya dando luces sobre la nueva novela de Cueto. No es muy buena, la verdad. Es algo así como una mezcla de Mariposa... con Madeinusa, así que guerra avisada no mata gente. Digan lo que digan, Mariposa Negra resultó hasta mejor que Grandes Miradas. Ahora hazlo mucho mejor. Exígete y exígeme a mí también. Solamente de esa manera, cuando nos encontremos a solas ya no me preguntarás, temeroso, si quizás es cierto lo que todos dicen de ti...

Es todo, camarada. Aunque ya no sea año nuevo, mentalmente haz un muñeco con todos los recortes del año, píntale barba en el rostro y quémalo durante horas. Tomarse el pelo a uno mismo es lo mejor que podemos hacer.

Sinceramente tuyo,


Francisco J. Lombardi

p.d. Ah, y por favor, no importa lo que te diga Edgar la próxima vez, no estrenes una película que no esté lista todavía. Me haces quedar mal


(Fernando Vílchez R.)

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19 Comments:

  • At 10:13 PM, Blogger Marco Antonio Inca said…

    Dedicado al cine peruano que aún no existe.

    Completamente de acuerdo. El cine local es "narcicista, egoísta e ignorante", tal como lo describió el profesor Pablo Guevara.

    Saludos.

     
  • At 10:56 PM, Anonymous Anonymous said…

    ¿Pancho Lombardi puede sorprendernos como pudo hacerlo Woody Allen?

    Apuesto mi camiseta firmada a que no se podrá.

     
  • At 12:48 AM, Anonymous Anonymous said…

    CAMOTE, UN GOLAZO, DE LO MEJOR QUE HAS ESCRITO.
    LA GRAN PREGUNTA ES...LO TUYO ES LA ESCRITURA O LA CAMARA? JAJAJA
    TOMATE TU TIEMPO Y ME RESPONDES.
    UN ABRAZO,
    R.

     
  • At 1:01 PM, Anonymous Anonymous said…

    Asu... no me parece asu la pelicula pero ciertas actuaciones salvaban ciertas escenas.En fin...entre tanto buitre hay que saber coger bien la carne.

     
  • At 4:24 PM, Anonymous Anonymous said…

    No sea mala Yasmin, no me considere un buitre. Debo decir que mi primer veinte en la PUCP lo saqué haciendo un trabajo sobre La Boca del Lobo...

    Uno no puede olvidarse de eso, ¡es como cuando pierdes la virginidad!

    Ojalá Lombardi pueda leer ese ensayo algún día.

     
  • At 9:47 AM, Anonymous Anonymous said…

    Insisto que no puede ser tomado como un Woody Allen porque al menos el cómico ha hecho películas excepcionales, en cambio Pancho Lombardi qué ha hecho??? Cosas regulares y punto.

     
  • At 9:48 AM, Anonymous Anonymous said…

    Y leyendo lo de Grandes Miradas se ve que seguirá por esta senda... ese libro se ve que es para estos burgueses que creen que esa es su contribución a la sociedad, realmenteo pobre.

     
  • At 7:00 PM, Anonymous Anonymous said…

    Un texto excelente, de verdad. De lo mejor que han publicado. ¿Ya ven? Se puede escribir con ironía, con filo, sin perder la compostura ni las buenas formas. Espero no volver a encontrar bajos intercambios de agudezas entre críticos, ni anónimos; espero más reflexiones de este tipo. Saludos.

    PD.- Yo sigo creyendo que Ojos que no ven es una película rescatable.

     
  • At 1:35 PM, Anonymous Anonymous said…

    cuanta razon el ultimo comentario de "alberto bonet"...

    pareciera que dentro de todo el seudo-arte nacional este circulando un aire de compromiso social (porque, ya, no?, ya era hora, manyas), de interculturalidad, y de blah blah, pero que lo llegan a expresar de una manera tan equivoca que nose si al final contribuyen o mas bien marcan mas las diferencias y sigue vigente la ignorancia en lo que se refiere a que tambien se conoce el peru.

     
  • At 4:02 PM, Anonymous Anonymous said…

    y estas personas no se dan cuenta, no? Creen que de veras están haciendo un bien al país, a la verdad histórica, al compromiso por "los que no tienen voz".

    Y seguirán seguramente los premios, sobre todo de el Comercio, la Católica y compañía...

    Salud con Cristal, por eso!

     
  • At 10:12 PM, Blogger Fabricio Rebatta said…

    Buen artículo. La pérdida de pasión en cualquier arte se refleja en la obra final. En el audiovisual, sea cual fuere el formato y/o producto, el director debe recordar que tiene que predominar su pasión sobre los elementos y no dejar que estos caminen solos. A veces dejamos que cada quien haga su chamba y nos olvidamos que nuestra firma estará al final de la obra. Incluso está muy de moda hablar de "dejar que los actores encuentren su personaje" mmm. También creo que esta pérdida de pasión atañe a los guiones, como lo comentó un lector en otro artículo (aunque no fue entendido por algunos)desde el guión se debe cuidar el uso del lenguaje cinematográfico, ¿ya se olvidaron las etapas del tratamiento? Hay que corregir mucho. Dentro de su crítica ácida, este artículo me parece bastante propositivo. Saludos.

     
  • At 10:43 AM, Anonymous Anonymous said…

    En el fondo, lo cuestionable es si existe o no una apatía en Lombardi, ese aburguesamiento que tienen todos que han llegado a un punto supuestamente "culminante" donde sus obras ya no despiertan entusiasmo ni en él mismo.

    O es que acaso un director preocupado va a dejar que los créditos de su guionista estén mal escritos?

     
  • At 12:23 PM, Anonymous Anonymous said…

    Aburguesamiento. Nos toca a todos, tarde o temprano... a menos que haya alguien que nos haga reaccionar, si es que, claro, nosotros mismos no nos damos cuenta.

    La comparación con Woody Allen es exagerada, puede ser. No hablaba de las obras producidas, sino de la actitud y capacidad de resurrección.

    Y, en efecto, LA HORA AZUL no se ve para nada prometedora. Corresponde nuevamente a un film superar el texto escrito.

    Debo añadir que el texto sobre LA HORA AZUL, cedida cortésmente por Olga, corresponde a alguna edición de la inteligente revista de literatura CASA DE CITAS, quienes prometen nuevas colaboraciones dentro de pronto.

    Como dijimos desde un inicio, una crítica artística debe enlazarse con una crítica cultural. El cine no es sólo el cine, menos en estos casos.

     
  • At 7:54 PM, Anonymous Anonymous said…

    FERNANDITO, NO ESTÁS SUBIENDO MIS COMENTARIOS. POR QUÉ MEJOR NO LE ESCRIBES UNA CARTA A LA EX QUE ABANDONASTE? TÚ ERES UN CABALLERO, Y SE VE QUE PUEDES ESCRIBIR FÁCILMENTE, ANÍMATE - TE - TE... NO LO TOMES COMO UNA OFENSA, CARIÑO. QUE NOS COJAN CONFESADOS, PERO MÁS A MÍ QUE A TI.

     
  • At 8:27 PM, Anonymous Anonymous said…

    Anónima, me da risa tu comentario. Subo este comentario para que no sigas llenando nuestra bandeja de entrada.

    ¿A quién te refieres? Que yo recuerde, todas están muy bien con sus vidas y hasta tengo el don de mejorarles la existencia tras el final de la relación.

    Es cierto, que te cojan.

     
  • At 6:51 AM, Anonymous Anonymous said…

    Apropo, Lombardi debe tener varios amigos entre los organizadores de San Sebastian, porque siempre incluyen sus películas en la selección oficial.

    ¿Se acuerdan cuando la Servat corrió el rumor que Maguill estaba voceado fuertemente para ganar el premio a mejor actor por "No se lo midas a nadie" por encima de Ian Mckellen??? Jajaja. qué alucinante ese tío. Que se dedique a sus divas de Broadway y no joda.

     
  • At 9:12 PM, Anonymous Anonymous said…

    El arte debe hacer un bien al país?

     
  • At 2:05 PM, Anonymous Anonymous said…

    El arte no debe hacer el bien ni a un país ni a un barrio, esas restricciones geográficas son de una visión sociopolítica (o algo peor) que no es la razón de ser del arte, a menos que el realizador realmente sienta en su interior más angustiante la necesidad de desarrollar una obra "comprometida", caso contrario es solamente un rollo más que aspirará únicamente a cosechar algunos premios, lágrimas convenidas y ser voz autorizada en las ONG´s.

    Aún así, toda obra puede entrar en cuestionamiento sobre si el efecto que ocasiona en sus espectadores es o no, por ejemplo, racista, clasista, etc. Pero si el realizador está convencido íntimamente que su obra ha sido lo que realmente éste ha necesitado expresar, pues puede tener la conciencia limpia luego de zurrarse en los comentarios.

     
  • At 11:18 AM, Anonymous Anonymous said…

    Bueno, por empezar con algo me parece poco plausible dar por sentado: buen libro, buena película, que si bien no se dice en ninguna de las líneas de éste "ensayo", se deduce en sentido contrario; de verdad creén que el cine puede tiene que ver con la literatura, por ese lado están dando palos de ciego. Cómo el autor a citado a Godard para materializarnos la fatua labor que puede tener un productor "simpático", citemos no ya las palabras de un cineasta, sino su compromiso con su arte, con este arte, con el arte del movimiento: Truffaut que yo sepa nunca adaptó un clásico de la literatura, sin embargo la mayoría de sus films son adapataciones, pero al adaptarlas desaparecierón, al rodarlas cambiarón para siempre y se tranformarón en lo que son: films, sin más, buenos o malos. Quién puede olvidar la bellísima escena final de "Farenheit 451", única, poética y rabiosamente viva. Está se la debemos a Bradbury o al Sr. Truffaut.
    Se pude escribir de todo y por todos, eso es consustancial a nuestro modelo de sociedad, pero si se pretende escribir de cine que al menos sea de eso, de cine; y con un poco de estilo, si se puede, porque eso de estar tuteando a Lombardi, puede ser eficaz tomandote unas chelas en cualquier bar, pero en un "ensayo", no y no porque el director sea Dios o algo parecido, sino porque sin toda esa batería de referencias en primera persona la retahila de frases como "respira hondo" o "tomatelo con calma", dejan de ser "chistositas", "chongeras", es decir dejan de ser eficaces. Lo que me apasiona, y por descontado supongo que a todos visitan éste blog, es el cine, sin más, el cine. Señores hablemos de cine, por favor.

     

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