EL COYOTE Y EL CORRECAMINOS (Versión Cinéma Verité)
Recomendación: Dale Play al video mientras lees. (No, no somos chavistas)
EL COYOTE Y EL CORRECAMINOS
(Remake Cinéma Verité)
Un día como hoy, hace como un año, extraños eventos perturbaron la calma chicha de Limalandia la gris. Los dos protagonistas nos contaron versiones distintas. Nos sentíamos un poco en Rashomon y otro poco en Bip-Bip.
No tendríamos por qué recordar ahora momentos tan dulces, pero ocurre que hace unos días llegó a nuestro mail una crónica sin remitente que nos ha salvado de nuestro aburrimiento postnavideño.
Decidimos publicarla sin más, dados sus valores literarios y de documento histórico, en beneficio de las futuras generaciones. Antes, el famoso texto que Ricardo Bedoya hiciera público mostrando su respetable versión de los hechos. Así se inaugura la sección "Un día como hoy..." (MCC)
* * *
Texto enviado por Ricardo Bedoya a un yahoogroup el 9 de Enero de 2006:
Envío esta nota a Cinemaperú porque pienso que hay quejas que deben hacerse públicas. El viernes 6 fui a la función de las 6 de la tarde de El cinematógrafo. Quería ver The Brown Bunny, de Vincent Gallo.
La película se pasó con el formato alterado. El original tiene una ratio de 1.66:1 y la imagen que emitía el proyector correspondía a un formato de 2.35:1. La imagen estaba distorsionada: achatada en los extremos superior e inferior y dilatada por los costados. Un desastre.
Salí a pedir que arreglaran la proyección. Era muy simple: con el control remoto del dvd se solucionaba el tema. En la puerta se encontraba José Carlos Burneo, que es, al parecer, el "responsable" de la sala. Le dije lo que pasaba y me respondió: "ya voy". Nada.
Pasaron los minutos y las cosas siguieron tal cual. Decidí ir a la cabina, para ver si el operador arreglaba el estropicio. Nada. La cabina estaba oscura y a solas. Me pareció increíble, dada la denuncia de robo de equipos que esta sala sufrió hace un tiempo.
Volví a salir para quejarme, pero Burneo se había ido del local. Sólo había una persona en boletería que no daba razón y dijo que el proyector estaba calibrado así. Volví a entrar para ver hasta dónde podía ir la irresponsabilidad. L
a función continuó y culminó sin que nadie se acercara a la cabina ni hiciera el mínimo intento de arreglar o explicar nada. Al final de la película, volví a quejarme ante una señorita que estaba en la boletería y le dejé dicho que hablara con Burneo sobre su irresponsabilidad.
Cuando me marchaba en el auto, lo vi llegar a Burneo. Como estaba lejos y había mucho tráfico, lo llamé por su nombre y me estacioné para bajarme y hablar con él. Burneo me vio y se las picó, como un carterista encontrado in fraganti. Me indignó el gesto y decidí seguirlo. Di la vuelta a la manzana pero cuando Burneo volvió a mirame, corrió una vez más. Furioso, pero a la vez divertido y sorprendido por la reacción infantil y negligente de este personaje, insistí y lo seguí con el carro por la avenida Grau de Barranco por donde el acosado zigzagueaba. Logré llegar a su lado, pese a los cláxones de los autos, y le dije para hablar. Se refugió en una tienda y cambió de ruta, a paso ligero y mirando hacia otro lado. Como el tráfico era fuerte, sólo pude gritarle: "Burneo, no imaginé que fueras tan cobarde", y me fui. No sabía si estaba amargo o me había ocurrido la cosa más graciosa en los muchos años que llevo yendo al cine. El escape de este irresponsable fue tan grotesco, miedoso, absurdo, que daba risa, pero a la vez verguenza por él.
Yo sé que Mario Rivas, con mucho esfuerzo, mantiene El Cinematógrafo, que es un proyecto cultural. Por eso mismo, y para no parecerse a cualquier multisala, debe ponerla en manos de alguien que tenga la entereza de dar una explicación, o la capacidad para enfrentar el reclamo de un cliente. Salir corriendo demuestra desinterés, cobardía y negligencia total. Por supuesto, no volveré a ir a El cinematógrafo. Lástima porque pensaba volver a ver Detrás del mar y El misterio del Kharisiri.
* * *
La Increíble y Triste Historia del Cándido Crítico de Cine y su Acosado Desalmado
Como el tráfico era fuerte,
sólo pude gritarle:
"No imaginé que fueras tan cobarde",
y me fui.
Un Cándido Crítico de Cine
Quien no conozca la historia completa podría rápidamente inferir que se trata de una novela de desencuentros amorosos escrita por cualquier aspirante a famoso. O, tal vez, suena a uno de esos episodios de tele-llorona mexicana, donde la protagonista persigue a su esposo por las calles con la única finalidad de humillarlo. O, para ser más localistas y demostrando que El culebrón sí es patriota, nuestra historia se asemeja a una de las cámaras escondidas del prestigioso programa de Laura Bozzo o al espectáculo que la Sra. Castro Mendivil, asidua concurrente a la panadería San Antonio, desataría de manera pública al enterarse que Rosita Ruiz del Pozo no la invitó a su 50 aniversario de bodas.
Pero vayamos al grano. Este ha sido el año en el que uno de nuestros más “reputados” críticos cinematográficos (así lo califican en un conocido suplemento dominical, para el que trabaja) demostró abiertamente un talento que tenía escondido, guardado celosamente para sí mismo, como un niño que esconde su último chocolate ante la presencia de sus maliciosos primos. El Cándido Crítico de Cine sabía narrar historias, y vaya que lo hacía de una manera deliciosa. Todos los que participamos del que hacer cinematográfico nacional le agradecimos, espiritualmente, durante semanas. Nadie, desde Chaplin o Keaton, nos había hecho reír tanto.
Primera escena
Fui a ver una película a una sala local. Cuando empezó me di cuenta que el formato de la cinta estaba alterado, es decir se veía un poco más alargado de lo normal. Me puse nervioso, me vino la jaqueca. Recordé que no había dejado propina al mesero de Bohemia. Diablos, ahora cuando regrese no va a querer darme la mesa más pegada a la ventana, esa que tiene como vista al Cine Alcazar, donde disfruto de los espectadores que pasan y me ven. ¿Dónde estoy? Cierto. Debo quejarme de este estropajo de proyección. Me pongo de pie, de manera suave, para no incrementar mi jaqueca y me dirijo hacia la boletería.
Casi sin proponérselo el Cándido Crítico de Cine no solo había liberado uno de sus más brillantes talentos. También había puesto una marca inolvidable en los 114 años de cine en el Perú (¿habrá ya actualizado su libro?). Y en su afán de captar la atención, a como de lugar, también habría sido automáticamente nominado como representante del evento cultural del año, desterrando a otros “reputados” candidatos, como el Festival de la PUCP o la subasta de fin de año de artesanías realizadas por la Asociación de Amas de Casa de San Isidro. Un éxito.
Segunda escena
Salgo de la sala amargo. Ahora van a saber quien soy yo. No en vano he estado, durante años, peleando por ser el mandamás del cine peruano. Al diablo el restaurante Bohemia. Puedo comprar un café y pararme frente a la boletería de Larcomar. Igual hay más gente ahí. Salgo y encuentro al “responsable” de esta sala y le presento mi queja. El despreciable sujeto me dice: “Ya voy” (¿o dijo “ya me voy”?). Nada. Pasan los minutos y nadie hace nada por solucionar el desperfecto. Me pongo más nervioso. Se incrementa mi jaqueca. Diablos, dejé mi frasco de Panadol en Bohemia. Ahora que roche regresar. Y eso que eran importadas. A la mierda. Pasan más minutos. Nadie hace nada. Ningún espectador se queja. No saben, pues, como yo sé. Ignorantes. Voy a la cabina y está oscuro. Parece que no hay nadie. Si no tuviera jaqueca no me molestaría en despertar al proyeccionista, que seguramente se ha quedado dormido. Irresponsable. Irresponsables todos en esta sala. Toda la película se proyecta mal, con el formato alterado. Un crimen inconfesable. Un atentado contra la cinefilia local. Un buen tema de conversación para el Café de las Artes.
Haciendo gala de la autobiografía, el Cándido Crítico de Cine no puede dejar de marcar su huella en el cine nacional. Atrás quedaron ya los ataques hacia ese par de presumidos pero valientes críticos que, desde una ventana fresca y joven, cuestionaron todo el tiempo su palabra. Algo a lo que el Cándido Crítico de Cine no estaba acostumbrado. Jóvenes ignorantes, sentenciaba. Ahora que el internet y los maravillosos blogs están a la orden del día, más vale aplicar la trillada frase Si no puedes contra ellos, únete, y celebrar “la diversidad de opinión”. Porque ese pequeño grupito probablemente forma el 1.0 de rating que tiene su programa de televisión. Y, quien sabe, el mundo da vueltas –y los números también- y nadie quiere ese 1.0 convertido en 0.1, ¿cierto?
Tercera escena
Me voy amargo de esa maldita sala. Nunca más regresaré. Voy a encontrar las mil maneras de desprestigiar al lugar y a ese maldito sujeto que me dijo “ya voy” y nunca vino. Lo odio. Cualquier cosa que me provoque una jaqueca merece mi odio. Ojalá el mesero de Bohemia no me odie. En verdad me gusta ese lugar. Al diablo el Alcazar y Larcomar. ¿Qué son comparados a Cannes, San Sebastián o el BAFICI? Yo soy más que ellos. Mierda ¿quién ha sacado el disco de Shakira del radio de mi auto? Amo el último álbum, Fijación oral, mis caderas no mienten...pero ¿qué es eso? Ahí está el despreciable sujeto irresponsable de esta sala, caminando, como si nada, por las calles de Barranco. Ahh, no. Este me la debe. Le meto queso al acelerador y llego rápidamente, en mi bólido azul, a su costado. Me estaciono. Me bajo del auto y le pido para conversar. No me escucha –o se hace el que no me escucha- y sigue caminando como si nada. En la radio suena una canción de Menudo, Súbete a mi moto. Me pongo en “fá” y le vuelvo a meter queso a la caña. Doy la vuelta a la manzana, a todo dar, y lo encuentro nuevamente. Lo llamo, no me hace caso. Nunca nadie ha dejado de hacerme caso. Nunca. Nadie. La Avenida Grau es invadida por un tumulto de cláxones que no hacen más que incrementar mi jaqueca. Como el tráfico está fuerte, sólo puedo gritarle: "No imaginé que fueras tan cobarde", y me voy a Dédalo a comprarme un regalito.
Odio las vacas sagradas. Aquellos sujetos ensimismados en su grandiosismo inútil, vacuo, apestoso. En este momento el Cándido Crítico de Cine prepara un repugnante correo electrónico que enviará a su lindo círculo de críticos cinematográficos y -no contento con eso- publicará en una conocida lista de interés local. Mientras canta alegremente, el Cándido Crítico de Cine no se da cuenta que esta yendo por lana pero está a punto de ser trasquilado. Y, de hecho, el mesero de Bohemia sí lo odia.
(Lima, 08 de Enero del 2007)
13 Comments:
At 11:07 AM, Anonymous said…
Insidioso. Mal pues mal, asi queremos agremiarnos?. Punto en contra para el blog.
At 10:04 PM, Anonymous said…
Mi estimado Mario Castro. Realmente me han sorprendido - gratamente por supuesto - Esta muy bien la burla a Bedoya - Alla èl si se pica ¿no es cierto? La verdad no se cual elegir ,osea cual es màs gracioso, si el articulo que el hizo sobre burneo y su "fallida" funciòn y que èl no niega haber hecho, o el de uds que la verdad esta estupendo. No soy critico literario, y tampoco nunca sere un gran cinefilo, pero me defiendo màs o menos pero repito esta muy bien la broma pesada, la verdad se lo merece. Nunca olvidare cuando en su programa de tv . de forma cachosa dijo sobre la entrevista que tu amiga le hizo a woody allen en "abre los ojos" : "Ah si, me olvidaba, hay un encuentro casual con W.Allen" ¿encuentro casual con W.A? ME DIJE YO : Este pelao esta huevòn, que le pasa, con allen uno no tiene encuentros casuales y menos si iba a recibir el premio principe de asturias.Pero bueno asi son nuestras "vacas sagradas" de la critica de cine. La verdad que ridiculo es ricardo bedoya, cuando dice que el aunque no es parte oficial de la fipresci peruana ,practicamente lo es porque ejerce la critica de cine,!que huachafo ricardo! y despues sugiere que puede formar parte de ella, practicamente te amenaza , que ridiculo la verdad. Ahora bueno luego de hacer higado con su texto , no niego que el pata es inteligente y astuto pero eso no lo libra de meter la pata !verdad! y no se de repente hasta hay una oculta , inconsciente ansiedad de que se le haya descubierto ,de repente eso explica porque no niega lo que hizo en el cinematografo, sobre todo cuando dice amenazando "Ya nunca màs ire a ese lugar, que lastima y yo que queria ver Detras del Mar", ja,ja,ja,ja, te juro que me cague de la risa, que tipo para mas creido . El cinematografo de barranco no lo necesita , ni a èl ni a nadie. Asi el local este mal administrado , ha demostrado que es autosuficiente ,independiente. Y en cuanto al precio de entrada , me parece lo màs justo y acequible, no como en la filmoteca pucp donde la entrada esta el doble, pero claro como el no paga entrada ahi,porque entra gratis, asi cualquiera, que rico no. bueno ya no hago higado, no vale la pena. Sigan asi hombre. Felicitacioens.
At 4:32 PM, Anonymous said…
me encanta este blog y su franqueza pero es cierto q esta "sátira" es de mal gusto, con mucha mala onda.
volveré a visitarlos, pero ya no me caen tanto...
At 10:09 AM, Anonymous said…
Su respuesta al texto de bedoya, es una de las mas basurientas, engreidas, mezquinas, ignorantes contestaciones que he leido en mucho tiempo en la blogosfera. Bedoya no es santo de mi predilección, pero su posición merece todo el repudio de los bien pensantes.
At 11:32 AM, Anonymous said…
el cinematografo tiene una proyeccion muy mala. y de hecho, cada vez paso menos por ahi. y mucha gente podria ir si se esforzaran un porquito. En fin, el post esta bueno, creo que da para un texto de ficcion. Un cuento o algo asi. Me ceden los derechos para intentarlo?
(igual, lo hare, se los enviare si me queda aceptable)
At 3:48 AM, Anonymous said…
Aparecieron las viudas de Bedoya!
At 6:58 AM, Anonymous said…
Este post baja bastante el nivel y ni que decir que suena bien acomplejado.
At 8:47 AM, Juan Luis Dammert said…
No le encuentro la gracia a tu pagina. Parece que tu odio por Bedoya es mas grande que tus problemas.
At 3:28 PM, Anonymous said…
Ta bien conchasumare bajense a ese pelado de mierda. repulsa encontrarme a ese diletante de mierda q solo adora peliculas realizadas antes del 80 que se vayan a la mierda él y todas las meirdas que se autodenominan "criticos" fuera hijos de puta jamas han leido un texto entero de nada y ya se juran criticos
At 5:47 PM, Anonymous said…
La sátira siempre es divertida y es nuestro único medio ante tanta vaca sagrada del ambiente seudo intelectual limeño.
At 9:14 PM, Anonymous said…
Solo para decir que sí existe el cine peruano...ver la película el Encuentro de dos mundos de Héctor Marreros (Cajamarca)
At 8:19 PM, Anonymous said…
saven nadie tiene la verdad en las manos pero , tambien es cierto que respetos guardan respetos
At 12:28 AM, Javier said…
"Odio las vacas sagradas. Aquellos sujetos ensimismados en su grandiosismo inútil, vacuo, apestoso." Manya.. se odia a si mismo xD
Post a Comment
<< Home