WENDERS, WIM
Wenders, Wim
Cada director posee su propia gramática fílmica, una gramática que ha aprendido de alguien o que ha inventado para sí mismo. Originariamente, mi gramática procedía de las películas norteamericanas y, más concretamente, de los filmes de Anthony Mann y Nicholas Ray. Pero, con el tiempo, me fui sintiendo atrapado por ciertas reglas dogmáticas y empecé a reinventarlas... En 1995, trabajé en la película de Michelangelo Antonioni Al di là delle nuvole (1995), como una especie de ayudante... Y creo que todas las veces que Antonioni se preparaba para rodar una escena pensaba para mis adentros: “No va a funcionar; no es posible. Tal como está escrita la escena, no se puede empezar con un travelling”. Y, por supuesto, casi siempre me equivocaba. Él rodaba la escena a su manera y funcionaba. Era totalmente distinto a lo que habría hecho yo con el mismo material, pero igual de válido. Esta experiencia suavizó algunas de las ideas rígidas y dogmáticas sobre la dirección que solía tener.
Cada director posee su propia gramática fílmica, una gramática que ha aprendido de alguien o que ha inventado para sí mismo. Originariamente, mi gramática procedía de las películas norteamericanas y, más concretamente, de los filmes de Anthony Mann y Nicholas Ray. Pero, con el tiempo, me fui sintiendo atrapado por ciertas reglas dogmáticas y empecé a reinventarlas... En 1995, trabajé en la película de Michelangelo Antonioni Al di là delle nuvole (1995), como una especie de ayudante... Y creo que todas las veces que Antonioni se preparaba para rodar una escena pensaba para mis adentros: “No va a funcionar; no es posible. Tal como está escrita la escena, no se puede empezar con un travelling”. Y, por supuesto, casi siempre me equivocaba. Él rodaba la escena a su manera y funcionaba. Era totalmente distinto a lo que habría hecho yo con el mismo material, pero igual de válido. Esta experiencia suavizó algunas de las ideas rígidas y dogmáticas sobre la dirección que solía tener.
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