DILEMAS DEL CINE PERUANO. POR EDUARDO QUISPE.
A veces no sé que es peor: que "no exista" un cine peruano, o que exista bajo los estándares de una industria, porque producir industrialmente es hacerlo de un modo estandarizado; cada producto cortado no de la misma manera, pero si con la misma tijera, y muchas veces por las mismas manos.
Antes de pensar en una industria creo que lo lógico es pensar en el público, el mercado; el tipo de cultura de consumo de cine que hay en el país, así como los factores y actores para eso sea así. Además de eso, díganme, ¿qué película realizada bajo los patrones de una industria es o ha sido realmente paradigmática, que haya marcado un antes y un después? Fuera de los aportes técnicos, puedo arriesgarme a decir que ninguna, más bien, todo lo contrario, son las que han buscado salir de esos patrones las obras que realmente marcaron la historia del cine, y como prueba de ello, sólo citaré unos cuantos ejemplos ampliamente conocidos: Ciudadano Kane, Ladrón de bicicletas, Los 400 golpes, Al final de la escapada, Shadows, La Celebración, y un largo etc.
¿Qué necesitamos en el Perú para realizar películas destacables?
Veamos o al menos hagamos un acercamiento a cómo nace una película en condiciones industriales: está el proyecto, con un concepto, con objetivos e intenciones claras (que deberían estar claras, ¿no?), para que con ello se escriba una historia; pues se quiere (o se debe) comunicar ideas, transmitiendo una posición sobre la vida y sus diferentes matices. Además de eso, se pretende que la película sea original, que aporte y se haga de alguna forma memorable, (un proyecto equivale a un conjunto de acciones articuladas que desean suplir una necesidad, previamente detectada). Antes de dar luz verde a un proyecto, este debe ser "aprobado" (lo que indica que debe ser calificado, que a su vez denota que hay criterios de evaluación...que son definidos por...los financiadores, ¿cierto?... ¿cierto?). Paso siguiente es solventarlo; conseguir los recursos humanos y materiales, presupuesto, afinar y programar detalladamente el proceso, y a grabar. La post producción, la edición de prueba, el corte final, la distribuición y la exhibición.
Un proceso bien elaborado no asegura un buen producto, un exhaustivo cuidado por la técnica tampoco, sobre todo porque lo que pesa en una obra artística (ya que una producción cinematográfica debería ser una obra de arte, ya sea de arte industrial o individual) son los factores humanos. Ninguna película realizada con un formulario para satisfacer demagógicas demandas, para incremetar el montonal; para la risa, el llanto, el susto y la erección fácil, evidenciando un gusto por la irreflexión, la ausencia de compromiso y el desdén moral, en todos los sentidos que se le quiera adquirir, va conseguir ser paradigmática.
¿Necesitamos un sistema de producción? ¡Claro! Pero que este no sea un émulo de sistemas enteramente fenicios, ni que se limite sólo a la financiación de proyectos. Necesitamos políticas concretas, que busquen soluciones para problemas de fondo, tales como la educación audiovisual y cinematográfica en colegios e instituciones educativas, pues se tiene que acercar el BUEN cine a la gente, incentivar la observación, el análisis, la mirada crítica, la interacción intelectual y sicoemotiva con la película; ofrecer alternativas abiertas y de fácil acceso que contrarresten la saturante cartelera hollywoodense, que ya ha acondicionado el gusto popular. Por eso ahora se debe salir al frente con el pie alto, recuperar terreno antes que nuestra cartelera se convierta en una versión real de "El amanecer de los muertos" (George Romero, 1978) o alguna pesadilla salida de argumentos de Huxley, Orwell o Bradbury.
Se necesitan políticas de promoción y respaldo de espacios que exhiban un cine "diferente", gestionar la distribuición y exhibición de obras con calidad de contenido (si eso significa regular la cartelera, pues ¿por qué no? si se ha dejado tanto tiempo a la "autorregulación" conforme al "mercado"), y sobre todo, se necesita crear una Escuela de Cine ya sea con apoyo estatal, o con subvenciones del sector privado (porque de lo contrario el cine seguirá siendo una carrera profesional de difícil acceso... no todos pueden estudiar en la U. de Lima o la Católica, mucho menos en el extranjero), sin que haya condicionantes o censuras de por medio, y de donde salgan profesionales que no solo vean el cine como elemento catártico, o diario audiovisual, sino como una oportunidad para decir algo importante, trascendente, para transmitir algo signicativo. Que el cine sea realmente democratizado, y considerado como una manifestación cultural, al alcance de la población, y no necesariamente "popularizado" como pretenden los gurús del gusto chabacano.
Podemos aspirar a ser un país con industria, pero si no se apoya la variedad, lo alternativo, los riesgos artísticos, los rechazos a lo establecido, lo impuesto por una industria estupidizante, como las toneladas de celuloide distribuidas como si de ayuda humanitaria se tratase, no mejorará el panorama actual en cuestión de calidad. Si solo se apuesta por lo convencional, lo irreflexivo, lo predigerido, solo esperaremos que haya esfuerzos particulares y aislados a los que después se colen para la foto los mismos de siempre. Se puede pensar que el público no espera películas que le exijan, que no les atraiga algo más que un par de horas de escapismo y entretenimiento puro, "sano"...Pero ¿Quién lo ha establecido así? ¿Y por qué no hay voces de inconformidad alzadas y actos de decencia contra tal atropello?
Si continuamos pensando que el asunto va por más continuidad para los cineastas; darles una industria donde se puedan desenvolver y "desarrollar", sólo agregaremos más espacio en la casa para la misma familia. Perdónenme, pero no creo que el país y los peruanos necesiten darle miles de dólares para que los cineastas del círculo (o circuito, como quieran llamarle) ensayen, cometan menos errores, tengan más continuidad y sigan produciendo bajo la misma forma de pensar, de ver y mostrar el "mundo"... No necesitamos ver las versiones mejoradas de Tarata o Cu4tro.
Para concluir, se necesitan muchas cosas para cambiar el panorama cinematográfico nacional, que actualmente solo se puede apoyar en obras que han salido de propuestas artísticas arriesgadas, pero debe tenerse en consideración las razones de fondo, los pasos a seguir deben ser resultado no solo de debates, estudios e investigaciones sobre "qué quiere" consumir el público, sino en el porqué y para qué, extendiendo a su vez este cuestionamiento a los cineastas y productores. Solo así habrá un sinceramiento a la hora de realizar y entregar las películas al escrutinio público y de la crítica, porque no es que haya malas películas, sino que simplemente parecen no tener claro a dónde apuntaban cuando las hicieron, y creo honestamente que el público y la crítica sincera puede identificarlo así, y a nadie le gusta que lo "estafen" de esa manera.
http://cinestesiaperu.blogspot.com/2010/01/un-cine-peruano-con-industria.html
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7 Comments:
At 11:47 AM, CARLOS FERNANDEZ said…
SUSCRIBO TODO LO DICHO POR EDUARDO QUISPE.
CARLOS FERNANDEZ
At 9:35 PM, Anonymous said…
¿Porque nunca vas al cafae a ver cine regional?. Nunca te he visto ahi, y eso que yo siempre voy con mi novia. Te conocemos porque te hemos visto en fotos y en internet. Los dos pensamos : No serà que el es el racista, desprecia a los cineastas de provincia y no los ve. Hablas de un nuevo cine peruano pero solo mencionas a los que hacen cine digital en Lima, ¿Y los del interior del pais no son peruanos? ¿Ellos no son parte de "tu nuevo cine"? O es que son "el Otro cine". Tu indicaciòn del "Nuevo cine " es centralista , limeñista. Lima no es el Perù cuñao. He visto "Encierro" de Montenegro y la verdad no le llega ni a los talones a "El tunche" de nilo inga, por sino sabes èl es de Huancayo. ¿Sabes dònde està Huancayo?. Ah perdòn, tù eres de Lima y no sabes pues, disculpa. Tù solo ves cine de Lima ¿no es cierto? En cuanto a "Dos" de Quispe, me pareciò aburrido. Tratando de hacer algo que èl llamo " diferente" porque no es "la tipica historia de amor"creo algo que no es ni lo uno ni lo otro ,entonces ¿què es?. No entiendo porque tenerle miedo o asco al cine de entretenimiento o al de evasiòn. Tu desprecio al cine que tu y Quispe llaman no valioso me parece pateticamente pequeño burguès con tendencia al proteccionismo paternalista de un tipico pequeñoburguès. Làstima prometian ,pèro ahi se quedaron : en una promesa.
At 12:03 AM, La cinefilia no es patriota said…
El Tunche da risa (ni siquiera mucha), no miedo, y no porque sea de Huancayo, sino porque es muy ingenua.
En Encierro y en 2 encuentro bastante menos ingenuidad.
Los actores, de Omar Forero, una de las películas que menciono como parte de un nuevo cine peruano, es trujillana.
Lo que tu entretenido comment evade es la argumentación.
Lo cual es peor que ser ingenuo.
Atentamente
El racista, limeñista, centralista, proteccionista, típico pequeñoburgúes M.C.
At 10:40 AM, Eduardo Quispe Alarcón said…
Hola
Considero que una película que se arriesga es justamente eso; dar el todo a ganar o perder, lograr o no lograr...con el tener la valentía de hacerlo y no sólo mirar desde una butaca ya hay un logro: El intento de hacer algo, de no sólo seguir un rumbo harto hollado, y preferir el error honesto a emular fómulas que supuestamente aseguran una respuesta positiva del público...
Por cierto soy ayacuchano...
¿Si he visto películas de provincias? las que han llegado, sí, y creo que funcionan, cumplen con lo que se han propuesto, pero no puedo decir que ese camino sea el que se debe seguir para hablar de un cine nacional, que represente las múltiples identidades culturales...Eso que mencionas, espero no de forma ligera, es parte de un gran problema de estructura social...La respuesta de la gente acá ante películas de provincias, es la misma que tienen en provincias con una película limeña...Pero, además de los códigos culturales, hay una forma de sensibilizar al espectador con lo que muestras en pantalla, una forma de ser honesto y no sólo intentar manipular una reacción en base a gags, clichés, etc...y eso sí haría una buena película donde sea...No sé casi nada de las culturas japonesa, Taiwanesa, Tailandesa, turca, griega, sueca, belga, rumana, etc...pero admiro la belleza, lo estético o lo antiestético; me identifico con la poética, o con la crudeza, con la sutileza o la dureza, con el dolor, el desenfado o la alegría de muchas pélículas provenientes de tales culturas porque justamente intentan mostrarme o decirme algo, y no sólo son una excusa para hacerme pagar una entrada o comprar un producto...
Creo que es peor ser condecendiente y valorar algo sólo porque viene de mi casa...si mi visión es "centralista" ¿porque menciono como películas deshonestas a producciones enteramente limeñas?
Si soy un simple pequeño burgués desenfadado ¿Porqué desestimo el modo de producción "industrial", porque prefiero la grabación artesanal, porqué hablo de democratización, de acercar alternativas a la población, de acercar el estudio y la valoración cinematográfica a las mayorías?...
Y me detengo, porque no pienso hacer de un coment otro post, ni creo que tus comentariso sean relevantes para aportar algo en el tema propuesto...solo, valga la aclaración...
Saludos cordiales.
Eduardo Quispe Alarcón
At 2:43 PM, Anonymous said…
que aporte y se haga de alguna forma memorable,
Por favor, que sea entretenida y punto.
At 5:21 PM, Roger said…
Este artículo de Quispe Alarcón es el mejor que he leído en este blog. Felicitaciones.
Roger.
At 9:46 PM, Anonymous said…
Me hubiera gustado que el articulista aclarase varios de los términos entrecomillados a los que recurre; pecan en demasía de elusivos. Tal vez no todo para el ¿señor? esté claro; pero puedo estar parcialmente de acuerdo contigo.
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