LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Monday, July 09, 2007

TODOS SOMOS TÉCNICOS (II) - Más sobre nuestro cine



Continuamos exponiendo las posiciones de nuestros lectores sobre el tema principal que nos concierne este mes: nuestro cine. El día de mañana publicaremos una entrevista con un directivo de CONACINE que va a exponer su posición sobre todas esas posiciones suspicaces que insisten en ver los concursos nacionales como trampolín para proyectos "regionalistas". Mientras, repasemos algunas ideas.
Hola, con la mejor onda, ya que hablamos de la expresividad en el cine peruano.Viendo la foto de Darín, me pregunto si tenemos actores así. ¿No son sobreactuados los actores peruanos? ¿No traen una serie de clichés de la TV (ya ni siquiera del teatro)? Los esfuerzos de Isola y de Angeles por formar actores cinematográficos no bastan. Pero, ¿qué buenas actuaciones puede haber con guiones que se escriben como si fueran para la TV? Quizá tengan razón cuando dice que se piensa sólo en el éxito inmediato. Faltaría una revolución profunda. Actores, guionistas, directores. Perdonen, otro diagnóstico de un mal para el cual no tengo el remedio.
(Anónimo)

El cine comercial hasta el momento ha hecho poco o nada de interés en nuestro cinematografía, sin contar el hecho de que pocas veces ha alcanzado sus tan mentados objetivos mercantilistas. Además, creo que es visible, tales son las metas de la mayoría de filmes de nuestros directores en los últimos años. Es decir, los que intentan crear un "cine de autor" son sólo cuatro gatos, no la situación contraria. Hallo que sostener esto último es la principal equivocación del señor Fernández. Nuestros directores deben asumir de una vez por todas el cine como arte, y no como una reunión de patas para ver que tan bien funciona la cámara con el rostro de tu hermana y nosotros en medio de una juerga, sin ser capaces nunca de armar una escena de verdad cinematográfica.
(Víctor Cabrera)
Tengo una opinion sobre que es lo mas importante en lo que fallan los cineastas: Es el guión, es la historia que relatan. Se meten a hacer temas que no conocen, no hacen historias que sean honestas y cuyos temas conozcan. Entonces no es un problema de actores (tenemos buenos y en todo caso un buen director dirige bien a cualquiera), ni de tecnicos ni siquiera de capitales. Es mucho mas amplio , se trata de que si quieres hacer cine quieres hacer algo muy personal, osea quieres decir que eres un artista pero no sabes que es lo que quieres decir y por eso te metes a contar de locos, o de indios o de cualquier cosa que no sabes.
Por ejemplo la pelicula argentina El perro es un buen ejemplo de una pelicula modesta, no con muchos recursos, simple pero con buenos actores y sobre todo un excelente guion. el resultado es una hermoza pelicula, tierna y bien lograda. Otro ejemplo opuesto , la pelicula trujillana Los actores el mismo director dice "yo se que no le va a gustar al publico" pero para mi esta bien, creo que entonces para eso no gastas los recursos que realmente son tan dificiles de conseguir.
Otro ejemplo El chullachaqui, este chico vio un filon comercial y ha hecho una pelicula de terror al estilo americano, muchos chicos en una casa terminan siendo asesinados por un ente amazonico", tuvo su limitado exito en iquitos, pero la manufactura deja mucho que desear y sobre todo las actuaciones, el tema es interesante y el inicio tambien pero luego es totalmente chabacano.creo honestamente que deberian haber mas cursos sobre guion, deberian propiciarse encuentros entre chicos que quieran hacer peliculas y incentivar debates sobre este tema.
(María Eugenia Tamayo)

Se equivocan. La disyuntiva no es entre cine comercial y de autor. Es entre buen y mal cine. No confundan a los lectores. Si alguien quiere ganar en la taquilla, será porque le ha costado conseguir el dinero para filmar o quiere comer de su trabajo o quiere simplemente vivir bien. Hay que exigirle que haga buen cine. ¿Acaso Robles Godoy no intentó hacer cine de autor? ¿O Juan Carlos Torrico? ¿Con qué resultados?
(Anónimo)
Lo que la gente quiere es PORNOGRAFIA! Lo dicen todas las estadísticas!
(Anónimo)


En medio de este debate me gustaría reseñar la experiencia americana de la Film-Maker`s Cooperative (*).
Mekas explica que si bien el cine que perseguía la gente de la cooperativa (en su mayoría provenientes de la New Cinema American Cinema Group, futuros integrantes del Fluxus, siempre animados por las películas de Casavettes, Frank, Menken, etc) era conciente de su exploración y su distancia con el voluptuoso cine del país, jamás se distrajeron respecto a cuestiones como el financiamiento o la producción; razón por la que en las oficinas de la cooperativa antes de cuestiones vanguardistas o estéticas las discusiones iban por la economía de los proyectos.
Todas sus películas eran proyectadas en la misma sala, continuamente, en un programa largo e hiperdemocrático; en conjunto estas películas, en su mayoría de poca monta, sumaron lo suficiente para llegar a grandes títulos como Chelsea Girls o Flaming Creatures. De más esta enumerar la importancia para el desarrollo del arte, sobre todo en el cine actual que trata de ser enmascarado en términos desde videoarte a cine de autor, de un Brakhage, Derance, Mekas, Maciunas, Warhol, etc.
Pero siendo justos esto resulta inaplicable para nuestra época, geopolítica e idiosincrasia. Volvamos con el asunto argentino.
Especulando un poco más se podría decir que el primer impulso para el cine argentino actual radica en la vuelta a la democracia, y sobre todo a una vieja industria-tradición, vuelta a engrasar, que el país recordaba; habría que ser consecuentes con la viejísima data del cine argentino que se produce en gran escala desde los 20 y aún en tiempos de crisis mundiales, cuando el fílmico escaseaba, el grosso de la producción cinematográfica argentina solo era comparable con la mexicana.
Pero también el factor madre de su actual estado es ubicable en la ley del cine que facultan la competencia medianamente (aunque por supuesto cabría escuchar a un productor gaucho para desencantarse) justa con el cine extranjero, esta contiene una medida básica: la cuota de pantalla –la obligación que tienen los cines de pasar un mínimo de películas nacionales por año- y la complementaria, media de continuidad –que posibilita que la película siga en pantallas según un mínimo de recaudación-.
Un acuerdo entre productores, sindicatos e instituto, tras la imposibilidad de continuar en cines una película de recaudación aceptable como Luna de Avellaneda frente a un interesante estreno hollywoodense para los dueños de cine, catalizó su ley de cine. Nuevamente, se existe por un consenso.
o no estoy de acuerdo en que se tenga que hacer un cine peruano con tildes en la u, como al señor Fernandez le interesa y al CONACINE parece también viendo las coloridas elecciones que ha hecho este año; en mi opinión también el cine asiático presenta toda una respuesta estética contenida en sus historias ajenas.
Tampoco estoy de acuerdo con que el estado deba primar sus intereses en la producción de la rama de arte que nos compete, es majaderamente amoral sabiendo donde estamos parados exigir tamaña mamadera. Pero si estoy de acuerdo a que un artista debe tener la oportunidad de producir si es esto lo único que realmente puede hacer; el estado debe intentar promover la financiación por fuera de su presupuesto, ahí esta el caso brasilero que intercambia impuestos a las corporativas por apoyo a proyectos culturales, o las productoras de televisión europeas obligadas también en brindar apoyo. Consenso y ley señores, humilde opinión de estudiante poco informado. Saludos.
C.R.
*Explicada con claridad por su fundador en el librito “Entre el underground y el off-off” de Anagrama



Una policial de Coco Castillo.
Un dramón de Hugo Fernández.
El premio de Panchito.
Cielo oscuro de Joel Calero.
Mi pequeño de Álvaro Velarde.
Las malas intenciones de Rosario García-Montero.
Los famosos inmorales de Aldo Salvini, que si no me equivoco era de humor negro.
Todas informaciones cortas sacadas del Correo y la web. No asevero que todos los proyectos estén exentos de este aire indigenista-indi que, sin una madurez o al menos un real entrañamiento con lo contado, puede ofrecer algo coherente o trascendente para la actualidad de la cinematografía, pero al menos se plantean desde un piso distinto a "una historia de amor engarzada en medio de los preparativos y vivencias de un concurso de baile Huaylarsh". Se siguen mordiendo la cola.
Lo del terrorismo, con Solier de protagonista además, es de esperarse; obviamente se ganó por cartel y color del mismo. No es gratuita mi molestia señor.Sobre el segundo punto, concuerdo en que el estado no tiene que regalar nada, como dije antes, menos aún en nuestro país. Convocar gente de otros países, reunir sus experiencias, podría resultarnos más que edificante.
(Anónimo)



Ajá, volvemos a un detalle crucial que había quedado medio escondido por tanta pelea: los "notables de la cultura" como jurados. Ahora entiendo que su comentario sobre el fallo apuntaba a porqué hay una idea tan cuadriculada de la cultura. Y estoy de acuerdo.Lo que no entiendo es cómo sabe usted que esos otros proyectos eran los mejores. ¿Quién, aparte de los jurados, ha leído todos? Y si menciona a Coco Castillo y a un par de desconocidos, supongo que está bromeando.¿Y no estará prejuzgando el del Huaylarsh? Pero, claro, si usted ha leído todos, no lo está haciendo. Perdone mi suspicacia.
(Anónimo)

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1 Comments:

  • At 11:08 PM, Anonymous Anonymous said…

    Hola. Interesante el comentario de María Eugenia Tamayo. ¿Qué temas eligen nuestros cineastas? Me parece que va más allá del guión, sin embargo.

    Para empezar, hay una sed por producir cosas. Lo mismo pasa en otras artes. Si no, vean los blogs de Literatura, donde algunos de los que no pueden publicar libros se conforman con publicar en Internet, mientras otros, impotentes, se dedican a insultar a los que sí pudieron publicar.

    Más allá de los insultos, hay sed por producir. Y está bien. Que se produzca mucho y sin inhibiciones. Porque si no, ¿cuándo experimentan los aprendices? Seguro comenzarán con errores. Lo importante es aprender de ellos y mejorar. Luego el tiempo dirá quiénes quedan (así como en la Nueva Ola todos salían con sus cámaras de 16mm, hoy todos salen con sus camaritas digitales pero no todos quedarán).

    Si uno mira las primeras películas de Almodóvar, verá lo imperfectas que son. Seguro que en su momento le dieron duro al español por sus temas. Pero hoy, en retrospectiva, podemos apreciar que sus temas ya estaban planteados en esas películas. Si miramos El Signo del León, de Rohmer, igual.

    ¿Qué falta entonces? Mejores escuelas. Mejores profesores. Que no todo sea tan empírico. Que el joven que empieza, tenga mejores herramientas conceptuales. ¿Hay que ir al extranjero? Es posible, pero ojo que hay cineastas que se formaron sin escuela. Lo que no quiere decir que no tuvieran formación. Clint Eastwood aprendió de Don Siegel y de Sergio Leone. En la cancha. Pero Eastwood, además de talento, tiene una ética muy notoria.

    De repente, ocurre que esa sed por producir se quiere saciar a muy temprana edad, cuando no se ha madurado como personas. Puede saberse de técnicas de guión aprendida en libros o escuelas, pero ¿con qué ética se filma?

     

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