ERICH ROHMER:
Todo lo que es bueno es necesariamente moderno en la medida en que no se parece a lo que ha sido hecho con anterioridad.
No será por sus “travellings” o por sus encuadres rebuscados que merecerán el nombre de artista. Es por su voluntad de tratar el tema y sobreponer el punto de vista del arte al de la técnica.
No hay que buscar ser moderno. Uno lo es si lo merece. Y tampoco hay que tener miedo de no ser moderno. Hay que evitar que esto sea una obsesión.
Por poco que se ahonda uno advierte que no hay guiones originales; los que se dicen tales plagian, más o menos de cerca, una obra dramática o novelesca de la que toman lo más vivo de sus situaciones o s u problemática.
La diversidad nace de una voluntad inicial de unidad.
La riqueza expresiva es fruto del despojamiento.
Creo que la imagen cinematográfica debe estar siempre en presente y que no se puede confundir una imagen real con una imagen virtual que sólo existe en la mente. No se pueden confundir imaginación y percepción. La imagen del cine es el presente, porque la cámara no puede examinar los detalles que uno no ve.
Desde el punto de vista filosófico, soy contrario a la expresión del pasado en el cine. Me interesa mucho más tratar de visualizar lo invisible a través de lo visible que tratar en vano de visualizar lo invisible. El pasado no se puede ver y, para mí, tampoco se puede filmar.
El arte es una reflexión sobre nuestro tiempo. ¿Pero no es también un antídoto?
Las definiciones existentes sobre la singularidad del cine son tan fragmentarias que quiero proponer otra: la cualidad más destacada de la cámara es fijar el instante. A través de su posibilidad de reproducir lo único infinitas veces, la cámara convierte al acontecimiento puro en arte, al arte menor en arte mayor.
Mi filosofía no ha cambiado ni creo que vaya a hacerlo. Siempre he pensado que una película merece la pena cuando se puede llegar a la esencialidad. También creo necesario dejar un espacio al azar. Y es entonces cuando se producen esos azares tan valiosos. Paradójicamente, en mis películas todo es fortuito... menos el azar. De ahí se deriva o se desprende que todos los riesgos de mi carrera, que han sido muchos, hayan estado siempre calculados.
En el cine, paradójicamente, el arte será más grande en la medida en que haya copia pura y simple de la realidad y no voluntad de interpretación y donde el rechazo a hacer arte se erige en primer principio a seguir.
4 Comments:
At 9:17 PM, Anonymous said…
¿Qué opinaba Rohmer del cine de Lynch por ejemplo?
At 1:53 PM, Anonymous said…
Rohmer, palabras sabias, no resulta tan fácil en estos días ser honesto, es más fácil caer en modas, concursos, "intentar ser modernos" ¿por qué no intentar ser una misma? Rohmer sabía que ésa era la mejor opción de todas...y sí, la más difícil, de hecho.
Encantada con este post, gracias a la cinefilia por compartirlo!D.
At 1:42 PM, Anonymous said…
«La misión del cine es más la de dirigir nuestros ojos hacia los aspectos del mundo para los que todavía no tenemos una mirada, que la de situar ante nuestros ojos un espejo deformante, por muy buena calidad que tenga»
«La meta primera del arte fue la de reproducir no el objeto, sin duda, sino su belleza; lo que se llama realismo no es más que una búsqueda más escrupulosa de esta belleza»
Como bien dice Serge Daney: «Un personaje rohmeriano no evoluciona, no cambia, no resuelve nada: es al final del film lo que era al comienzo y era al comienzo lo que era el actor más allá del film»
http://www.miradas.net/0204/estudios/2004/11_erohmer/articulo1.html
At 1:44 AM, La cinefilia no es patriota said…
«No se trata de proyectar lo que vemos o lo que somos, sino al contrario, se trata de atisbar el pasado desprovistos de prejuicios, del polvo que hemos depositado sobre él»
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