LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Tuesday, April 03, 2007

PARALELO SPELUCINE: LEAVING LAS VEGAS (1995)



Amores perfectos
Leaving Las Vegas
Escribe Paco Pulido Spelucin
“Have you ever had the feeling
That the world's gone and left you behind
Have you ever had the feeling
That you're that close to losing your mind…”
Angel Eyes - Sting
Las Vegas posee en sus entrañas elementos perniciosos para todo ser humano. Nació, dicen algunos, gracias a un pacto eterno entre el diablo, el hombre y el vicio. Además en esa ciudad, el dinero, la prostitución, la soledad, el egoísmo y el alcohol son inmunes al aniquilamiento, a la extinción. Sumados a la maldición constante de la apuesta y el color intenso que por las noches se recrea una y otra vez con sus figuras llamativas parpadeantes de neón, aparece en contraparte una celestial unión de fuerzas contrarias: la noche y la luz, abasteciendo de inmoralidad la mente de los asiduos y permeables visitantes.
La primera escena es desagradable, tenebrosa y repugnante a pesar de la trivialidad que muestra. La cámara persigue a Ben (Nicolas Cage) por el supermercado, y mientras él llena su carrito de compras con muchas botellas de licor, lo vemos bailar, mover los brazos, silbar y pasarla muy bien. Pero sabemos que en el fondo, su vida no vale nada y que lo único que quiere hacer, es matarse lentamente.
¿Alguna vez hemos pensado como Sting en su canción que el mundo nos está dejando y que estamos muy cerca de perder la razón? ¿Cuánta amargura podríamos resistir antes de decidir matarnos poco a poco?
Su mujer lo dejó pero él no sabe si fue antes o después que decidió matarse bebiendo alcohol. Tuvo una familia y tuvo un hijo. Tuvo un gran trabajo con mucho éxito. Todo esto lo tuvo y ya no lo tiene. Todo se le vino abajo. Y simplemente ya no quiere seguir luchando ni seguir recordando. Su suerte se terminó y la clausuró al decidir no seguir viviendo.
Ben se despide de su trabajo, de sus amigos, de su casa... y aquí es en donde me voy a detener. Pero antes de entrar a describir esta escena “de su casa” con toda su majestuosidad dramática y trágica, busquemos la razón por la cual Mike Figgis, director del filme, nos sumerge, juntos con las imágenes, con la música de Jackie Wilson, cantada por uno de los integrantes de Doobie Brother, Michael McDonald.
Figgis, así como encontró a Sting para la primera escena en donde claramente, el jazz y la voz suave del cantante de The Police, nos enternece, deleita y describe a Ben, encaminado a perderse en la muerte, encuentra, para esta escena una canción perfecta.
“My heart is cryin',cryin'
Lonely teardrops
My pillows never dry of
Lonely teardrops
Come home, come home
Just say you will, say you will (say you will)
Say you will (say you will)
Hey, hey (say you will)…”
Lonely TeardropJackie Wilson
La voz de McDonald y su estilo es preciso pero no debemos de olvidar que esta canción es de Jackie Wilson, y que llegó al número 7 en la lista TOP de Estados Unidos, a pesar que en el 59’ los cantantes de raza negra no eran muy solicitados ni populares ni nada, a pesar de eso, eran los que llevaban el ritmo y la genialidad por adentro.
McDonald pinta la escena con su voz un poco grave, pero con mucha fuerza y muy entonada, justo en el momento cuando Ben quema todo lo que le queda dentro de su casa, pero también embolsa las que se pueden botar, y decide viajar a Las Vegas. En su impotencia de desaparecer de su vista todo lo que posee y recuerda, se encuentra con la bicicleta de su hijo. Es azul, pequeña y reluciente. Se detiene frente a ella y se le derrumba el mundo mientras que McDonald sigue cantando: “Ven a casa, ven a casa, sólo di que lo harás, sólo di que lo harás…”
Pero lamentablemente también hay otros recuerdos como las fotos que alguna vez se tomó con su familia. Ben a la izquierda, con sus lentes oscuros que no los deja en toda la película, su hijo pequeño y su esposa, rubia y muy simpática. Todos sonríen, la foto quemándose lentamente, McDonald sigue cantando: Sólo dame una oportunidad para nuestro romance, ven y dime que un día retornaras, porque cada día que te has alejado de mi, mi corazón no hace nada más que quemarse, llorando….”
De pronto amanece, y parte rumbo a Las Vegas. La música sigue sonando, el cantante de Missouri sigue con su jazz – pop - R&B. La autopista sigue llevando a Ben a la ciudad del vicio. De pronto llega la noche con las luces de neón de la ciudad. La música parece que llega a su final, mientras el suicida sigue tomando licor. Y gracias a la perfecta edición de Figgis, la orquesta de música se detiene con una nota aguda de trompetas al mismo tiempo en que Ben frena al seco para no atropellar a Sera (Elisabeth Shue), que se le cruza por el camino cuando éste se pasa la luz roja. El silencio de algunos segundos ahora es reemplazado por la dulce voz de la prostituta y la del alcohólico. Sera le recrimina por pasarse la luz, él dice: ok. Y luego Sera se va alejando, moviendo las caderas, con su minifalda de cuero, y con los últimos acordes de Lonely Teardrops, la canción que acompaña todas estas fabulosas escenas.
Lo que viene a continuación es una historia de amor de las que NO se ven muy a menudo. Casi todas las parejas, por no decir todas, tienen su conflicto con el qué dejar hacer y qué restringir a su compañero o compañera. Aquí es donde Figgis y O’Brien (escritor de la novela autobiográfica de la cual se basa la película), tienen un punto de diferencia con las demás películas.
La aceptación de la pareja es el punto más difícil de sobrellevar en una relación. Pero también tiene un punto en contra. Mucha “aceptación” se puede mezclar con la irresponsabilidad y el egoísmo. Sin confundirnos ni entrar en temas complejos, describiré la relación extraña y profunda de los protagonistas.
Uno de los puntos críticos de Leaving Las Vegas es cuando la pareja decide vivir juntos. Todo empieza cuando Sera invita, de manera casi obligatoria a Ben para que se mude con ella y vivieran juntos. Es aquí cuando Ben le pone la única condición que vale y sirve en su condición de suicida. Le dice puntualmente: Nunca me pidas que deje de beber, ¿has entendido? A lo cual, ella le responde: Sí, he entendido.
Luego vendrá la de Ben cuando se refiere al trabajo de prostituta. Le dice: no me disgusta, pero tampoco es indiferencia. Tenemos dos afirmaciones que nos resultan, utilizando nuestra lógica “normal”, absolutamente desquiciadas, excéntricas y hasta imposibles.
Es aceptar que la persona que amas se autodestruya –moral (ella) y físicamente (él)- mientras lo sigues amando, noche tras noche. Se trata de una exageración, pero ¿el amor, acaso, no es aceptar a la otra persona con sus defectos y errores, con las exageraciones que esto implica? ¡Cuán posible será que nosotros aceptemos que la otra persona sea feliz, haciendo lo que quiera hacer, sin que nos afecte a nosotros también!
Pero existe un quiebre en esta promesa. Llega un punto en que Ben simplemente se molesta y se incomoda. Y Sera lo odia y él también a ella y ambos se molestan por unos segundos. Pero dudan y se dan otra oportunidad. Ben no es Dios como para aceptar que su mujer se vaya a trabajar con su cuerpo sin que le afecte. No puede con su machismo ni con su ego.
Ben hizo que Sera se sintiera muy incómoda. Le regala uno aretes y le dice: “y podrás sentirlo afilado y caliente debajo de tu oreja cuando algún tipo te ponga boca abajo con la cara hundida en la almohada”.
Un silencio inunda la pantalla.
Ella se sonroja, se avergüenza, sus ojos se muestran llorosos, un gesto suyo nos perfora el corazón porque quiere que la tierra se la trague. Ben la mira, se da cuenta que lo que le dijo estuvo muy mal, se para y se dirige a la salida del restaurante. Ella le dice: Ben, espera, deja su orgullo a kilómetros de distancia y parte detrás del alcohólico suicida.
Acaso en algún momento se nos cruzó por la cabeza reflejarnos en alguno de esos personajes. Nos dan pena y sentimos remordimiento ajeno, pero a ver si nosotros podemos ser tan “valientes” como ellos. Aceptar a la pareja, sea lo que sea, y además autodestruirnos a nosotros mismos. Es una situación tan compleja que al mismo tiempo la convierte en ejemplar.
Un amor perfecto: aquel que deja ser feliz al otro, pase lo que pase.
Esas pocas semanas que están juntos, Sera y Ben viven momentos inolvidables. Se ríen y se besan y la pasión se exalta con mucha calidad visual y sonora. La pasión por el sexo está siempre presente en ellos. Pero esos pequeños momentos duran muy poco. Casi nada. Se disuelven como la sobriedad en Ben, y como la reflexión moral de Sera.
La muerte de Ben dura pocos segundos. Mira a Sera que está a su lado, emite un gemido, y su mano la deja caer unos centímetros. Todo acabó para él. Ella reflexiona. Recuerda con amor a Ben, pero antes que la película muestre al hombre sonriendo por las calles en flashback, surge, acompañado de unos acordes de piano, la voz de Sting con My one and only love (Mi primer y único amor) y con un melodioso swing de jazz, con altos, bajos, medios y una ternura absolutamente pura y fascinante.
“The very thought of you makes
My heart sing
Like an April breeze
On the wings of spring
And you appear in all your splendor
My one and only love

The shadows fall
And spread their mystic charms
In the hush of night
While you're in my arms
I feel your lips so warm and tender
My one and only love…”
My one and only loveSting
Así termina este gigante drama de amor, alcohol, prostitución y sobre todo “Aceptación”. Así como todo cambia en esta vida, este “Perfecto Amor” no pudo durar para siempre y es por eso que ella, en la última escena, pareciera continuar su vida, pero con la huella de Ben en su corazón, así como Ben murió a su lado, mirándola y sintiéndola hasta el final.

Paco Pulido Spelucin

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3 Comments:

  • At 2:12 PM, Anonymous Anonymous said…

    jejeje mas parece que aquí estuvo el tiempo santo ya que nadie ha dejado in un coment por este artículo que esta mas mueeeeertoooo....motivacion muchachos y vitaminas que les hace falta!

     
  • At 3:41 AM, Anonymous Anonymous said…

    He visto por primera vez esta pelicula este fin de semana. Tenia muchas ganas de verla desde hacia tiempo porque me encanta la cancion que Amaral le dedicó. Cuando terminó me parecio triste y pensé que era una pelicula mas,pero curiosamente no he podido dejar de pensar en ella, me ha calado, intento analizarla, me tiene obsesionada.

     
  • At 9:37 PM, Blogger Unknown said…

    Esta película es lo máximo, la historia, el reparto, la producción en sí...simplemente genial!! Sobre todo la música...casi lo olvido...

     

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