LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Tuesday, September 08, 2009

LA IMAGEN-TIEMPO, POR GILLES DELEUZE (FRAGMENTO).


La imagen-tiempo no implica ausencia de movimiento (aunque a menudo suponga su enrarecimiento), pero sí implica la inversión de la subordinación; ya no es el tiempo el que está subordinado al movimiento, es el movimiento el que se subordina al tiempo. Ya no es el tiempo el que emana del movimiento, de su norma y de sus aberraciones corregidas, es el movimiento como «falso movimiento», como movimiento aberrante, el que depende ahora del tiempo. La imagen-tiempo se ha hecho directa, y mientras que el tiempo ha descubierto nuevos aspectos, el movimiento se ha hecho aberrante por esencia y no por accidente, el montaje ha cobrado un nuevo sentido, y un cine llamado moderno se ha constituido después de la guerra. Por estrechas que sean sus relaciones con el cine clásico, el cine moderno se pregunta: ¿cuáles son las nuevas fuerzas que trabajan la imagen, y los nuevos signos que invaden la pantalla?

El primer factor es la ruptura del nexo sensoriomotor. Pues la imagen-movimiento, no bien se refería a su intervalo, constítuía la imagen-acción: ésta, en su sentido más amplio, comprendía el movimiento recibido (percepción, situación), la huella (afección, el propio intervalo), el movimiento ejecutado (acción propiamente dicha o reacción). El encadenamiento sensoriomotor era, pues, la unidad del movimiento y de su intervalo, la especificación de la imagen-movimiento o la imagen-acción por excelencia. No es procedente hablar de un cine narrativo que correspondería a este primer momento, pues es la narración la que emana del esquema sensoriomotor, y no al revés. Pero, precisamente, lo que después de la guerra pone en entredicho a este cine de acción es la ruptura misma del esquema sensoriomotor: el ascenso de situaciones ante las cuales ya no se puede reaccionar, de medios con los cuales ya no existen sino relaciones aleatorias, de espacios cualesquiera vacíos o desconectados que reemplazan a las extensiones calificadas. He aquí que las situaciones ya no se prolongan en acción o reacción, tal como lo exigía la imagen-movimiento. Son puras situaciones ópticas y sonoras en las cuales el personaje no sabe cómo responder, espacios desafectados en los cuales el personaje cesa de experimentar y de actuar y entra en fuga, en vagabundeo, en un ir y venir, vagamente indiferente a lo que le sucede, indeciso sobre lo que se debe hacer. Pero ha ganado en videncia lo que había perdido en acción o reacción: VE, hasta tal extremo que ahora el problema del espectador es «¿qué es lo que hay para ver en la imagen? (y no ya «¿qué es lo que se va a ver en la imagen siguiente?).

La situación ya no se prolonga en acción por intermedio de las afecciones. Queda separada de todos sus prolongamientos, no vale más que por sí misma, habiendo absorbido todas sus intensidades afectivas, todas sus extensiones activas. Ya no es una situación sensoriomotriz sino una situación puramente óptica y sonora, donde el vidente ha suplantado al actante: es una «descripción». Llamamos opsignos y sonsignos a este tipo de imágenes que aparece después de la guerra por todas las razones exteriores que podamos definir (cuestionamiento de la accíón, necesidad de ver y de oír, proliferación de los espacios vacíos, desconectados, desafectados), pero también por el empuje interior de un cine renaciente que recrea sus condiciones, neorrealismo, nouvelle vague, nuevo cine americano. Ahora bien, si es verdad que la situación sensoromotriz regía la representación indirecta del tiempo como consecuencia de la imagen-movimiento, la situación puramente óptica o sonora se abre a una imagen-tiempo directa. La imagen-tiempo es el correlato del opsigno y del sonsigno. Nunca se mostró mejor que en el autor que se anticipó al cíne moderno, antes de la guerra y en las condiciones del cine mudo, Ozu: los opsignos, los espacios vacíos o desconectados, se abren a las naturalezas muertas como pura forma del tiempo. En lugar de «situación motriz-representación indirecta del tiempo», se tiene «opsigno o sonsigno-presentación directa del tiempo
».
La Cinefilia no es patriota

1 Comments:

  • At 11:12 AM, Anonymous Javier said…

    Interesantísimo. ¿Cuál es la fuente?

     

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