LA CIUDAD Y LOS PERROS (movies of my life)
LA CIUDAD Y LOS PERROS.
Cine Concorde. Cercado, 1982.
Cine Concorde. Cercado, 1982.
¿Qué? ¿Que qué te miro, cadete? Quiero que me regales una foto tuya calato. La broma lo hacía reír a carcajadas. Sobre todo, porque sabía que broma no era. Se las sabía todas menos una y, en realidad, no era un cadete sino un comando “Ser y no parecer” –tal era el sugestivo lema de su Escuela, y vaya que daba mucho qué pensar–. Costó ciertos trabajos poder saber a ciencia cierta que él, en efecto, era. Porque no parecía. No parecer y ser. Allí estaba un mejor lema. Ese era el truco. Lo conocí durante la guerra y nunca pude dejarlo en paz. Eso último no es verdad pero qué importa. Es una bonita frase. Un buen floro, como solía decirme, siempre me acabas convenciendo con tu floro bravazo, pendejo. Y yo: el que pestañea, pierde, chiquillo.
Y acto seguido, pestañeaba, claro. Y, cual morteros ecuachos, estallaban carcajadas en la línea de batalla. Atronadoras risas con palmada. Puta, que eres la cagada tú. Hacer el amor y no la guerra –habían acordado amabas partes, en táctico pero no por ello menos conmovedor cese de hostilidades–.
Pero, a las finales, pasó lo que siempre pasa, qué limpiando de minas, qué protocolo de amistad y límites ni qué niño muerto. Tanto barajo para terminar pasándose con roche de la raya en el delicado asunto de las fronteras. Y en algún momento dejó de quedar claro, entre tanta selva, dónde terminaba el uno y dónde comenzaba el otro. Y entonces Dios, endemoniado, ordenó fuego. E incendió, de noche, para pánico de todos, la pradera. Cuando llueven los misiles tierra-tierra hasta los más machos chivatean y quieren que se los lleve cargados su mamá. Unos corrieron a esconderse –gallinas, al fin– en las cuevas del zorro. Otros, rodamos vistosamente por el barro (es la historia de tu vida). Y, aunque no combates mortíferos, hubo sí numerosas y bien preocupantes escaramuzas. Fricciones. Roces. Serios roces. Un nuevo hito que quedar en tu compleja geografía –o, mejor dicho biografía–. Arriba aún guardo tu medalla al valor. Ven un día a recogerla (viejo truco). Cuando quieras. Habla pe, promoción. Dímelo, héroe del Cenepa: ¿Lo recuerdas todavía? Ahora, olvídalo.
Beto Ortiz
Labels: No me parece
5 Comments:
At 9:35 PM, Anonymous said…
Es imposible que el autor de la nota haya visto "La ciudad y los perros" en 1982, porque la película se hizo en 1985. Definitivamente la memoria lo traiciona o tal vez fue que leyó la novela en ese año y está confundido.
At 10:23 PM, Felipe Mayuri Poma said…
Asu Beto estas "feeling" hahaha, ya pues "manito" esta página es de cine macho hahaha.
Una cosita, escribes de la PM ah, sorry pero me haces acordar a Bryce. No te molestes pe!
Felipe MP
At 3:53 PM, Anonymous said…
Están reciclando.
Todas esas notas de Beto ya salieron en Perú 21, que no sea ocioso, que escriba algo nuevo, o quiere el mercenario que le suelten algo por párrafo???
At 9:13 PM, Pati Difusa said…
ya pues beto, esta bien ser feeling, pero es un blog de cine, no tu blog personal. no he encontrado una sola opinion de la pelicula en esta nota. practicamente la unica referencia es el titulo.
At 9:40 PM, Anonymous said…
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