LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Wednesday, February 07, 2007

CLASE MAGISTRAL SOBRE LA CRÍTICA DE CINE


¿Estamos satisfechos con los modelos de crítica imperantes? ¿No es nuestro deber, intelectual y moral, empezar de una vez la crítica de estos modelos? Hace algún tiempo, Juan Antonio García Borrero, uno de los críticos más importantes de Cuba -y uno de los más polémicos también- pasó por nuestra ciudad y nos dejó una privada y pequeña clase magistral con su sincera charla.

El texto de
García Borrero que presentamos a continuación parece por momentos situarse en las antípodas de lo que nuestro colaborador Angulo sostiene sobre la crítica de cine. ¿Es esto completamente cierto o existen puntos en común entre ambos discursos? La pregunta sobre la crítica de cine cae por su propio peso, sobre todo cuando los modelos imperantes de la crítica, tan "correctos" como gastados, parecen hoy asustarse ante cualquier signo de diferencia.

Señores críticos "reconocidos", un mensaje desde esta ventana: recién estamos creciendo, pero esperamos hacer por nuestro cine un trabajo mucho mejor del que ustedes han ofrecido. Si el cine peruano no existe,
adivinen quiénes también son responsables (y no es una cuestión de "egos" como tan férreamente algún quejoso pueda pensar).

De este tipo de enfrentamientos alguna luz siempre puede salir. La discusión está abierta. Esperamos que los lectores, aquellos que realmente han encontrado en esta página un pretexto para la discusión intelectual, ayuden a aclararnos estas dudas.
LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA
LA DICTADURA DE LOS CRÍTICOS
Conversación con Juan Antonio García Borrero
(Café de las Artes, CCPUCP, viernes 8 de agosto del 2003, 13:30 hrs.)

Yo creo que es hora de pasar de la herejía gratuita al pensamiento más profundo: más que el ejercicio de la opinión, de la libertad de opinión, lo que deberíamos cultivar es la independencia de pensamiento, que es otra cosa... que es mucho más profunda, que toma en cuenta, digamos, la cultura de la diferencia.
No sé aquí en Perú, pero lo siento así en Cuba, estamos viviendo bajo la dictadura de los críticos; o sea, ciertos grupos de poder que establecen un determinado paradigma de lo que puede ser el buen gusto, y a partir de ese paradigma, empiezan a dictarle a los demás qué es bueno, o qué es malo.
En muchas ocasiones, lo que sucede con los críticos es que comienzan a heredar todo un arsenal teórico, que funcionó quizás muy bien en su época, pero que ahora mismo no se ajusta para nada a las circunstancias... o sea, yo creo que ahora mismo ya no estamos viviendo ni siquiera en la edad del cine, sino, estamos viviendo en la edad del audiovisual. Entonces, ya no se puede seguir viendo las películas como se miraban en los años setenta, es otra la estrategia de recepción.
Creo, por otro lado, no sé aquí en Perú, pero en Cuba, los críticos han perdido de vista su función relacionados con el espectador, o sea, qué pasa con el espectador. Yo creo que es importante que el crítico, que un crítico, pueda escuchar al otro. Pero más importante es que el espectador sepa que esa crítica que va a influir en él lo pueda hacer mejor. No creo en la crítica mesiánica, yo no creo que un crítico pueda salvar al mundo ni mucho menos, pero sí puede contribuir a elevar el pensamiento, y a crear cierta sensibilidad...
Es muy paradójico que, por un lado, internet por ejemplo esté propiciando el ejercicio de la opinión, casi todo el mundo puede acceder a una página a poner su opinión, pero al mismo tiempo hay una carencia de solidez, de pensamiento sólido...Yo siempre trato de distinguir entre opinión y pensamiento. Una cosa es... cualquiera tiene una opinión, pero no todo el mundo se atreve a construir un pensamiento propio, porque el pensamiento implica conciliar incluso contradicciones con uno mismo, y ya no solamente establecerse en eso que yo llamo la cultura del insulto, la cultura que responde casi siempre a mi estado de ánimo, pero no exactamente a lo que pueda estar sucediendo en el mundo: lo que propongo en Cuba es repensar la función del crítico, y, sobre todo, de evaluar en qué estado está nuestro pensamiento, comparado incluso con lo que está sucediendo en el mundo. Me parece que ya es hora de pasar de esta parte de guerra de tribus donde un grupo ataca a otro, a una confrontación realmente fructífera, saludable...
Yo siempre he entendido la cultura de la polémica no como ese enfrentamiento donde dos personas tienen puntos de vista distintos y se anulan entre sí, sino yo veo la cultura de la polémica donde dos personas con puntos de vista diversos encuentran uno superior...
Porque además el crítico no es un Dios. El crítico es un espectador más. Quizás un poco más informado, menos informado, en fin, como quiera llamársele, pero es un espectador más. No tiene realmente la verdad absoluta en sus manos. Entonces la idea es cómo propiciar el ejercicio del pensamiento, más que el ejercicio de la opinión por la opinión, o del insulto por el insulto...
Yo creo que hoy en día con la proliferación de medios lo que se está cultivando precisamente es la opinión, la improvisación desde el punto de vista del criterio. Yo hablo de opinión, sobre todo refiriéndome a ese juicio que más bien responde a un estado de ánimo... (-¿La opinión como algo incluso opuesto al pensamiento?-). Casi. Quizás algunos vean en esto un calificativo peyorativo, yo creo que es importante tener opinión, pero creo que no nos debemos quedar en la simple opinión, debemos llegar a algo mucho más denso, mucho más perdurable, que es el pensamiento, que es el ejercicio de lo especulativo, el ejercicio de la teoría, y creo que también, el ejercicio del respeto a la diferencia... O sea, la opinión es muy poco probable que repare en las diferencias, siempre va a ver todo de una manera muy binaria, pedestremente binaria, esto es bueno, esto es malo, porque no es capaz de reparar en la densidad de eso que está mirando...
...Y el pensamiento, en cambio, por lo menos, no se propone encontrar una verdad. Yo no creo que lo más importante sea encontrar una verdad, porque eso es absurdo. Yo creo que lo más importante es tratar de buscar la verdad. Y tratar de buscar la verdad nos lleva toda la vida. Me parece mucho más sabio decir mira, estoy aprendiendo ahora, a esa otra actitud bastante petulante de decir: esto es malo, esto es bueno, porque yo lo digo. Es una diferencia muy notable... Y la opinión, repito, sobre todo es muy excluyente.
Ahora todo el mundo es crítico, sencillamente porque se ha legitimado esto de la opinión por la opinión... Cualquiera con una opinión accede a una página, a una revista, a un programa de televisión o radio, dice su criterio, y el espectador, el que está allá, en este caso está en función de lo que se ha llamado el espectador-masa, está en función de escuchar, quizás no escuche ni siquiera lo que está diciendo, pero sólo por el simple hecho de estar accediendo a un medio de comunicación pues le da, le concede, toda la autoridad del mundo...
Yo no sé aquí en Perú, pero allá en Cuba, esa autoridad que en un principio podríamos llamar una autoridad carismática, el crítico, sobre todo en los años sesenta, sin tener ni siquiera una gran preparación... sí, se llevó a cabo una especie de alfabetización cinematográfica, se comenzó a cultivar en el público, en el gran público, todo lo que era la apreciación cinematográfica, eso estuvo muy bien. Y se generaron programas que hoy en día todavía perduran, están allí, siguen ahí, pero con un esquema de análisis que ya a estas alturas se ha convertido en rutina. Entonces el público, sigue viendo, sigue dejando que esos programas estén en televisión, en radio, pero ya no cumplen ningún objetivo porque todo es rutina, todo se ha convertido en un método de análisis absolutamente rutinario. Y eso ha traído como consecuencia el advenimiento de eso que yo llamo el espectador-masa.
...El espectador-masa, o sea, ese espectador que se planta frente a una película y ya no le interesa exponer su juicio, sino, lo que quiere es que su juicio coincida con lo que todo el mundo está diciendo, porque lo cuantitativo para él, es una variable casi, qué sé yo, irrefutable... o sea, si todo el mundo dice que es buena, pues evidentemente para él, será buena. Trata de buscar una coincidencia.
Yo no creo que ahora sea importante dividir a las películas en buenas y malas, y decirle al público ésta película la tienes que ver, y ésta no; yo creo que lo primero es rescatar la autoestima, ayudar al espectador a que suba su autoestima, a que descubra que es un placer pensar, a que puede descubrir en una película un punto de vista individual. O sea, yo como crítico no soy nadie para decirle que Tarkovski es mejor que John Woo, porque son campos, géneros, absolutamente distintos. Hace un rato estaba discutiendo con otros críticos amigos sobre el asunto del Oscar. A mí me parece que por ejemplo el Oscar hoy en día sigue siendo muy mal explorado, porque los campos se dividen en la oscarofobia y la oscaromanía, pero no buscan para nada los matices, o sea yo particularmente me aburro mucho con la ceremonia del Oscar como tal, no veo ninguna, pero sé que si empiezo a explorar las películas que La Academia ha premiado, ahí puedo encontrar algunas cosas interesantes. Pero incluso si empiezo a explorar lo que ha dejado de premiar también las puedo descubrir.
Entonces lo que me gustaría es hacer cómplice al espectador de esa investigación, no para que piense como yo, sino para que piense conmigo; yo creo que el deber del crítico no es decirle al espectador mira, esto es bueno, esto es malo, sino hacerlo cómplice de un proceso intelectual que puede ser placentero... Más que hablar de películas buenas, películas malas, yo hablaría de, en primer lugar, repito, rescatar al espectador, ese espectador que no nos está oyendo; quizás se dirá es que nunca ha sido así... bueno, perfecto, siempre habrán, como decía Juan Ramón, grandes minorías...
Ahora mismo creo que la crítica como que se está desgastando en sus batallas, pero son batallas no para de alguna manera dinamitar la percepción de lo que es el cine, en todo caso es para ocupar escaños de poder, o sea, hay un grupo de poder que está defendiendo lo que ha logrado y hay otro que quiere llegar y ataca a ese grupo pero no sobre la base de lo que la percepción del cine está dando, sino sobre la base de intereses diversos y me parece que por el medio queda indefenso el espectador, y se pierde la esencia de lo que puede ser el ejercicio de la crítica, que es la comunicación con el otro, o sea con los otros, no con el otro crítico, sino con el público...
...Claro, esto lo estoy simplificando, ahí tendríamos que hablar, no sé, de la densidad desde el punto de vista teórico, de lo legítimo que pueda ser o no una escritura más transparente o menos transparente, para quién escribo, dónde escribo, cómo logro que ese espectador regrese a mí... quizás haya un grupo de críticos que dice bueno, a mí no me interesa para nada que el gran público me escuche, yo escribo para mí y para un grupito de personas que ha visto esa misma película. A mí lo que no me parece justo es que una buena película esté pasando y yo me quede cruzado de brazos. Me parece más interesante intentar rescatar a ese público. En fin, hay películas que nacen con el signo de que no van a ser comerciales y después el público desmiente ese pronóstico.
De alguna manera lo que se tendría que aprovechar es esa relación con el espectador que no sé en Perú pero en Cuba sí se ha perdido, o sea, hemos olvidado al espectador, lo hemos dejado huérfano de todo tipo de crítica, no lo queremos hacer cómplice, más bien lo negamos, pensamos en ese espectador-masa en un sentido bastante peyorativo y casi todos los hombres en la vida hemos sido espectadores-masa y además no somos espectadores solamente en el cine, lo somos en la vida también... Entonces lo importante es pasar de ese espectador-masa al ejercicio de un espectador pensante. Eso, me parece más interesante.
Otra de las cosas que hemos estado discutiendo en Cuba es hasta qué punto los cinéfilos pueden resultar útiles a la lectura del cine. Yo tengo mis reservas, mis grandes objeciones con el ejercicio de la cinefilia por la cinefilia. Yo siempre digo que el cine es importante, pero más importante es la vida. Entonces si solamente te dedicas a saber de cine al final ni de cine sabes. Me parece que es necesario entender, interconectar con el resto de la cultura, y aquí volvemos a lo del pensamiento, solamente el pensamiento es capaz de cubrir sin prejuicios esta amplitud.
A los realizadores en ocasiones también les falta el pensamiento... Yo tengo esa sensación en el cine cubano, lo dije hace poco en un ensayo que se llama La Utopía Conquistada: en Cuba el problema no está en la situación económica exactamente, o sea eso influye, es evidente que hay una crisis desde el punto de vista económico, pero yo creo que hay más una crisis de ideas, no hay un deseo de renovar el lenguaje; mucho menos, de un cine superior.
Entonces, para mí, al existir una ausencia de pensamiento, si por un lado carecemos de ideas para hacer buen cine también vamos a carecer de ideas para establecer una discusión edificante donde precisamente el realizador no vea a un crítico como su adversario, sino que vea al otro que está pensando algo que propulse... y que al final, mira, va a salir un nuevo punto de vista.
Yo creo... y ahí volvemos a lo del pensamiento. Yo creo incluso que el pensamiento no es exclusivo de la crítica. El pensamiento está de hecho en la creación más seria, en la más rigurosa. Los grandes cineastas, antes que grandes cineastas, han sido grandes pensadores, y ese pensamiento lo han logrado traducir en la pantalla a través de las imágenes.
Cuando empieza a ausentarse ese deseo de saber que esto que estoy haciendo es suceptible de mil opiniones, cuando ya solamente me pongo a pensar como creador en esta obra, pero a partir de mi ego, pues ya se pierde todo tipo de comunicación. Y la obra no es exclusiva del realizador, está más que demostrado, un realizador podrá ponerle su nombre, pero forma parte de una memoria visual de la nación, y ya es patrimonio de la nación y todos tenemos que cuidar por él, y la mejor manera de cuidar por él es discutiéndolo, debatiéndolo, sabiendo que nada es perfecto, que al final todo es suceptible de mejoría, incluso la crítica. Entonces creo que si se recupera esta comunicación a nivel de pensamiento, las cosas mejorarían.
En Cuba tenemos excelentes realizadores que ya se han prestado a este tipo de colaboración. Fernando Pérez, para mi gusto el mejor realizador cubano en estos momentos, es ante todo un cineasta pero también es un pensador. Y Titón (Tomás Gutiérrez Alea) lo era. Cuando tú te lees las cartas de Titón que ahora las estoy trabajando con Mirtha Ibarra ta das cuenta que sus cartas no eran misivas de saludo, eran reflexiones sobre eso que estaba haciendo. Y era el primer crítico que tenía su obra. Ahí está su obra que es de una dimensión bastante grande, pero él estaba lejos de pensar que era perfecta, y establecía un nivel de comunicación con aquellos críticos que trataban de aproximarse a él.
Claro, lo que sí yo siento es que también en ocasiones como que se pierde la medida del respeto, entonces para nada va un crítico a ganar la complicidad del realizador que tiene al frente si establece esto que hablábamos hace un rato, la cultura del insulto, en fin, eso no conduce a ningún lado. Siempre que hay rigor, un juicio adverso nunca va a ser para nada insultante, siempre que haya rigor -el rigor creo que es lo fundamental- se pueden decir las peores cosas del mundo pero con determinada mesura sabiendo que el que las dice está comprometido de verdad con lo que dice...
...Desde luego, yo siempre digo, yo voy al cine a divertirme, no voy a sufrir. Las reflexiones nacen después, pero yo no estoy en el cine viendo que el plano éste quedó un poquito más allá, un poquito más acá, yo voy a divertirme, yo voy a entregarme. Yo creo que la crítica, y esto tiene que ver también con esto que hablábamos de la dictadura que están ejerciendo desde el punto de vista racional, y que a mi juicio es ese proyecto malogrado de la modernidad que creía que la razón lo podía resolver todo... yo creo que hay que recuperar un poco también la complicidad desde el punto de vista emotivo, y si el crítico se sintiera también capaz de divertirse con una película que no sea tan... pretenciosa, también mejorarían muchísimo las cosas...
... Yo creo que lo más interesante a estas alturas sería democratizar el análisis cinematográfico. Me parece que fue muy bueno que en un momento determinado el cine pasara a convertirse en asignatura de universidad y demás, pero ahora sería también bueno que empezáramos a recobrar el encanto ese que tenía ir a un cine a ver una película en matiné y punto. Porque a larga ese peso de academicismo ha terminado por desembocar en esto, en la dictadura de los críticos. En ese grupo de expertos, entre comillas, que heredan una determinada autoridad, autoridad que no se atreven a renovar, que ni siquiera se autofiscaliza, de dónde nace esa autoridad, sencillamente están en ese puesto, están en ese escaño de poder, y, comienzan a dictar.
Todo tiene que ver con esto que estábamos hablando al principio. Qué nos interesa más, la relación con el otro crítico, o la relación con el espectador. Si lográramos descubrir qué es lo que nos interesa, si queremos hablarle al otro y de alguna manera nuestro ego desarrollarlo frente a la otra inteligencia, bueno, quizás entonces la crítica ya no tenga otra solución; pero si realmente lo que queremos es comunicarnos con los otros, o sea con los que están frente a ti , frente a una pantalla y realmente establecer un diálogo donde seamos capaces de entender cómo lo percibe el otro.
En cuanto a este relato donde decíamos que la razón iba de alguna manera a lograr que el buen gusto, no, entre comillas, llegara a todas las sociedades, yo no creo en eso, exactamente. Al final final se ha visto que este buen gusto, este Ministerio del Buen Gusto, lo que está es reprimiendo ciertas diferencias para lograr un grupo de poder, que es el poder el que dicta el gusto y el resto se tiene que acomodar a ese gusto, que es lo que está pasando con Hollywood también.
Me parece que el caso de Hollywood es tristemente célebre. Yo no tengo nada contra las películas que estén bien hechas en Hollywood. Lo que a mí me parece un error y me parece realmente muy triste es que se siga propiciando la sensación de que la única alternativa que tiene el lenguaje cinematográfico es el de Hollywood. Eso sí me parece un gran error. Y que ciertos críticos le hagan el juego a eso, también me parece un error. Ahora, si el crítico descubre que el lenguaje de Hollywood puede ser realmente, en ocasiones, revolucionario incluso, porque hay películas que de alguna manera proponen determinadas lecturas -si no no estuviera vivo aún- pero si lograra descubrir...
A mí un poco que también me ayudó mucho como para pensar en esto el epistolario de Titón. Porque es la posibilidad de revisar el cine cubano desde otro punto de vista, o sea, sería el punto de vista de un protagonista de esta ética fílmica pero no mirada desde el punto de vista de un crítico, ni siquiera desde el punto de vista de un realizador frente a un periodista, donde tiene siempre que asumir una pose para parecer más inteligente o para ser mas ingenioso, y al final estás viendo no solamente cada película que está haciendo este realizador, sino también la que está haciendo frente a una conferencia de prensa.
En cambio cuando lees estas cartas descubres que este individuo está ahí exponiendo su estado de ánimo, su alegría, su frustración, su dolor, y eso sí, no es máscara, eso no suele ser una máscara. Entonces ahí es donde descubres que la historia no es ese relato armónico donde hay tantos héroes, sino que son seres de carne y hueso que han construido algo que realmente es perfectible y que merece tomarse en cuenta desde ese punto de vista... Y hay que dejar a un lado el mito, los mitos, que creo que más bien enajenan al ser humano, lo enajenan por completo, lo alejan de la realidad.
(Oidores: Mario Castro y Enrique Vivar)

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9 Comments:

  • At 2:23 PM, Anonymous Anonymous said…

    Lo que me agrada de esta página es la facilidad con que pasan de la chacota a temas serios, realmente la crítica en el perú es lamentable, todos lo vimos con el caso de cierta pelicula endiosada... estos críticos del comercio (dominical, luces, somos) son unos fabricantes de estrellas, creadores de dioses que miran sobre el hombro cualquier propuesta de cine que no sea "de autor", se han quedado en sus teorías ya agotadas y encima mal, creen que un texto por ser coherente ofrece alguna novedad. Aburridos aburridos aburridos. Los sigo y los felicito.

     
  • At 4:43 PM, Anonymous Anonymous said…

    El texto introductorio del post dice: "sobre todo cuando los modelos imperantes de la crítica, tan "correctos" como gastados, parecen hoy asustarse ante cualquier signo de diferencia". Ojalá fuera que estas diferencias se dan a un nivel de ideas y de análisis. Sin embargo, en algo que se está haciendo muy común en este blog, el debate de ideas queda de nuevo afuera y se busca hacer creer que lo diferente son los textos de Angulo Chumacero, sin importarles que hablan de cualquier cosa menos de cine. Por el contrario, caen en lo más tradicional y fácil, que es el adjetivar a diestra y siniestra: en el conmentario de Los Inflitrados, hay once (!!!11!!!) adjetivos en un texto de 4 líneas.
    Que las diferencias se den en ideas, señores, y no en esperpentos que ustedes, para hacerse los "diferentes", publican.

     
  • At 5:29 PM, Anonymous Anonymous said…

    "Ahora mismo creo que la crítica como que se está desgastando en sus batallas, pero son batallas no para de alguna manera dinamitar la percepción de lo que es el cine, en todo caso es para ocupar escaños de poder, o sea, hay un grupo de poder que está defendiendo lo que ha logrado y hay otro que quiere llegar y ataca a ese grupo pero no sobre la base de lo que la percepción del cine está dando, sino sobre la base de intereses diversos..."

    Muy atinado, le cae incluso a este blog. saludos.

     
  • At 6:26 PM, Anonymous Anonymous said…

    Vamos a ver si esta vez también se dan x aludidos ciertos críticos virulentos q suelen postear en este blog de manera anonima.

    Me sumo a las felicitaciones de Hernan y espero que ustedes realmente sean algo más que un grupo de provocadores con estilo.

     
  • At 7:30 PM, Anonymous Anonymous said…

    Ser crítico de algo en Cuba es una imposibilidad absoluta, un imposible físico y metafísico. Ser crítico de cine en Cuba es una contradicción en los términos. Esa clase maestra de un crítico de cine en Cuba debe haber sido dictada desde alguna mazmorra, si es que el crítico de verdad lo es. Lo primero que debería hacer un crítico de cine en Cuba es denunciar la censura y las argollas del Icaic. Y entonces deja de ser crítico y hasta ciudadano. A quén quieren hacer creer ese cuento: si un crítico no tiene libertad para opinar no es nada de nada.

     
  • At 12:48 AM, Anonymous Anonymous said…

    Es curioso, pero la reflexion de este texto se aplica mucho a este blog, ponemos un ejemplo: el Sr. Angulo, en su lista de lo mejor del año, puso las mismas peliculas que el resto de criticos en lima, al menos en un 90%, asi es que no le veo gran sentido a eso de que: uy no que esta pelicula si, que esta otra no, todos escriben sobre las mismas peliculas y este blog no se salva, y por la forma que escribe este señor, supongo que solo desea que alguien en su mismo "nivel intelectual" (ja!) pueda compartir opiniones con el, mucho ego y poca sensibilidad.

     
  • At 2:29 PM, Anonymous Anonymous said…

    De hecho, varias cosas que García Borrero comenta nos cae a nosotros también (¿en qué momento se ha negado esto?). El texto del crítico de Cuba -que sí existe (me parece ridículo recalcar esto, pero bueh)- se contradice en muchos aspectos al discurso de Angulo, a nuestro blog, a otros críticos más mediáticos, etc.

    La contradicción es natural en la búsqueda de nuevas ideas y este texto busca no cuestionar a otros únicamente, sino también a nosotros mismos. Primordialmente, a nosotros mismos.

    Las opiniones de cualquier persona son siempre bienvenidas, sobre todo si son críticas, malévolas o no, justificadas o no. Ser criticado siempre ayuda a que uno se mantenga despierto.

    Sin embargo, algunos recurrentes no deberían hacer tanta bilis con esta página. Duerman en paz y cumplan con lo que se repiten día a día al momento de prender su computadora: "Esta vez no visitaré ese estúpido blog".

     
  • At 9:45 PM, Anonymous Anonymous said…

    "Hoy no visitaré ese estúpido blog".

    Lo mantendre en mente...

     
  • At 8:25 PM, Blogger BELMAR said…

    PINOCHET!

     

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