STEFAN KASPAR

PARA VENDER TU PELÍCULA

Entrevista a Stefan Kaspar, Productor de cine

Stefan, ¿cómo llegaste a ser el Coordinador del Mannheim Meetings para toda América Latina?
Había participado tres años consecutivos en el CineMart, en Rotterdam, que apareció como un primer modelo para Mercado de Coproducción. Éramos tres productores latinoamericanos y la frustración era ver tanto movimiento de productores en el festival y no participábamos de ese movimiento. Los productores iban a Rotterdam, no para hacer coproducción con América Latina sino con europeos. Eso era hace diez años.
Después, en el Festival de La Habana, el director del Mannheim Meetings me dijo “tengo que hacer algo para tener un valor agregado al Festival por la competencia, ¿no tienes una idea qué podríamos hacer?” yo le dije “sí, una idea basada en mi experiencia de CineMart; hay muchos proyectos buenos en América Latina y ningún espacio… Mannheim se puede especializar en hacer ese puente”. Le pareció buena la idea, me preguntó si yo podía juntar unos veinte proyectos latinoamericanos y eso hice. Desde ahí, hago ambos trabajos: juntar los proyectos para llevarlos, y una vez allá buscar los productores europeos interesados. Ahora la cantidad de proyectos latinoamericanos es doce de los sesenta proyectos en total.

¿Ahora estás llevando algún proyecto peruano?
Sí, hay uno del Perú, un nuevo proyecto de Miguel Barreda. El proyecto es interesante porque cumple bien esa exigencia de tener su identidad cultural como país pero al mismo tiempo tener esa búsqueda universal. Está basada en una obra de Shakespeare: Hamlet, insertado en un escenario lleno de piedras volcánicas y otros lugares alucinantes en Arequipa. Rápidamente despertó interés del jurado de selección. Yo participo en este jurado junto a Gudula Meinzolt, que es la actual directora de los Mannheim Meetings, y a otras personas.
Cada año recibimos unos 120 proyectos en América Latina, de los cuales este año se seleccionaron doce, siempre con una mayoría de Argentina y Brasil. Años anteriores también habían varios de México, pero ahora están como en crisis.
Los doce proyectos elegidos son obras por coproducir pero, excepcionalmente también incluimos dos o tres para postproducción, si el material que se ve en primera edición es muy bueno.

¿Cuál es el festival europeo más fuerte, detrás de Cannes y Berlín?
Sería Venecia, pero depende no solamente del prestigio de sus premios sino del tamaño y el funcionamiento de su Mercado. Estos festivales son los lugares donde van los productores y los distribuidores más significativos, y más importante que la Competencia y las diferentes secciones, se trata de ir para vender. Los Mercados más importantes son esos dos, sí, Cannes y Berlín. Los otros dos que tienen un alto nivel son Rotterdam y Sundance, también con su Mercado para cine independiente, que le dan más peso al cine de autor y un poco menos el valor comercial. Ahora, ya ha aparecido uno más que aspira a ese nivel, hablando de cine independiente: Toronto.

¿Hay productores que se interesan por el cine independiente?
Hace quince años el cine independiente comenzó a agarrar un mercado cinematográfico importante, que varía de país en país. En algunos países agarró hasta el 40%. Suiza, por ejemplo, tiene bastante interés para el cine independiente, tiene circuitos, etc. En Alemania se hace, además de los Mannheim Meetings, un meeting de cine independiente que se llama The Art of Distribution y a veces he entrado y ahí escuché que lo más importante para esta presencia del cine independiente es la función de los medios en su conjunto: el nivel de los periódicos, la diversidad cultural existente, buenos críticos de cine, buena cobertura de periódicos independientes… todo lo contrario que muchos países de América Latina.

De tus participaciones en los Mannheim, ¿de qué tipo de proyecto peruano has podido ser testigo de sus movimientos con las coproducciones?
Días de Santiago. Ahí se hizo la conexión con lo que después significó su recorrido exitoso en festivales. Eso solamente es posible gracias al conocimiento de este núcleo, porque para cada película hay muchos posibles circuitos de festivales y si alguien conoce bien esto, te dice “te voy a armar un circuito para esta película”. Eso se hizo con Días de Santiago y fue acertado. Por eso ganó veinticinco festivales, como resultado de ese conocimiento. Es algo que te puede ofrecer los Mannheim.
Hubo también algunos proyectos interesantes peruanos en todos estos años, pero que no participaron porque de todas maneras hay que tener una inversión en pasajes. Ellos te pagan el hotel, no te cuesta la participación del evento, pero el gasto es en pasajes.

Si un proyecto peruano logra participar en este Mercado, ¿qué recomendaciones podrías hacerles a los cineastas para que puedan realizar una buena negociación?
Recomiendo que no esperen el 20 de noviembre para contactarse con los productores, sino hacerlo desde mucho antes. Pueden pedir la lista de los productores que van a participar en el Mercado y así aprovechar mejor las reuniones.

Claro, porque allá son reuniones donde tienes veinte minutos para venderle tu proyecto al productor y de la mejor manera.
Por eso tienen que, de alguna manera, hacer la diferencia. Tienes como diez oportunidades de convencer a un productor y cada reunión dura media hora. He visto buenos ejemplos: directores que van o con su guionista o con su productor presentando un CD-ROM muy atractivos, muy cinematográficos,

¿Un CD-ROM con la imágenes, quizás la música ya lista?
Además con animaciones, un diseño, presentación de los actores, de los escenarios, todo en sus computadoras… Y si tu proyecto está seleccionado, entra a un catálogo donde está cada proyecto a doble página, en inglés, y arriba está está el pitch, lo más importante de todo, las cinco líneas que tienes para vender tu idea. Repito, eso es lo más importante. Los productores buscan proyectos, pero como hay sesenta no tienen mucho tiempo: leen el pitch nada más. Si algo sorprende en el pitch o si ahí pueden ver el feeling de tu obra, entonces se interesarán más.
De todas maneras, los productores tienen que tener una cuota. A ellos se les invita al Mannheim Meetings pero deben tener interés en al menos seis proyectos.

Además del Mannheim, ¿en qué otros lugares puede buscar fondos un cineasta?
De repente se podría hacer un comentario: CineMart fue el primero, Mannheim fue el segundo, pero ahora se han ido agregando otros mercados de coproducción y de proyectos: Guadalajara, Mar del Plata, Buenos Aires, En Construcción, Cero Latitud, laboratorios de guiones… es decir, en cada etapa de un proyecto cinematográfico hay posibilidades de conectarse a algunos de estos eventos.

Están los fondos Hubert Bals para ficción, Jan Vrijman para documental, y aunque son montos que no te resuelven todo el presupuesto, esos premios son como un sello de calidad que después abre otra puerta. Y tienes que ir juntando estos sellos desde la idea inicial hasta el lanzamiento de la película.

Tú estuviste en Cannes el 2004, como parte del Jurado…
Como parte del Jurado Ecuménico, sí, y mira, si tu película está ahí significa que tu película está en el primer nivel de calidad, ¿no? Pero cuando vi las películas que estaban en la Competencia de Cannes, me preguntaba “¿cómo llegó esto aquí?” Pensaba que todas las películas que llegaban ahí eran A-1, pero no. Le pregunté al asesor “¿Por qué una película como esta llega a la competencia?” Me dijo: “Usted va a entender eso cuando ve quién sube al escenario a presentar la película y después ve quién está sentado en la primera fila.” Esos eran los productores. Ahí descubrí que la explicación de llegar a Cannes, Venecia o Berlín son los contactos con productores y distribuidores que vas involucrando en tu proyecto. Puedes tener la película que supera a todas las otras artísticamente, pero si no tienes el vínculo, no vas a llegar ni a Berlín ni a Cannes.
(Entrevista: Fernando Vílchez)