LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Monday, October 09, 2006

MADEINUSA ENTREVISTA


SIX QUESTIONS TO MADEINUSA’S DIRECTOR

Advertencia: Hemos intentado algún rigor, asumiendo incluso el riesgo de parecer crueles. Pensamos que es nuestro simple deber. Queremos entender Madeinusa, lo que significa, es todo. Claudia Llosa, por su parte, ha mostrado, inequívocamente, espíritu democrático, tolerancia y apertura, cosa que celebramos. Debido a comprensibles cuestiones de tiempo, nuestra joven directora declinó absolver re-preguntas. El siguiente cuestionario fue, gentilmente, respondido vía e-mail, desde Barcelona. (MCC).


SIX QUESTIONS TO MADEINUSA’S DIRECTOR

MCC: Claudia, ¿te duele el Perú? ¿Sientes como tu deber (y no hablo de algo autoimpuesto) el de contribuir desde tu función de directora de cine a tratar de comprender un poquito más nuestro país?
CLL: Cuando un cineasta toca un tema específico no creo que pretenda clarificar, entender o acercarse a una única verdad. Simplemente, dar un punto de vista que hable desde las emociones que él guarda en el inconsciente, ininteligible, inverbalizable e imposible de descifrar desde la racionalidad. El cine es eso, una manera de comunicar sensaciones y de intentar buscar respuestas, que expresen un sentimiento que nunca podrá ser resumido sólo en palabras.
JP: Cuando se te ha criticado por lo superficial de tu mirada sobre lo andino, siempre has respondido que tu intención no era hacer un documental ni un estudio antropológico, sino hablar sobre la libertad utópica de una comunidad y sobre todo de un personaje (Madeinusa) dentro de esa comunidad. Sin embargo, ¿no crees que resulta imposible hablar de la libertad sin dar una mirada más profunda sobre la opresión a la cual se opone esta libertad? Y eso es lo que nos parece que no encontramos, la opresión resulta demasiado esquemática (el incesto y la pobreza se cuelan casi como una obligación del guión) y por ende nos parece que la libertad, por oposición, también cae en lo esquemático y superficial.
CLL: Más que hablar de la libertad, es enfrentarme al análisis que surge de aquella fronteriza y difusa línea que existe entre el deber aprendido y deseo instintivo. La libertad absoluta es una utopía, como lo es el pueblo de Manayaycuna. Lo relevante más bien es ahondar en la psiquis humana en términos de sus deseos ocultos o reprimidos. La necesidad de la búsqueda de una catarsis total que nunca llegará, y si llega, lo hará con mayores cadenas.
FV: Madeinusa está llena de elementos simbólicos, claves regadas a lo largo del filme que tocan los temas de la incomprensión, el incesto, la oposición de dos universos. Cayo es un Dios Muerto y Salvador es el nuevo ojo juzgador. ¿Qué pasa cuando esos símbolos son rápidos de reconocer y no parecen apuntar a nada más? La simbología puede ser atractiva, pero también puede ser una capa artificiosa para exigir un poquito el intelecto y dejarlo tranquilo ahí nomás. ¿No es ésta una consecuencia de querer tocar demasiados temas sin que se haya podido profundizar en ninguno?
CLL: Madeinusa es una ficción y como tal puede tener varias lecturas. Así la simbología depende del espectador, de lo que signifique para él dentro de su propio universo subjetivo. Mientras más estemos dispuestos a aceptar nuestros propios dolores, nuestras oscuridades así como nuestras luces, quizás podremos ahondar mejor en nosotros mismos.
FV: Con lo atractivo que resultaba el argumento, de pronto parece que el guión deja de ser una pauta en el rodaje y empieza a volverse una armazón que se siente en cada momento (personajes secundarios que resultan simples elementos funcionales para que la historia avance como sea, escenas utilizadas para crear esos saltos de tiempo que aparecen casi como una normativa de un libro de Syd Field.) Además, es sabido que mientras más costosa una producción, menos libertades puede darse un director. ¿Hasta qué punto la película se volvió esclava de un guión exitoso?
CLL: No lo sé, pero a mi me gusta más la película que el guión. Sin embargo te podría decir que uno siempre arrastra inseguridades, más aún cuando, como en mi caso, nunca había trabajado en cine con anterioridad, ni apreciado de cerca un rodaje. De un día para otro tuve que hacerme cargo de una historia en todos los niveles, producción y dirección. Y supongo que así como el que pregunta tiene más tiempo para pensar que el que responde… para escribir se tiene siempre, más tiempo que para rodar.
JP: Salgo de ver Madeinusa por segunda vez y me pregunto ¿Qué me ofrece de nuevo sobre la realidad que ya conozco? ¿Qué me dice de nuevo sobre la libertad, tanto la individual como la colectiva? ¿Qué me dice de nuevo sobre la chica del Ande que se quiere ir a Lima? ¿Qué me dice de nuevo sobre el limeño que llega a un pueblo andino y que mira todo con extrañamiento y asombro? ¿Qué me dice de nuevo sobre la pobreza, a la cual se la menciona de modo superficial y casi por obligación? ¿Qué me dice de nuevo sobre el incesto? Recuerdo una frase de Bresson: “haz aparecer lo que sin ti no se vería jamás.” ¿Qué hace a Madeinusa una película necesaria?
CLL: Nada es nuevo en el arte, ni en el cine, por lo menos yo no busco que lo sea. Más bien me interesa la manera cómo se replantean las preguntas. Creo que es relevante simplemente porque genera que hablemos de esto en este momento.
MCC: ¿Aceptarías, en un futuro hipotético, que Magaly Solier hiciera una película sobre tu mundo, de la misma forma que tú has hecho en alguna medida una película sobre el mundo al que ella pertenece (o pertenecía)?
CLL: Sin lugar a dudas.


END OF SIX QUESTIONS TO MADEINUSA’S DIRECTOR

12 Comments:

  • At 10:03 PM, Anonymous Anonymous said…

    "Nada es nuevo en el arte, ni en el cine, por lo menos yo no busco que lo sea." Con una frase así, mejor dedicate a otra cosa.

     
  • At 3:21 AM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    Buscar lo nuevo parece a ojos de muchos una locura. Buscar algo que no existe. O que existe solo como presentimiento. Pero la sensación de crear, o de ser testigo del nacimiento o de la aparición de algo nuevo es... deliciosamente escalofriante... Nuestros mejores recuerdos provienen de esa sensación: la de lo no visto nunca antes... El blog La cinefilia no es patriota existe por eso: para recordarnos a nosotros mismos que, en el campo específico del cine, podemos hacer cosas mejores si cultivamos una "nueva" actitud.

    Sin una crítica nueva no habrá un nuevo cine en nuestro país. Tan simple como eso.

    Le deseamos lo mejor a Claudia Llosa. Tiene razón Armando Sakihara cuando dice que el tiempo juega a favor de Claudia: es su primera película.

    Pero, Alberto, sí, comprendo muy bien tu molestia.

     
  • At 12:41 AM, Anonymous Anonymous said…

    Estimados colegas:


    1. He leído con interés los últimos comentarios en su blog sobre Madeinusa, en especial el diálogo entre Jesús Pacheco, Fernando Vílchez y Mario Castro, que creo enriquece el debate sobre la película. Debo aclarar sin embargo que en las notas que publiqué en Ventana Indiscreta en torno al filme de Claudia Llosa no he pretendido en modo alguno deslizar la idea de que “las críticas cinematográficas a las películas solamente aparecen porque no compartimos su ideología”, como afirma Fernando Vílchez. Confío en que una lectura más atenta de los textos publicados en Ventana Indiscreta (http://www.ulima.edu.pe/ventanaindiscreta) y del párrafo que transcribe Jesús Pacheco deje en claro que yo no digo ni deslizo esa idea, con la que, además, estoy totalmente en desacuerdo.
    2. Tampoco he pretendido que las críticas que se han hecho específicamente a Madeinusa estén motivadas únicamente por discrepancias ideológicas. Creo, sí, que, en este caso concreto, las objeciones ideológicas son más atendibles que las que se han planteado a la estructura narrativa y la puesta en escena del filme, aunque temo que han sido, en su mayoría, mal sustentadas, pues han partido de una especie de realismo ingenuo según el cual la obra de arte debe ser un reflejo de la realidad; o han llegado a exageradas conclusiones, como las que afirman (otorgándole al filme un poder descomunal) que Madeinusa ahondaría las diferencias sociales, el racismo y promovería el genocidio.
    3. Madeinusa no es, por cierto, una película perfecta; pero creo que sus debilidades formales y narrativas son menos significativas que sus fortalezas. Desde mi punto de vista Madeinusa tiene una estructura narrativa y una puesta en escena superiores al promedio de las películas peruanas. Es eso lo que hace que el mundo creado por Claudia Llosa parezca tan sólido al punto de que haya quienes lo han confundido con el mundo real. Ese no es un defecto del filme. Dentro de su estilo es un logro. Los símbolos están integrados a la trama, no se sienten impuestos, y los rasgos de estilo no buscan distanciarnos sino acentuar las emociones. Claudia Llosa no es Brecht ni Syderberg. No pretende ningún distanciamiento sino la verosimilitud. No es una narradora “moderna” sino “clásica”. Y si logra la ilusión referencial, mejor. Si consigue que una puesta en escena tan estilizada como la procesión de la virgen viva (donde, además mantiene a plena luz del día la clave baja de iluminación dominante en todo el filme) nos parezca “documental”, no está cometiendo un error; dentro de su propuesta es, por el contrario, un acierto. Ahora bien, la verosimilitud de ese mundo y del relato facilita la persuasión del discurso ideológico, y, me parece, que es eso lo que ha provocado alarma a algunos.
    4. Tengo la impresión que lo que irrita a varios de los críticos de Madeinusa no es sólo su falsedad (por supuesto que es falsa en cuanto es una ficción, y es falseable en cuanto representación de los Andes, como lo es también la representación que hacen de ellos los indigenistas), sino que esa falsedad parezca verdadera, y que, a partir de ella, el filme pueda “engañar” al espectador respecto de la realidad. Esos temores a que una película pueda “engatusar” a los espectadores no dejan de parecerme paternalistas y me recuerdan a los de la Iglesia Católica respecto a La última tentación de Cristo, por ejemplo. Ese paternalismo lleva implícito cierto autoritarismo inquisitorial.
    5. Por eso, me parece más interesante, en el caso concreto de Madeinusa, partir de las coherencias estéticas del filme que de sus fallas (que las tiene: algún problema de continuidad, segundo acto demasiado elíptico y desdramatizado, deficiencias en la construcción y en la actuación del personaje de Salvador, etc.). Si la película ha generado tanta inquietud, es porque un discurso ideológico discutible, con el que muchos disienten, se halla en un producto artístico bastante logrado y persuasivo. Me atrevo a decir que si la película fuera un mamarracho o siquiera mediocre, no hubiera merecido la misma atención de la crítica ni despertado tanta polémica. No hubiera abierto la caja de Pandora, para emplear la expresión de Mario Castro.
    6. No sostengo, tampoco, que un analista deba hacer una separación radical de valores estéticos y éticos, pero sí que debe diferenciarlos como paso previo a establecer una relación entre ellos. Del mismo modo, no sostengo la independencia absoluta de una obra de arte de su realidad histórica y cultural. Es tan ingenuo pretender que un filme debe ser un reflejo de la realidad, como pretender que no tenga nada que ver con la realidad. Madeinusa no es “fantasía pura” (eso no existe) y la película no sería la misma si las acciones ocurrieran en la India o el Tíbet. Manayaycuna, y el Perú al que el filme alude, no son reales sino imaginados, y ese pueblo y ese Perú imaginados han sido construidos en base a la fantasía; pero también a la percepción que la cineasta tiene del país y de los Andes, y a los sistemas de significación y valores que le permiten ordenar esa percepción. Esos sistemas de significación y valores “ordenadores” forman parte de una cultura compartida por la narradora y un grupo social. De otro lado, esa mirada (esa representación) de los Andes y el país que encontramos en Madeinusa, no es absolutamente nueva, pues tiene antecedentes que se pueden rastrear desde el siglo XIX por lo menos. De acuerdo a esa mirada, los Andes son el atraso, la barbarie o el salvajismo; si hay cultura allí, esa cultura es caduca. Lima, por el contrario, es la modernidad, y hay que incorporar a los indios a la modernidad y la civilización para que el país progrese. Este punto de vista era compartido en el siglo XIX por personalidades progresistas, desde José Torres Lara (autor de La trinidad del indio en 1885) hasta González Prada y Clorinda Matto de Turner (en Aves sin nido la salvación de Margarita está cifrada en el viaje a Lima, donde será educada como una señorita criolla), y estuvo implícito en los esfuerzos de alfabetización en castellano de los gobiernos durante el siglo XX. Como dice Gonzalo Portocarrero, esa mirada se presentaba como una superación del racismo “científico”, pues no consideraba a los indios atrasados por inferioridad biológica, sino por inferioridad cultural. Ahora bien, hay versiones actuales, según las cuales aunque no queramos que las culturas populares o subalternas desaparezcan, se impondrá una cultura dominante, globalizada, de mercado, hegemónica. Si queremos acelerar el progreso, mejor sacrifiquemos de una vez las culturas que ya se hallan condenadas. Lo interesante es que esta propuesta puede no gustar (a mí no me gusta), pero es fuerte, coherente y seductora inclusive para los sectores populares y pobladores andinos. El despojamiento cultural se presenta como camino para superar la pobreza, la exclusión y el abuso. La cultura de los subalternos se transforma (a fin de cuentas, todo se transforma en esta vida), sus significantes se resemantizan y se incorporan al festivo universo posmoderno o al mercado como pintoresquismo turístico. La pregunta es si éste es realmente el único camino. La pregunta es si el costo de la modernidad es necesariamente la renuncia a toda tradición o, en última instancia, el etnocidio. Otra pregunta es si el etnocidio no es acaso una forma de racismo, pues, al fin y al cabo, solo aceptamos al otro con tal que deje de ser él y se convierta en uno igual a nosotros. Así dejaremos de temerle o de sentirnos culpables por su suerte. La integración del otro es la desaparición del otro.
    7. Quiero insistir en algo que ya puse en el debate de Ventana Indiscreta: históricamente, toda representación artística de los Andes, ha supuesto una pretensión de representación política en nuestro país. Se me ocurre que una visión alternativa a la de Madeinusa es la de Lima ¡Was! de Alejandro Rossi y Rosa María Álvarez Gil. Allí se rescatan valores tradicionales andinos en la medida en que son útiles para la afirmación individual y colectiva de los sujetos populares en la Lima actual y el mundo moderno. El filme de Rossi y Álvarez Gil es un documental, pero su estructura narrativa está inspirada en filmes clásicos de ficción, y aún de género. Es decir, en Lima ¡Was! hay otra representación de la cultura andina, desde otro sector social, con otra postura ideológica (no ya necesariamente liberal); pero que supone, asimismo, una aspiración de representación política.
    8. No quiero terminar sin llamar la atención sobre otras dos películas peruanas de buena factura, pero con ideología aún más discutible que la de Madeinusa. Me refiero a los cortometrajes Páramo de Daniel Rodríguez y E-mail a mamá de Gerardo Ruíz Miñán. En ambos casos hay un manejo hábil del lenguaje cinematográfico. Es más, en el corto de Ruíz Miñán ese manejo es casi perfecto. Ambos, sin embargo, me parece que expresan el temor al Otro, y apuestan por el Apartheid. Que se vayan sumando filmes cada vez más solventes en cuanto al uso de lenguaje audiovisual y que a su vez representan la mirada (afirmativa o temerosa) de una elite (por llamarla de algún modo), nos lleva a preguntarnos por las otras miradas, las de los otros sectores, las de las culturas llamadas populares o subalternas. Y aquí hay un problema: el manejo del lenguaje audiovisual es más fluido en ciertos sectores (los de elite) que en los otros (los subalternos). No es raro: esos sectores tienen acceso a mensajes más sofisticados, más conocimiento, mejores instrumentos y mayor ejercicio en su uso. Pero hay algo más: el lenguaje mismo implica una concepción del mundo, y no sólo el lenguaje verbal sino también el audiovisual. El aprendizaje de lo que llamamos lenguaje audiovisual lo es también de ciertos valores y cierta manera de significar al mundo. ¿Es posible reinventar el lenguaje audiovisual para que sea fiel a otras maneras de significar? ¿Es posible crear un nuevo lenguaje que no sea el modo de representación institucional (para emplear la denominación de Noel Burch) que conocemos? ¿Es posible hacer un cine peruano distinto con un lenguaje realmente nuevo? ¿Es ese el cine peruano que aún no existe?

    Saludos, disculpen la extensión de la nota, gracias por el espacio y felicitaciones por el blog.

    Emilio Bustamante.

     
  • At 6:34 PM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    ¡Vaya! El crítico de cine Emilio Bustamante se toma en serio la discusión sobre Madeinusa (como tiene que ser) y expresa (¡otra vez!) su posición en el tema. Por un lado, finalmente se anima a expresar su rechazo por la ideología del filme:

    "Esa mirada... de los Andes y el país que encontramos en Madeinusa, no es absolutamente nueva, pues tiene antecedentes que se pueden rastrear desde el siglo XIX por lo menos. De acuerdo a esa mirada, los Andes son el atraso, la barbarie o el salvajismo ... Lo interesante es que esta propuesta puede no gustar (a mí no me gusta), pero es fuerte, coherente y seductora..."

    Por otro lado, Bustamante nos reclama el haber llegado a conclusiones apresuradas sobre las consecuencias de la película y también el actuar de manera paternalista con el espectador. ¿Es eso cierto?

    Los redactores del blog prometen contestar en los siguientes minutos. Gracias Emilio, por leernos.

     
  • At 12:22 AM, Anonymous Anonymous said…

    Ya pasaron los minutos y no contestan

     
  • At 12:37 AM, Anonymous Anonymous said…

    Yo tambien espero respuesta al excelente comentario (un poco largo) de Bustamante.
    Que es este film Lima Wash que E.B. propone como "contra" a madeinusa. Y porque se les da por poner los titulos en ingles.
    Gonzalo Portocarrero en su blog tambien tiene un muy buen articulo sobre MinUSA.

     
  • At 11:47 AM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    Estima Luisa,

    la obra a la que hace referencia Emilio Bustamante se llama "Lima Was", de Alejandro Rossi, y creo que no apunta a ser un título en inglés (aunque uno pueda tomarlo así) sino hace referencia a la danza regional sobre la que tres agrupaciones compiten en el XIII Concurso Nacional de Huaylarsh.

    Acerca de nuestras respuestas a Emilio Bustamante, nos ha tomado algunas horas más de lo pensado escribirlas. Los fines de semana son intocables para nuestros redactores. Como ya dijimos anteriormente, felizmente no todo es cine en esta vida. Sin embargo, los textos están listos y pasamos a publicarlas a continuación.

     
  • At 7:37 PM, Anonymous Anonymous said…

    MCC: ¿Aceptarías, en un futuro hipotético, que Magaly Solier hiciera una película sobre tu mundo, de la misma forma que tú has hecho en alguna medida una película sobre el mundo al que ella pertenece (o pertenecía)?
    CLL: Sin lugar a dudas.

    La pobre Claudia Llosa debe haber sentido un escalofrío en la espina dorsal al leer la pregunta. Yo también.

     
  • At 3:37 AM, Anonymous Anonymous said…

    Hola chicos:
    Que emocion que me hayan contestado!!
    Ya ubiqué la pelicula. La vi el año pasado en el Canal 7, ya estaba comenzada asi que no sabia el titulo. Me enganchó porque era agresiva visualmente y politicamente. No se entendia bien si era un documental organizado como ficcion o una ficcion filmada toscamente para parecer documental.
    El profe Bustamante saco un comentario en su revista Tren de Sombras.

    Veo que ademas de compartir opiniones tambien compartimos el culto al fin de semana. Donde paran ustedes¿ De repente nos encontramos por ahi. Se ve que son chicos de buenos modales.
    Besos cinematográficos.

    Luisa21

     
  • At 10:50 AM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    Hola Luisa21,

    De veras, no quieres saber qué hacemos los fines de semana. No deseamos que tu imagen de chicos de "buenos modales" se desluzca.

    Más besos cinematográficos.

     
  • At 1:41 PM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    Los escalofríos son buenos. Pueden significar (soy optimista) el principio de una toma de conciencia. Dímelo a mí, que acabo de ver de nuevo Muerte en Madrid, el documental de Rossif sobre la Guerra Civil Española y no sé qué hacer con mi vida en este momento. Saludos.

     
  • At 1:42 PM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    Perdón, no es Muerte en Madrid, es Morir en Madrid. para que vean...

     

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