LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Monday, June 11, 2007

BESOS ROBADOS, DE TRUFFAUT


Besos Robados
« Ce soir le vent qui frappe à ma porte
Me parle des amours mortes
Devant le feu qui s' éteint »
Charles Trenet

Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel, Antoine Doinel

Antoine Doinel (frente al espejo)


¿Qué es lo que permanece de nuestros amores. Es el título de una canción impresionante. Es así cómo comienza Baisers Voles (Besos Robados) de François Truffaut. Pareciera como si Antoine Doinel (Jean-Pierre Léaud) pensara en voz alta sobre el amor que dejó años atrás por haber entrado al ejército. ¿Valió la pena dejarla y quedarse sólo con su recuerdo y una pluma y papel para escribirle? No creo que haya valido la pena escaparse de las llamadas reiterativas para anexarse al militarismo para luego dedicarle algunas palabras bonitas, otras no tan bonitas causadas por el ánimo de estar sin ella. Sin Christine Darbon (Claude Jade), sin tu amor, Antoine, sin la joven preciosa de ojos curiosos y piel de ángel.

Y es que el ejército no es lugar para personas como Antoine Doinel. Su irreverencia, su desfachatez lo mantienen alejado de las filas militares para, y con mucha razón, encontrarse con la mujer que siempre amó. Christine Darbon, representante de la joven francesa, inquieta y muy coqueta. Otro personaje importante aparece: Fabienne Tabard (Delphine Seyrig) y como dice Antoine: no es una mujer, es una aparición.
Antoine es excesivo en algunas ocasiones. Su obsesión por Christine lo hizo escribir cerca de 14 cartas en una sola semana, y encima exigía que le respondieran a cada una de ellas. El resultado: no mandó ni una sola más. Pero claro, cómo querías que alguien se dedique todo el día a responder cartas. Antoine, a veces me pregunto, cómo es que encontrabas tiempo para escribirme tantas cartas. Yo también me lo pregunto.


Muchos odian tu peinado y tus gestos exagerados, pero quién podría decir algo acerca de tu forma de actuar y no me refiero a Jean – Pierre, sino a Doinel, porque sus acciones son tan naturales y simples que parecen perfectas. Quizás no estás actuando y sólo representándote como un fantasma dentro de una película. Antoine es ingenuo pero su habilidad por descubrir y lanzarse al mundo es envidiable.


Tener en cuenta

Las relaciones amorosas siempre tienen que pasar por un proceso largo. Quien no tiene paciencia, este lapso de tiempo lo tendrá que aceptar, hasta con resignación. Pero quien comprende este momento de “pre-relación”, entonces tendrá que usar todas las herramientas posibles para lograr su objetivo. Me refiero al enamoramiento. Al encubrir la frialdad y egoísmo que todos tenemos para representarnos de la mejor manera y atraer al mismo tiempo a nuestra mitad “perfecta”. Antoine, es de aquellos que comprende esta situación. Christine es la mujer que ama cada paso que da y cada movimiento que hace Antoine. Esto sirve para que toda la relación fluya naturalmente. Nada de presión. Sin forzarlo. Como si el agua del río recorriera cada centímetro con tan sólo la fuerza del viento.

Anoto esta apreciación meramente subjetiva y personal porque es necesario remarcarlo, puesto que al final de este pequeño artículo, expondré mis ideas finales con respecto a este “proceso de enamoramiento”.



Entonces, en qué iba…

Antoine es un hombre común y corriente. Truffaut es un hombre común y corriente. Yo soy un hombre común y corriente. Y para sentirme atraído por esta película, el personaje, el director y el espectador deben de ser una persona común y corriente.
Recuerdo que durante la película, Doinel se topa con un par de amigos en la calle. Lo reconocen, él los reconoce también, intercambian un par de palabras, se desean buena suerte, y adiós. Me preguntaba, después de ver la cinta, con cuántas personas me he topado últimamente en la calle. Y la última vez me encontré con un amigo mío con el cual formamos un grupo de rock. Ahora estaba con esposa, suegra e hijo. (¿no le pasó algo parecido a Antoine?). Bueno, la vida está llena de esos encuentros. Te hacen pensar sobre tu vida. Qué has hecho durante todos estos años. Si no te has metido al ejército como Doinel, ¿has perdido tu tiempo en otras cosas? ¿Has formado una familia? ¿Es ese tu objetivo? ¿O has estado buscando a tu Christine? Si es eso, me uno a ti, estimado lector o lectora, porque si has estado buscando a tu amor, entonces no has perdido el tiempo.

Cambiando un poco de tema y volviendo a Francia, la vez pasada le contaba a “mi Christine” mis experiencias cuando viajé para allá, precisamente sobre los desayunos insípidos de los franceses (sólo desayunos, porque los almuerzos son todo un ritual). Sólo leche, tostadas y mantequilla. Eso mismo podemos observar en las últimas escenas de la película. Pero mientras Christine unta mantequilla en la tostada (debajo de esa tostada hay otra más para que no se rompa la primera), le dice a Antoine (que rompió una al untarla con mantequilla): Yo te digo lo que sé, como esto de la tostada y tú a cambio me enseñas todo lo que sabes. Muy bien, responde Antoine. No existe frase más dulce y amorosa que esa.



Christine, eres todo lo que un hombre necesita. Una mujer que sepa lo que es la vida y que sepa cómo funciona. El intercambio de conocimientos, es un hecho del que no todos estamos concientes. Nuestro ego nos hace retroceder en vez de avanzar y nuestra incomunicación nos hace cometer muchas cosas innecesarias. Por qué no enseñamos y dejamos que nos enseñen.

Otro tema completamente diferente es el contacto que tiene Antoine con Fabienne Tabard. Quizás sea un poco exagerado, pero para nada inverosímil. En Francia más que aquí por cierto, esto puede ser algo mucho más natural. La conexión y la atracción física entre ambos suponen un deseo incontrolable. Doinel trata de evitarlo pero lo único que hizo fue reforzar la situación. El querer fugarse de su responsabilidad, lo convierte en víctima de “acoso”. Un acoso, valga decirlo, sujeto a normas de acuerdos mutuos. Un pacto que le será imposible romper. Su “aparición”, se le aparece en su departamento. Quién podría decirle que no a Fabienne. Con esa sonrisa cautivadora y esa mirada atrevida. Y no es necesario mostrar algún desnudo para mostrar lo sensual que una mujer puede ser con tan sólo una frase excitante.

Para terminar...

Y regresando a un tema que quedó inconcluso en párrafos anteriores, el “proceso de enamoramiento” debe y tiene que ser un proceso de largo aliento. Quiero decir, que dure algunas semanas o días por lo menos, pero nunca que se resuma todo en una sola proposición.

Mientras Antoine y Christine consolidan su relación y establecen formalidad, pasean por las calles parisinas con la más soltura y libertad que nunca. Se sientan en una banca vacía a descansar. Es cuando Christine observa, de nuevo, al hombre que ha estado siguiéndola los últimos días con mayor frecuencia y sin tratar de ocultarse. Christine le cuenta esto a Antoine y esperan con cierta impaciencia que el hombre desconocido se les acerque.


Después que este hombre desconocido le dedica algunas palabras a Christine, diciéndole que está enamorado y que la ama como a nadie en la vida y que pasarán la vida juntos y que todo el mundo engaña y él es diferente, al final le dice: Yo soy muy feliz. Luego que se retira, la joven dice: ese tipo está completamente loco.
Truffaut nos ha expuesto dos puntos de vista. El primero es el de Doinel que trata de caminar lentamente en los terrenos desconocidos del enamoramiento. El segundo lo representa el desconocido. Qué pasa si uno se acerca a una mujer y le dice exactamente esto: Cásese conmigo porque soy sincero y la amo. Nos tildarían de locos seguramente. Pero no necesariamente tiene que ser ese el resultado de tal afirmación. Uno, y esto es estrictamente personal, se puede enamorar con tan sólo ver a una persona.
Por qué no.

Paco Pulido Spelucin

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4 Comments:

  • At 5:50 PM, Anonymous Anonymous said…

    y hay gente que cree que "Besos robados" es el nombre de una telenovela peruana...

     
  • At 8:51 PM, Anonymous Anonymous said…

    por desgracia no termine de ver esa pelicula comprada en algun rincon de polvos azules... pero no dudare de adquirirla otra vez. ¿Se puede enamorar con tan solo ver a una persona? creo k no

     
  • At 10:27 AM, Blogger gallo said…

    ¡Que buena la pelicula! ¿verdad?, el caso es que lo del espejo frente al cual Doinel se llama a si mismo es algo asi como una afirmacion de la propia realidad. personalmente lo vi como un simbolo pera comprobar si él seguia siendo el mismo luego de todas las cosas que paso en la zapateria y con su novia. Lo del amor solo con la vista es posible si es contemplativo (no platonico)y hay una relacion por lo menos amistosa involucrada, pór otro lado no se que puedan decirme sobre ¿si es el mismo Antoine Doinel de los 400 golpes?

     
  • At 4:18 PM, Blogger David Cotos said…

    Es cierto quién podría decirle que no a Fabienne Tabard.

     

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