EL CINE, LENGUAJE UNIVERSAL. JA, JA.
Por qué las sociedades analfabetas no pueden entender películas o ver fotografías sin un gran entrenamiento previo.
Ya que ahora vamos a tratar de aclarar en qué medida es causa la escritura fonética en el origen de nuevos modos de percepción, conviene recordar un trabajo del profesor John Wilson, del Instituto Africano de la Universidad de Londres ("Film Literacy in África". Canadian Communications, volumen I, núm. 4, verano 1961, págs. -14). Para las sociedades cultas no resulta fácil comprender por qué los pueblos analfabetos no pueden ver en tres dimensiones, o en perspectiva. Nosotros damos por supuesto que este es el modo normal de visión, y que no se necesita entrenamiento alguno para ver fotografías o películas. Las experiencias de Wilson surgieron cuando trató de emplear películas para enseñar a leer a los nativos:
La prueba siguiente fue muy, muy interesante. Este hombre—el inspector de Sanidad—hizo una película, en "tempo" muy lento, de técnica muy lenta, sobre lo que se hace preciso en un hogar ordinario de una aldea africana primitiva para la evacuación del agua estancada—regatos de drenaje, recoger todas las latas vacías y llevárselas lejos, etcétera.— Proyectamos esta película ante un grupo de indígenas y les preguntamos qué era lo que habían visto; respondieron que habían visto un pollo, un gallo, y nosotros ¡no sabíamos que hubiese gallo alguno!
La prueba siguiente fue muy, muy interesante. Este hombre—el inspector de Sanidad—hizo una película, en "tempo" muy lento, de técnica muy lenta, sobre lo que se hace preciso en un hogar ordinario de una aldea africana primitiva para la evacuación del agua estancada—regatos de drenaje, recoger todas las latas vacías y llevárselas lejos, etcétera.— Proyectamos esta película ante un grupo de indígenas y les preguntamos qué era lo que habían visto; respondieron que habían visto un pollo, un gallo, y nosotros ¡no sabíamos que hubiese gallo alguno!
Revisamos cuidadosamente todos los fotogramas, uno por uno, en busca del gallo, y, ¡¿cómo no?!, durante un segundo, poco más o menos, un gallo pasaba volando por una de las esquinas del encuadre. Alguien lo había asustado, y el ave pasó volando por la derecha de la zona inferior de la escena. Esto es todo lo que habían visto. Todo lo demás, que él había confiado que captarían de la película, no lo habían captado, pero vieron algo que nosotros no sabíamos que estuviese en ella hasta que la inspeccionamos minuciosamente. ¿Por qué?... Desarrollamos toda clase de teorías. Quizá fuese el súbito movimiento del pollo. Todo lo demás había sido filmado con una técnica lenta —gentes avanzando despacio, recogiendo una lata, demostrando... y todo el resto—, y el ave era, al parecer, la única realidad para ellos. Según ellos había otra teoría que, naturalmente, rechazamos: el gallo tiene un significado religioso.
Pregunta.—¿Puede usted describir con más detalle la escena de la película?
Wilson.—Sí, había una secuencia muy lenta en la que un obrero sanitario avanza, ve una lata llena de agua, la coge, vierte el agua cuidadosamente y la restriega contra el suelo para que no puedan criarse mosquitos, y, finalmente, la pone con cuidado en un cesto cargado a lomos de un burro. Ello era para demostrar cómo eliminar la suciedad. Era como el barrendero del parque que con un palo provisto de un clavo en la punta va recogiendo los pedazos de papel y poniéndolos en un saco. Todo ello se hacía muy lentamente, para mostrar cuán importante es evitar que los mosquitos puedan criar en el agua estancada. Todas las latas se recogían cuidadosamente, se transportaban lejos, se tiraban al suelo y se cubrían, para que no hubiese más agua estancada. La película tenía unos cinco minutos de duración.
El pollo aparecía durante un segundo en la secuencia.
Wilson.—Sí, había una secuencia muy lenta en la que un obrero sanitario avanza, ve una lata llena de agua, la coge, vierte el agua cuidadosamente y la restriega contra el suelo para que no puedan criarse mosquitos, y, finalmente, la pone con cuidado en un cesto cargado a lomos de un burro. Ello era para demostrar cómo eliminar la suciedad. Era como el barrendero del parque que con un palo provisto de un clavo en la punta va recogiendo los pedazos de papel y poniéndolos en un saco. Todo ello se hacía muy lentamente, para mostrar cuán importante es evitar que los mosquitos puedan criar en el agua estancada. Todas las latas se recogían cuidadosamente, se transportaban lejos, se tiraban al suelo y se cubrían, para que no hubiese más agua estancada. La película tenía unos cinco minutos de duración.
El pollo aparecía durante un segundo en la secuencia.
Pregunta.—¿Quiere usted decir, literalmente, que cuando habló con los espectadores llegó a creer que no habían visto otra cosa sino el pollo?
Wilson.—Simplemente les preguntamos: ¿Qué habéis visto en esta película?
Pregunta.—¿No preguntó qué habían pensado?
Wilson.—No. Qué habían visto.
Pregunta.—¿A cuántas personas, de las que habían visto la película, hizo usted esta pregunta?
Wilson.—A unas treinta.
Pregunta.—¿Ninguno le dio una respuesta distinta a "vimos el pollo"?
Wilson.—No. Esta fue la primera y rápida respuesta: "Vimos un pollo."
Pregunta.—¿Vieron un hombre también?
Wilson.—Bien, cuando continuamos preguntándoles, habían visto un hombre, pero lo realmente interesante es que no habían seguido la trama de la película; en realidad, como descubrimos más tarde, no habían visto ningún encuadre en su conjunto, sino que los habían inspeccionado en busca de detalles. Después supimos, por boca de un artista y de un oftalmólogo, que un público sofisticado, un público acostumbrado a las películas, enfoca la mirada en un punto un poco adelantado a la pantalla plana, de modo a captar todo el encuadre. En este sentido, una foto es también una convención.
Wilson.—Simplemente les preguntamos: ¿Qué habéis visto en esta película?
Pregunta.—¿No preguntó qué habían pensado?
Wilson.—No. Qué habían visto.
Pregunta.—¿A cuántas personas, de las que habían visto la película, hizo usted esta pregunta?
Wilson.—A unas treinta.
Pregunta.—¿Ninguno le dio una respuesta distinta a "vimos el pollo"?
Wilson.—No. Esta fue la primera y rápida respuesta: "Vimos un pollo."
Pregunta.—¿Vieron un hombre también?
Wilson.—Bien, cuando continuamos preguntándoles, habían visto un hombre, pero lo realmente interesante es que no habían seguido la trama de la película; en realidad, como descubrimos más tarde, no habían visto ningún encuadre en su conjunto, sino que los habían inspeccionado en busca de detalles. Después supimos, por boca de un artista y de un oftalmólogo, que un público sofisticado, un público acostumbrado a las películas, enfoca la mirada en un punto un poco adelantado a la pantalla plana, de modo a captar todo el encuadre. En este sentido, una foto es también una convención.
Primero ha de mirarse en su conjunto, y aquellas gentes no lo habían hecho, al no estar acostumbradas a las fotos. Cuando se les ofreció una, comenzaron a inspeccionarla, como hace el disco explorador de una cámara de televisión, y la examinaron rápidamente. Al parecer, esto es lo que hace el ojo no acostumbrado a las fotografías—explorarlas—y ellos no habían podido explorar cada encuadre de la película antes que desapareciese, a pesar de la lenta técnica en ella empleada.
Los hechos fundamentales se hallan al final de este pasaje. El conocimiento del alfabeto da a las personas el poder de enfocar la mirada un poco por delante de cualquier imagen, de modo que la captan en su totalidad a un golpe de vista. Las gentes analfabetas no han adquirido este hábito y no miran los objetos a nuestro modo. Más bien exploran los objetos y las imágenes como hacemos nosotros con una página impresa, trozo a trozo. Y así no tienen un punto de vista separado. Se identifican plenamente con el objeto. Entran resueltamente en él. El ojo se usa no en perspectiva, sino táctilmente, por decirlo así. Los espacios euclídeos, al depender de una gran separación entre la vista y el tacto, les son desconocidos.
Los hechos fundamentales se hallan al final de este pasaje. El conocimiento del alfabeto da a las personas el poder de enfocar la mirada un poco por delante de cualquier imagen, de modo que la captan en su totalidad a un golpe de vista. Las gentes analfabetas no han adquirido este hábito y no miran los objetos a nuestro modo. Más bien exploran los objetos y las imágenes como hacemos nosotros con una página impresa, trozo a trozo. Y así no tienen un punto de vista separado. Se identifican plenamente con el objeto. Entran resueltamente en él. El ojo se usa no en perspectiva, sino táctilmente, por decirlo así. Los espacios euclídeos, al depender de una gran separación entre la vista y el tacto, les son desconocidos.
La Galaxia Gutenberg, de Herbert Marshall Mcluhan
La Cinefilia No Es Patriota
La Cinefilia No Es Patriota
2 Comments:
At 6:20 PM, Anonymous said…
Muy interesante ! felicitaciones.
At 6:14 PM, Anonymous said…
Cual es el significado del plural "euclídeos"?... Estuve buscando la palabra en el diccionario de la RAE y no aparece.
"El ojo se usa no en perspectiva, sino táctilmente, por decirlo así. Los espacios euclídeos, al depender de una gran separación entre la vista y el tacto, les son desconocidos."
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