LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Monday, December 03, 2007

HOY, EN LA CAYETANO HEREDIA: EL FASSBINDER MÁS RADICAL



In Einem Jahr mit 13 Monden-Un Año con 13 Lunas, de Rainer Werner Fassbinder (1978).


“Cada siete años hay un año de la luna. Aquellas personas que viven dirigidas por sus emociones en este ciclo sufren depresiones aún más intensas. En menor medida puede decirse lo mismo de los años con trece lunas nuevas. En los momentos que confluyen estos dos sucesos, la probabilidad de tragedias personales es mayor. Uno de estos años es 1978”
El comienzo de este film de Fassbinder nos hace sospechar que estamos ante un drama sicológico, sórdido, triste, quizá con trasfondo sexual.
Elvira es una mujer que en el pasado fue un hombre, se casó con Irene y tuvo una hija con ella llamada Marie Ann. Poco después se enamora de un hombre, Anton Saitz, y, para conquistar su corazón, decide hacerse una operación de cambio de sexo; pero la protagonista no conseguirá su objetivo y es rechazada. A partir de entonces su vida da un giro inevitable presa de su nueva condición.
A medida que avanza la trama vamos conociendo la vida de la protagonista, indagando en su interior y obteniendo poco a poco las respuestas que nos permiten comprender su compleja existencia. Elvira es un ser maltratado, indefenso y expuesta al sufrimiento de una forma que raya el masoquismo. Tan solo parece crecerse cuando expresa sus sentimientos, tiene claro lo que quiere hacer, AMAR, pero el no ser correspondida es su gran desgracia y el fundamento de todos sus problemas.

“Lo único que he hecho mal ha sido echar de menos a alguien que me acariaciara y me besara” dice al comienzo de la película. Este sentimiento de soledad lo acalla con muñecas hinchables o vistiéndose de hombre y acostándose con gigolós.
Todo lo que la rodea está impregnado de rechazo hacia ella. Al comienzo de la película vemos cómo un grupo de tres gigolós le propinan una brutal paliza, en un parque al lado del río Main en Frankfurt. Cuando llega a su casa, su pareja, Christoff, la abandona, y le espeta lindezas del tipo:
-“ Eres un trozo de carne gorda, repugnante y prescindible (…) Eres una cosa, un objeto, completamente superficial. Nadie se daría cuenta si dejaras de existir. Alguien debería pisarte y aplastarte como a un bicho (…) Huele a podrido cuando estás cerca, a degradación y muerte”.
Pasados unos minutos, el espectador se identifica con el personaje y se vuelve insensible a tanto sufrimiento y humillación, y continúa el visionado como anestesiado, inerte ante la pasividad y degradación de Elvira.

Las consecuencias del cambio de sexo no solo han modificado radicalmente las costumbres sexuales de Elvira, que no era gay antes de la operación, sino que también la hacen fracasar en el mundo laboral.
Hay una secuencia especialmente dramática, desagradable, salvaje y trágica que el director muestra explícitamente al espectador durante un largo periodo de tiempo. Elvira y su amiga Cora visitan un matadero y la protagonista aprovecha este momento para contarnos en voz en off su vida pasada con Irene y Christoff. Mientras, se suceden imágenes mostrándonos de forma explícita la muerte de los animales, cómo son degollados, colgados boca abajo, desprendidos de sus pieles, despedazados, primeros planos de sus cabezas. En versos de Goethe sigue la voz en off: “Cuando nuestra mirada ilumina una acción monstruosa el alma queda en vilo” (…)
Todo en la trama es triste y decandente, la protagonista entra en una sala de juegos colorista y setentera donde todos los jugadores pierden, mientras escuchamos fragmentos de “A Song for Europe” de Roxy Music: -“No Tomorrow”, “There’s no today for lost”… O visita Soul Frieda, un lugar muy extraño y sórdido, underground, surrealista, velvetiano: luces apagadas, velas, música atmosférica, repetitiva, Zora dando forma a unas pompas de jabón, un chico musculoso y en ropa interior hace pesas, y el anfitrión recita en alto una experiencia onírica que habla de la amistad y la soledad.
El periplo de Elvira se prolonga con la presencia de un suicidio en las escaleras de un edificio propiedad de Anton Saitz, y continúa consiguiendo que este último se vaya a casa con ella. Por un momento parece que la situación se le torna positiva a nuestra protagonista, pero Anton al llegar a casa de Elvira encuentra más apetecible a su amiga Zora y se acuesta con ella sin ningún reparo. Elvira, desconsolada, visita a Irene y a su hija Marie Ann y les propone un retorno a su vida pasada, pero éstas también la rechazan. Todo es un profundo abismo de dolor y desconsuelo.
Hay un tema principal recurrente que es la soledad y la crisis de identidad y el desamor. Otros complementarios nos muestran la realidad diaria de personajes que viven al margen de la sociedad dominante, trazos del contexto político internacional de la época con la inclusión de fragmentos de un video de la toma de poder del dictador Pinochet en Chile o el tema de la infancia y el abandono insertado por el mismo Fassbinder como recurso en una entrevista de una grabación televisiva.
Fassbinder es un gran creador de atmósferas, además de la dirección, en esta película es responsable de la fotografía, el guión, el montaje y la dirección artística. Los encuadres y los ambientes están muy cuidados, hay una continua referencia al tema especular (Elvira se maquilla en un baño donde las paredes son pequeños espejos a modo de tablero de ajedrez, encima de su cama cuelga un gran espejo desde donde obtenemos una segunda perspectiva, como una extensión de su personalidad. A veces, por el contrario, observamos tan sólo el reflejo del personaje, de una de sus identidades en conflicto).
Los colores son cálidos, saturados, realiza un buen trabajo de contraste cálidos- neutros. Existe una repetición de formas redondeadas y cuadradas en la decoración, las máquinas de juego y sus sonidos son muy característicos de la estética retro del momento. El montaje indirecto está bien trabajado, así como los planos secuencia que abundan en el film. Todos estos ambientes recargados siguen apelando y reafirmando el contenido del film, como buena obra que se precie, una exquisita forma al servicio de un buen contenido.

Esta obra de Fassbinder es un homenaje a la complejidad, al amor, a la nobleza humana, a todas las personalidades confusas, imprecisas, indeterminadas, que se enredan con sus vidas vividas al límite, en un océano delirante de emociones y sentimientos.


La cita es hoy, en:
El Cine-Club de la Universidad Cayetano Heredia
Av. Armendáriz 445, Miraflores.
7 de la noche.

Entrada Libre.

LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

2 Comments:

  • At 5:02 PM, Anonymous Anonymous said…

    Te censuraron esto en cinemaperu?

    Alonso

     
  • At 2:26 AM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    Estimado Alonso: El mail con la información correspondiente a la película N· 4 del Ciclo "Estados del mundo y de la mente", auspiciado por la Cayetano Heredia, organizado por César Guerra y programado por mí, llegó perfecto, gracias.

    El otro mail fue el que no llegó, ni perfecto ni con desperfecto, como explico en un comment del post anterior.

    Lo buenísimo de este ciclo son las caras de sorpresa de los que van, sientes que las películas los sobrepasan. O sea, que las obras están vivas y que son rompedoras de esquemas fáciles y seguros.

    Hay lecciones en cada una de estas películas. De esto hablaré cuando termine el ciclo y se haga un balance.

     

Post a Comment

<< Home