LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Monday, October 01, 2007

HOY LUNES, SOLO PARA CINÉFILOS: SATÁNTANGÓ, DE BÉLA TARR

El cine-club Ventana Indiscreta de la Universidad de Lima proyecta hoy lunes, en tres partes, una de las obras cinematográficas más importantes de los últimos años: los horarios son, el de las 12 del mediodía, el de las 4 de la tarde y el de las 6 y media. La película dura 7 horas. A continuación una entrevista al director, hecha por Jorge García para la revista El Amante, en 2001:

BÉLA TARR:
"Quiero que en la pantalla se vean hombres verdaderos"


Esta entrevista tiene una limitación fundamental: cuando la hice todavía no había visto Sátántangó, la obra magna del realizador, de siete horas y cuarto de duración. La ulterior visión de ese film me permitió comprender de una manera más cabal los conceptos de Béla Tarr, que en la entrevista se mostró bastante más lacónico que como director.


¿Cómo fueron sus comienzos como realizador?


Comencé realizando una película amateur de 8 mm a los 16 años, que era un film sobre trabajadores de la construcción gitanos. Ellos escribieron una carta al secretario del Partido Comunista, Janos Kadar, solicitando que los dejaran ir a Austria a trabajar porque lo que ganaban en Hungría no les alcanzaba para vivir. La carta tenía un estilo parecido al que los mujiks (campesinos rusos) utilizaban cuando se dirigían al Zar. Ese era el tema de la película y yo cometí el pecado de proyectarla en campamentos de trabajadores. Después me presenté a la facultad para ingresar en la carrera de filosofía, pero al ver mis antecedentes no me permitieron ingresar, por lo que nunca fui universitario. Quise hacer otra película, también en 8 mm, sobre una familia obrera que ocupa un departamento abandonado del que son desalojados, pero no la pude realizar porque primero me detuvieron a mí y luego desalojaron a la familia. Más tarde ingresé en el estudio Béla Balasz y a los 22 años dirigí mi primera película. A esa edad pensaba que todo lo que se veía en cine era mentira y quería enfáticamente llevar a la pantalla a hombres verdaderos.


¿Cree que su obra tiene relación con la de directores húngaros de cierta fama como Miklos Jancsó, Zoltan Fabri o Ferenc Kosa?


Cuando era joven vi bastantes películas de Jancsó, que me gustaron mucho. Con los otros directores no tengo ninguna relación.


Jonathan Rosenbaum ha dicho que sus primeras películas estaban influenciadas por el cine de John Cassavetes. ¿Es así?


Este es un concepto de Jonathan lamentablemente equivocado ya que yo recién vi una película de John Cassavetes en 1985 y ya había realizado las tres películas que él relaciona con este director.


¿Su versión fílmica de Macbeth respeta la obra original o está adaptada a la sociedad húngara?

A mí siempre me gustaron las tragedias shakespeareanas y esta es una versión condensada que respeta el texto original.


¿Su relación con el escritor László Krasznahorkai comenzó con Sátántangó?


Yo leí el libro de Krasznahorkai, y como me gustó mucho, decidí que iba a hacer una película sobre él, pero las cosas sucedieron de otra manera ya que el estudio donde trabajaba fue clausurado por razones políticas. Eso pasó en 1985 y durante varios años tuve que olvidarme de Sátántangó; en el ínterin dirigí Damnation, basado en otra novela del escritor. Así fue que tuve que esperar nueve años para poder rodar Sátántangó. Lo que hay que saber es que Krasznahorkai es un escritor muy difícil de trasladar al cine. La única manera de hacerlo es conociéndolo a fondo, yendo a los lugares donde escribió sus obras y relacionándose con la gente sobre la que escribió. Es casi como hacer una investigación sociológica.


¿Originalmente Sátántangó fue planteada con esa duración?


La había planificado con una duración de seis horas pero luego en el rodaje se fue extendiendo.


Desde Von Stroheim no se hacían películas tan largas...


No crea, Jacques Rivette ha hecho una película de trece horas.


¿En toda su obra se manifiesta, como en Werckmeister Harmonies, ese estilo de pocos planos de gran extensión?


Al principio de mi obra los planos de mis películas eran más cortos, pero a medida que voy envejeciendo se han ido alargando.


En esta película hay otra característica que es la intemporalidad de los sucesos. ¿Eso también ocurre en sus otros films?


A mí el tiempo me preocupa mucho. Mis películas para mí transcurren mañana, no en un momento histórico determinado.

Una cosa que me llamó la atención en Werckmeister... es la violencia contenida que en determinado momento estalla.

La violencia manifestada de ese modo solo aparece en esta película. En todos mis films hay algún tipo de violencia, pero de estas características solo en éste.


¿Trabaja con un guión minucioso o improvisando a medida que rueda?


Nunca utilicé guiones rigurosos y me encanta improvisar situaciones durante el rodaje de mis films.


En esta película actúa Hanna Schygulla, una actriz con un estilo interpretativo muy particular. ¿Le fue fácil trabajar con ella?


Fue fácil porque nosotros cuando filmamos no estamos trabajando, sino que tratamos de vivir, el actor delante de la cámara y nosotros detrás. Lo que tratamos de hacer es mostrar la vida sobre la pantalla.

En este film es muy importante la utilización de la música...


La música es para mí tan importante que siempre la trabajo antes de la filmación. La película realmente empieza cuando el compositor entra al estudio y decidimos qué temas vamos a utilizar en el film.


En Werckmeister... noté cierta influencia de los pintores flamencos en la composición visual.


A mí me gusta mucho Brueghel. Reconozco más influencias en Brueghel que en otros cineastas.


¿Su reconocimiento como director fue primero en Hungría o fuera de su país?

Fuera de mi país, ya que gané con mi primera película el Gran Premio del Festival de Mannheim y en Hungría no era conocido. Además, todas mis películas fueron proyectadas en el exterior antes que en mi país.


¿Hay en este momento en Hungría algún movimiento importante de directores jóvenes?


Lamentablemente no, porque los directores jóvenes han sido arrastrados por el mainstream. Lo que realmente me impacta es que, a medida que envejezco, me siento más radical que los veinteañeros y esto es muy triste, ya que el orden de la vida indicaría lo contrario.


Esto es algo que ocurre en la cinematografía mundial, donde los directores más radicales son maduros.


Es cierto, pero yo fui radical también de joven. Vea, hay dos maneras de entrar en una habitación: golpear la puerta con los nudillos o derribarla de una patada. A mí me gustaría que los jóvenes derribasen la puerta, pero parece que no quieren. Creen que van a ganar algo si son bien educados, pero no es así.


¿Le gusta el cine de Angelopoulos?


Lo de relacionarme con Angelopoulos es otro error, ya que algunas de sus películas solo las conocí hace poco tiempo. Me gustaron, pero no creo que tengan nada que ver conmigo.


¿Cuál es su próximo proyecto?


En principio, filmar una novela de Georges Simenon escrita en la década del treinta.


Finalmente, ¿a qué directores admira?


Créame que hace mucho tiempo que no voy al cine.

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