FELLINI: "No voy casi nunca al cine"
Durante bastante tiempo, Federico Fellini iba acumulando escritos, ensayos, documentos, entrevistas, todo sobre su escritorio, casi a pesar suyo. Unos editores listos lo convencieron de ordenarlos y publicar así el libro Fellini por Fellini.
El día de hoy, nosotros empezamos a mostrarles varios fragmentos del libro y, quizás, con un poco de suerte y tiempo, terminaremos tipeando todo el libro en esta página. Que lo disfruten.
LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA
A veces soporto bastante bien las entrevistas.
Me ocurre que hablo de buen grado, incluso demasiado. Me exaspero después cuando releo lo que he escrito y encuentro todo un poco estúpido. Juro que será la última vez, pero luego hago lo mismo porque no sé decir no. Me gustaría establecer un catálogo de respuestas preparadas. Diría a los periodistas, que además siempre preguntan lo mismo: “Miren la respuesta No. 2005”.
Realmente estoy cansado de entrevistas. Cuando respondo a las preguntas, me veo como un oráculo... Idiota.
Soy un mentiroso, pero sincero.
Me reprochan no contar siempre de la misma manera la misma historia. Pero esto sucede porque me invento desde el principio toda la historia, y encuentro que repetirme es aburrido para mí y poco amable para los demás.
Me gusta estar a solas conmigo mismo, reflexionar.
Pero únicamente sé estar solo rodeado de gente. No puedo reflexionar adecuadamente si no estoy acosado, ajetreado, lleno de dificultades, con asuntos que solucionar, problemas que resolver, fieras que domesticar. Todo eso me reconforta, me pone en condiciones.
No siempre ha sido así. Antes de empezar a dirigir, encontraba espantosa la idea de tener que crear con tal estruendo. Me sentía un escritor que quisiese escribir en la calle, en medio de la muchedumbre: hay un mirón que se asoma por encima de tu hombre para ver lo que has escrito, otro que aprovecha uno de tus momentos de concentración para quitarle el lápiz o el papel, un tercero que te grita de manera obsesionante algo al oído. Este era el tipo de temores que tenía al principio. Y ahora he llegado a tal punto que no puedo hacer nada si no hay alrededor mío una bienhechora confusión.
Leo preferentemente historietas gráficas, actas de procesos, libros de historia, ensayos, a veces poemas, rara vez novelas.
No voy casi nunca al cine.
A veces entro en uno, veo un trozo de película y luego me salgo. No oigo jamás la radio. Ni miro nunca la televisión. No he visto en toda mi vida un partido de fútbol.
No me gustan las recepciones. No me gusta la conversación. Sólo me aburro cuando me veo obligado a estar con gente a la que no conozco, intercambiando palabras inútiles.
Nunca puedo estar tranquilo.
Tengo que desplazarme continuamente. Me gusta ir en automóvil. Así es como veo frecuentemente a mis amigos: circulamos juntos por la ciudad. Me gusta ver aparecer y desaparecer las imágenes por la ventanilla mientras hablo.
Salgo todas las mañanas de mi casa a las ocho. Cuando no trabajo, me gusta vagar por Roma todo el día.
No soy coleccionista.
Doy, abandono, pierdo mis libros. Rompo todo lo que no me parece interesante y también lo que me lo parece pero ya conozco. Me gustaría tener en mi casa el menor número de cosas posibles.
No soy ambicioso.
No todo el mundo comparte esta opinión conmigo, pero afirmo que soy tímido. Siempre me asombra que pueda ser director. Antes me sentía incapaz de imponerme, de dirigir a los otros y a mí mismo. No he elegido ser cineasta; es el cine quien me ha elegido.
Federico Fellini Barbiani
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1 Comments:
At 10:23 PM, Felipe Mayuri Poma said…
Por fin veo que un director (un verdadero director) de cine admite que no le gusta ver cine.
Este si q es un maestro y no cae en esa tonta convensión de que tienes que saber mínimo 15 nombres de directores caletas para q te pongan como cinéfilo...
buena Fellini!!!
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