EDITORIAL
¿Por qué causa luchan nuestras Ángeles de Charlie?
Primer Acto
Érase una vez una ley, con varios números: 26370, que obliga al Estado Peruano a pagar de manera anual y puntual un fondo económico, destinado a promover la industria cinematográfica en nuestro país (estamos hablando aproximadamente de siete millones de soles anuales). Esto deberá canalizarse a través del CONACINE, organismo que pertenece al Ministerio de Educación, y que debe distribuir ese fondo por medio de concursos públicos entre los proyectos cinematográficos que cumplan con los requisitos artísticos y técnicos que se exige en cada oportunidad.
Segundo Acto
Desde la creación de la ley y con tenacidad envidiable, el Estado insiste en olvidarse del pago mencionado. Como nunca antes, este año se ha iniciado una campaña que exige del gobierno del presidente García un futuro diferente.
Tercer Acto
A raíz de este legítimo reclamo, no han faltado voces profetas poseídas por el horror que anuncian el nacimiento de una nueva clase de parásitos en el país: la del gremio cinematográfico, extraño grupito de amigos que sueña con vivir de los impuestos nacionales y del subsidio sin tener en cuenta que existen necesidades estatales urgentes a nivel nacional (educación, salud, seguridad) y obviando que hace mucho la sociedad civil exige de los gobernantes una política de austeridad.
Cuarto Acto
Como respuesta, muchos argumentan que el dinero estatal no supone un subsidio, sino una inversión. Al fomentar la industria del Cine, ésta empieza a generar una cadena de ingresos que van desde empleos a carpinteros, abogados, contadores, costureros, etc., hasta a los propios técnicos audiovisuales, actores y demás miembros de cada rodaje importante. Los aterrados profetas responden recordándonos una ley fundamental de la economía: Una industria no existe sin un mercado. ¿Cuál es el mercado de una película peruana? ¿Permanecer dos, tres semanas en un multicine? O peor: ¿Cuál es el mercado para un cortometraje o un documental? ¿La esforzada y milagrosa exhibición en algún cine-club, en un programa dominical?
Quinto Acto
En realidad el gobierno, en lugar de inyectar con capital a la industria cinematográfica y terminar realizando un subsidio –palabra prohibida en la economía actual- lo que está haciendo es crear las condiciones de mercado para el cine. Comparemos a nuestra sociedad cinematográfica con una comunidad amazónica que posee buenas cosechas de café cada año. Podrían vender su café en las ciudades, pero no tienen conocimiento de ello o no tienen la posibilidad de transportar sus productos al no existir un puente que los comunique con dichas ciudades. Es ahí donde el Estado aparece para la construcción de dicho puente.
¿La empresa privada va a construir ese puente? Desde luego que no, a menos que tengan posibilidades de terminar siendo dueños de esa comunidad en su totalidad. Le corresponde al Estado la construcción de ese puente, y esto está lejos de ser un subsidio. La ley del cine equivale a ese puente, una posibilidad para que los cineastas y productores accedan con mayor facilidad a un mercado doméstico y exterior, y a partir de ahí se genere la industria y, posteriormente, trabajo para ellos, bienestar para los consumidores, y, por qué no, un realce del Perú en términos artísticos a nivel latinoamericano y luego mundial.
Sexto Acto
Tampoco es que el Estado regale el dinero. Los premios más importantes en los concursos de CONACINE (fases de Producción o Postproducción para largometrajes, por ejemplo) exigen que los cineastas ganadores entreguen, al vencimiento del contrato, una copia final en celuloide de la película premiada, copia que cuesta... prácticamente el premio obtenido, terminando esa copia en el archivo estatal. ¿Qué ganan realmente los cineastas? Es principalmente la posibilidad de conseguir coproductores, financistas, fuera del país. Poquísimas personas mostrarán interés en tu proyecto si antes tu propio país no te ha ofrecido el apoyo. Es elemental. El dinero que otorga el Estado resulta entonces un estimulante para que el proyecto empiece a marchar y no un dinero que sirve para que alguien se dé unas buenas vacaciones.
Séptimo Acto
Por otro lado, si bien no abundan los técnicos audiovisuales, existe una significante diversidad –que se hace mucho mayor con el paso de los años- como para esperar que el fondo estatal vaya siempre a los mismos cineastas, a las mismas empresas productoras, al mismo “grupo de amigos” –como repiten algunos-.
Octavo Acto
Desde luego, la construcción de un puente no sirve de nada si el café que produce la comunidad amazónica es de pésima calidad (¿quién entonces lo consumiría?) En el caso de nuestro cine, es evidente que existe un interés a nivel internacional (los recientes premios para Josué Méndez y Claudia Llosa con el World Cinema Fund de Berlín es una buena prueba). Sin embargo, de ahí a creer que el cine peruano está en un momento espectacular deviene en el permanente autoengaño que cuestionamos desde la creación de esta página. En realidad, tener como voceros a ´Chicho´ Durant o a Eduardo Mendoza ¡son buenos motivos para no apoyar la campaña!
Sin embargo, deseamos que vengan buenas noticias y por un motivo mucho más sencillo de explicar: con mayor apoyo, existe la posibilidad de lograr que el cine peruano se haga realmente trascendente a nivel mundial. Sin ese apoyo, las esperanzas ni siquiera existirían.
Noveno Acto
Como ustedes recuerdan, creemos que de nada servirá obtener los fondos si no existe en nuestros cineastas las ganas de ofrecer nuevas expresiones, más importantes, más honestas, más inteligentes de las mostradas hasta ahora. Lamentablemente, la historia no acompaña al CONACINE. Desde Ciudad de M hasta Imposible Amor, desde Django, la otra cara hasta Mariposa Negra (premiada en el último concurso) más han sido los errores que los aciertos en los concursos de CONACINE. Pero estos errores no invalidan la idea que se sostiene de por qué financiar al cine, sino más bien el mecanismo de elección de ganadores, y ese es otro cantar.
¿Último? Acto
La ley lo exige. He ahí suficiente motivo para que el gobierno cumpla con el pago. De todas maneras, se han formulado mucho más razones para que todos se convenzan de apoyarnos: Refuerza nuestra identidad, fomenta el turismo… ¿Eso significaría entonces que CONACINE deberá premiar a las películas que hagan del análisis social un requisito previo incluso a su propio argumento y/o a las que aprovechen nuestras regiones como postales turísticas?
Una vez más… ¿Qué cine tenemos? ¿Qué cine queremos? Muertos de la duda, conversamos con Carlos Fernández, uno de los actuales directivos de CONACINE, en una valiosa entrevista que ustedes podrán leer al final de esta edición. También les ofrecemos un especial que será la delicia de nuestros estudiantes de Comunicaciones: cómo se prepara una película en nuestro país, desde la etapa de planificación, escritura de guión, hasta la post producción y posterior distribución de una película. En esta primera parte, conversamos con Enid “Pinky” Campos, quizá la productora más exitosa del momento. Además, nuestras opiniones sobre los últimos estrenos de cine nacional que pudimos apreciar: La Prueba, de Judith Vélez, Talk Show, de Sandro Ventura, y Mariposa Negra, de Francisco J. Lombardi, así como de las películas que más nos gustaron del Festival de Cine Europeo.
Noveno Acto
Como ustedes recuerdan, creemos que de nada servirá obtener los fondos si no existe en nuestros cineastas las ganas de ofrecer nuevas expresiones, más importantes, más honestas, más inteligentes de las mostradas hasta ahora. Lamentablemente, la historia no acompaña al CONACINE. Desde Ciudad de M hasta Imposible Amor, desde Django, la otra cara hasta Mariposa Negra (premiada en el último concurso) más han sido los errores que los aciertos en los concursos de CONACINE. Pero estos errores no invalidan la idea que se sostiene de por qué financiar al cine, sino más bien el mecanismo de elección de ganadores, y ese es otro cantar.
¿Último? Acto
La ley lo exige. He ahí suficiente motivo para que el gobierno cumpla con el pago. De todas maneras, se han formulado mucho más razones para que todos se convenzan de apoyarnos: Refuerza nuestra identidad, fomenta el turismo… ¿Eso significaría entonces que CONACINE deberá premiar a las películas que hagan del análisis social un requisito previo incluso a su propio argumento y/o a las que aprovechen nuestras regiones como postales turísticas?
Una vez más… ¿Qué cine tenemos? ¿Qué cine queremos? Muertos de la duda, conversamos con Carlos Fernández, uno de los actuales directivos de CONACINE, en una valiosa entrevista que ustedes podrán leer al final de esta edición. También les ofrecemos un especial que será la delicia de nuestros estudiantes de Comunicaciones: cómo se prepara una película en nuestro país, desde la etapa de planificación, escritura de guión, hasta la post producción y posterior distribución de una película. En esta primera parte, conversamos con Enid “Pinky” Campos, quizá la productora más exitosa del momento. Además, nuestras opiniones sobre los últimos estrenos de cine nacional que pudimos apreciar: La Prueba, de Judith Vélez, Talk Show, de Sandro Ventura, y Mariposa Negra, de Francisco J. Lombardi, así como de las películas que más nos gustaron del Festival de Cine Europeo.
Les damos la bienvenida a nuestros nuevos -y excelentes- redactores Alberto Angulo, Robinson Díaz, César Guerra y, desde Buenos Aires, Claudia Von. Les agradecemos la confianza al compartir sus textos con nosotros a partir de este número.
Y antes de todo lo anunciado, una noticia feliz. Ajústese en su asiento, incluya esta página entre los Favoritos de su computadora y lea con atención la siguiente entrevista.
LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA
7 Comments:
At 1:38 PM, Anonymous said…
No son 7 millones al anho La deuda de todos los anhos juntos suma alrededor de 7 millones Cuidado con el dato
At 4:23 PM, La cinefilia no es patriota said…
"Dato" extraido de la página del Instituto Nacional de Cultura:
"El presupuesto anual que requiere el CONACINE para cumplir con los concursos y otros objetivos, incluyendo los gastos de funcionamiento, asciende aproximadamente a la suma de S/. 7'000,000 nuevos soles según Ley 26370."
http://inc.perucultural.org.pe/conacine.shtml
At 12:49 PM, Anonymous said…
Muy bien el artículo, pero qué pena que digas eso de Chicho y de Eduardo. No porque sean o no sean buenos cineastas, sino porque están trabajando fortísimo por la campaña (para todos).
Y ojo, un país tiene el cine que tiene porque no hay más que eso. Así haya mal cine, es importante que haya cine peruano... es parte de nuestro registro, nuestras preocupaciones como país... Eso es lo que va a quedar. Pero esperar que todo el que hace cine haga buen cine, es como esperar que todo escritor sea bueno, o que todos los críticos lo sean (dicho sea de paso, sería genial hacer crítica de las terribles críticas llenas de adjetivos que pululan por nuestro país, y que no dicen en realidad nada más que, me gustó o no me gustó, puffff...)
Otra cosa, está bien criticar y hay que ser muy agudo en ello, pero separa la obra del realizador. Mendoza recién está empezando, el cine es 80 porciento oficio... No puedes tachar a alguien porque haya hecho una película que no están dentro de tus gustos estéticos o morales, o porque no haya funcionado bien (Ojo, Mañana te... ha tenido una taquilla increíble, por el lado del público ha funcionado, y no creo que haya querido ser una obra maestra).
Claro que puedes criticar la película, puedes darle con todo el palo que quieras (con argumentos, claro está), pero para qué ensañarte con el realizador, ¿qué te ha hecho?
No es suficiente que alguien haya hecho una mala película para maltratarlo. Además, te aseguro, con criticar su obra este se va a sentir mucho peor (si los argumentos son coherentes).
Es una pena que un artículo tan serio como el que has escrito tenga ese comentario. Le quita peso y no venía a cuento.
Bacha Caravedo
At 11:06 PM, Anonymous said…
Apreciado Bacha,
este blog tiene muchas cosas por mejorar. No hay duda y ahora que viene Diciembre, aprovecharemos nuestro balance de fin de año para hacernos una larga lista de autocríticas. A causa de este número hemos recibido muchos e-mails llenos de sospechosas felicitaciones, así como otros correos anunciando lo decepcionados que hemos dejado a algunos lectores que buscan seriedad en nosotros. Esto, como te digo, lo estamos evaluando permanentemente y no tendremos reparos en corregirnos, y hasta disculparnos si es el caso.
Por lo pronto, puedo decir que me encantaría saber qué otras actividades vienen preparando las personas involucradas directamente en la campaña a favor del cumplimiento de la Ley del cine. Quizá eso cambie mucho la perspectiva de la opinión lanzada sobre los directores en cuestión. Como afirmas con mucha razón, una actividad como la cinematográfica (o la matemática o la literata) no solamente depende de sus "creativos", sino también de sus "artesanos".
De todas formas, mucho más logros conseguirían pensando y repensando sus siguientes obras. Supongo que ellos mismos se ven más como cineastas que como dirigentes. ¿Una buena película es mejor propaganda que cinco reuniones con el gremio? Quizá. Discutámoslo abiertamente.
Te agradezco tus comentarios y repito, hay autocríticas pendientes y haremos las necesarias para que los últimos doce meses que tenemos de vida sean cada vez más exigentes.
Un abrazo,
Fernando
At 9:37 AM, Anonymous said…
Amigos del blog,
me he pasado dos días buscando una edición de Butaca Sanmarquina (ése creo que es el título completo de la revista) donde el señor Raùl Zevallos escribe un artìculo que se puede emparentar con èste, a pesar de tratar otros temas. Les copio algunos fragmentos:
SI ES TAN CORTO, QUE TENGA UN POCO DE AMOR (escrito tras el concurso de cortos hecho por Conacine)
¿Qué pasa con el corto peruano actual?
El diagnóstico que uno hace a primera vista es que la actividad existe, respira y se mueve, aunque claro, sobre todo en los niveles socio económicos más acomodados.
Si uno se limita a considerar las bases materiales solamente, ese florecimiento cuantitavio no tiene aparente explicación, porque no hay un sistema bien establecido de distribución-difusión. No asbemos que exista un mercado para el corto peruano ¿o sí?
...Pero cuando pasamos al examen cualitativo, el resultado no es tan satisfactorio: del centenar de producciones que se presentaron al último concurso de cortos, no más del quince por ciento expresan una búsqueda expresiva o evidencian por lo menos un trabajo artesanal minucioso que ya implica alguna forma de disfrute de la propia ejecución (es aproximadamente el mismo número de cortometrajes que recibieron algún premio).
La mayoría de trabajos restantes se limitan a cumplir con el ejercicio formal de algún curso yen varios casos se trata de esfuerzos apresurados, hechos a última hora, para tentar suerte en el concurso. Entonces, resulta que, después de todo, los cortos peruanos actuales sí tienen un mercado: el mercado de los concursos.
... En un auditorio de San Marcos hemos tenido a un joven realizador que dijo, posiblemente con legìtimo derecho: "Yo sólo quiero hacer cine, a mí no me hablen de otras cosas". Aunque esa actitud no es necesariamente censurable, debe ir acompañada con el reconocimiento de que el cine que se está haciendo de esa manera, aquello que demanda tantos afanes y endeudamientos, no les pertenece completamente, y que màs bien tiene mucho de calco y de copia.
¿Es ese cine el que pide una ley que lo proteja? ¿Para qué pedir la palabra o la tecnología, si no hay algo interesante que decir?
Estamos convencidos de que un cine joven no puede nacer domesticado y manso, no puede crecer arrodillado y obediente, a la sombra de amos innecesarios, mostrando como única "rebeldía" la estridencia de algunos temas y estilos copiados malamente, o la sonoridad de algunas vulgaridades propias de hijitos de papá con demasiado tiempo y dinero, pero con escasísimo talento. Si este cine decide vender su alma, que lo haga por lo menos a buen precio.
At 11:17 PM, Anonymous said…
Fernando! no te disculpes!!!
Que Eduardo Mendoza siga trabajando fuertemente por la campaña y que después siga con trabajos para la comunidad... se lo exigimos.
y que Jason Day barra las calles con Jaime Bayly.
At 12:59 PM, Anonymous said…
Si empezamos a enjuiciar a todos nuestros supuestos artistas, deberíamos poner -por ejemplo, es un decir- a Fernando Ampuero no solamente barriendo las calles sino también limpiando las playas. Aunque sea las del sur. Felizmente, hay crímenes que necesitan una atención real (la pobreza, la contaminación y un largo etcétera).
Estimada Malena, tú que cantas el tango con voz de sombra, creo que el asunto no va por pedir disculpas o no (no creo que por escribir una opinión muy personal -y seguramente, por lo mismo, discutible, haya que asustarse tanto). Aquí no pretendemos callar solamente para que nuestros textos parezcan más objetivos/serios/convincentes. Si a alguien le parece que lo son, es justamente por su subjetividad, porque nos interesa muchísimo lo que sucede con nuestro cine.
Defiendo la campaña, la he venido discutiendo con periodistas, gente allegada a la política y con economistas. Y aplaudo a la gente que está cien por ciento involucrada con ella. De hecho, creo que se vienen buenas noticias pronto.
Si, a causa de ello, alguien se ofenda por opiniones aquí vertidas, pues tiene todo el derecho de expresar su incomodidad. Y en caso haya algo que rectificar, se hará.
Contra lo que digan mis amigos, no creo ejercer el oficio de "crítico". Mis preocupaciones no van por ahí. Pero si podemos emitir juicios sobre algunas obras, mal haríamos en no permitir que hagan juicios sobre nosotros. No puedo entender el oficio de la crítica sin que sean los críticos los primeros en recibir cuestionamientos. ¡Impensable!
Por el momento, no creo que haya motivo de disculparse con nadie. Es como pedirle al creador de "Doble Juego" o al de "Mañana te cuento" que se disculparan por sus películas. No tienen por qué hacerlo, ¿no?
Un abrazo,
F.
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