LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Tuesday, January 31, 2012

CINE INDEPENDIENTE: ¿DE QUÉ? POR MANUEL SILES.


El debate en el Perú sobre cine independiente se ha centrado principalmente en dicha etiqueta que, por eso mismo, se ha visto insuficiente para referir a un cine que se distingue del que de forma habitual se ha hecho con ayudas del Estado, sobre todo al amparo de la actual “Ley de Cine Peruano 26370”.

Los mejores argumentos apuntan a la génesis del término, señalando acertadamente que su aparición es con respecto a las grandes productoras norteamericanas, llamadas Majors y, dado que aquí no existen ni industria ni grandes productoras que constriñan a los realizadores, por lo que en realidad cada cual puede optar libremente por realizar la película que le parezca, todos somos cineastas independientes, por lo menos en el Perú. Aunque en ese caso nuestra independencia sería con respecto a nada o a nadie.

Es interesante porque, aunque al parecer esa postura tendería a igualar en estatus a todos los cineasta peruanos, en la práctica ha conseguido todo lo contario, desterrando de las ayudas del Estado a un número cada vez más creciente de realizadores que no han tenido espacio ni suerte en la repartición de dichos apoyos, y que no la van a tener como las cosas sigan igual.



Esto ha ocurrido porque, entre otras razones, si todos somos cineastas independientes, es decir iguales, todos buscamos lo mismo y, por consiguiente, debemos competir por lo mismo, obligándose de esta manera a participar a todos los cineastas en concursos donde los criterios principales de evaluación son el examen del guión, sus posibilidades de público y la viabilidad económica del proyecto. Hay que añadir que los cineastas peruanos independientes de la gran industria norteamericana de cine suponen, y no hay fuerza sobre la faz de la tierra que les haga cambiar de parecer, que los otros cineastas peruanos que quieren usurparles el nombre, al igual que ellos, lo que buscan es que sus películas sean éxitos de taquilla.

Obviamente, con ese principio, la mejor manera de revisar un proyecto es atender al guión, sus posibilidades de público y su viabilidad económica, y no existe razón para cambiar esto.

Eso no es todo, un grupo recalcitrante se pregunta a viva voz y con evidente fastidio ¡¿Qué es eso de cine independiente?! Cuándo no. ¡¿Qué es esa vaina?! ¡¿Y por qué quieren un concurso especial?! ¡Qué compitan con todos y si son buenos ganarán, y si no en vez de quejarse que se pongan a estudiar!

¿Qué es esa vaina? Es precisamente lo que hasta ahora no se ha logrado definir muy bien y lo que hace que muchas de las personas que se interesan en el tema (en vez de entrar al tema) se agoten en interminables debates semánticos. Muy conveniente, por cierto, si de lo que se trata es de evitar pronunciarse sobre el fondo de las cosas, a saber, si estos cineastas merecen un concurso de discriminación positiva.



Y sin embargo, al margen de la etiqueta, que en realidad podría ser cualquiera siempre que sepamos de qué y de quiénes estamos hablando, hay algunas cosas objetivas que hacen reconocibles estas propuestas más allá de las comprensibles diferencias estéticas. Una de ellas es el guión.

La mayoría de estos cineastas no trabaja con guión alguno, sino con conceptos que sugieren a sus actores, marcando los márgenes que delimitan el espacio para la improvisación. Lo mismo hacen respecto de la dirección de fotografía. Y los que sí acuden a un guión literario (por ejemplo yo) no lo usamos para demarcar la realización por una ruta de la que no se pueda salir, sino como una guía que ordena nuestras ideas y nos recuerda en qué parte del proceso estamos. Es decir, no hay por qué esperar que el resultado final se parezca necesariamente a dicho guión. En realidad es un disparate suponer semejante cosa y solo indicaría que la película fue fallida deslizándose por la ruta del cine convencional, muchos de cuyos trabajos son realmente valiosos, que no hay que descalificar per se, pero que pertenecen a una concepción distinta del cine.

Felizmente siempre es posible que nuestra próxima película sea mejor, es decir distinta del guión.

De manera que pedirle a un cineasta de éstos que compita en un concurso en donde se van a evaluar guiones es no sólo una burla sino una pobre excusa para decir que el concurso es democrático y que todos tiene las mismas posibilidades de ganar. Mentira, sólo tienen esas posibilidades los cineastas que trabajan con guión.

Con mejor voluntad se ha dicho que en el pitch se podría subsanar esta situación, pero lamentablemente eso tampoco es cierto frente a un jurado preparado para juzgar guiones. Podemos imaginar cómo sería un diálogo con un jurado imparcial y poseedor de la mejor disposición pero que ignorara este tipo de cine: A ver Siles, díganos, ¿cuál es el sentido de la secuencia que va de la escena 24 a la escena 27 de su guión? Bueno, señor jurado, eso depende del espectador, de su biografía, de los libros que ha leído, de la experiencia que durante… No pues Siles, no ha entendido la pregunta, me refiero a cuál es el sentido que tiene para usted. ¡Ah! En efecto, no había entendido, de hecho nunca he entendido qué relevancia pueden tener los subtextos del director en cómo el público percibe una pelic… Ejem, por favor limítese a responder la pregunta. Por supuesto, señor jurado, ehhh, no tiene ningún sentido, como no tiene ningún sentido la vida misma, pero mi biografía es algo confusa y errática y está probado que mi madre no me dio de lactar el tiempo suficiente, pero, señor jurado, ¿es inevitable esta información? No, señor Siles, es muy evitable, muchas gracias por todo ¡Siguiente candidato, por favor!





A esto añadiríamos que a falta de guión es imposible calcular con exactitud la viabilidad económica del proyecto y que si el sentido de la película depende de la biografía del espectador, es decir, parafraseando a mis maestros Yuyachkani, la película busca encontrarse no con consumidores sino con interlocutores, ya podemos imaginar qué suerte van a correr esta clase de propuestas en dichos concursos. Y no tendría por qué ser de otra manera, por lo menos yo no encuentro que la responsabilidad por esta situación corresponda a los jurados ni que tenga que haber necesariamente mala fe en ellos, sencillamente están convencidos de que existe una sola forma válida de hacer cine, la suya, y de que el resto tiene que terminar sus estudios para hacer el cine que ellos hacen y premian. Mejor dicho, no podía ser de otra manera, los jurados también tienen su propia biografía.

Muy bien, con respecto a esta forma de pensar y de hacer cine, y a este tipo de concursos, es que los nuevos cineastas se declaran independientes.



Pero todavía queda flotando la pregunta ¿Por qué “estos” cineastas independientes merecen un concurso especialmente diseñado para ellos? Si tienen esa forma particular de hacer cine que no se puede juzgar, si no les interesa el público, y no les interesan los concursos del estado ¿Qué reclaman?

En verdad es difícil encontrar en esta manera de formular la pregunta sólo desconocimiento, en este caso es más factible pensar en mala fe, puesto que esas obras sí se pueden juzgar aunque no desde el guión sino una vez terminadas y no con los parámetros del cine peruano independiente de la industria norteamericana, sino con los propios; del mismo modo que no es cierto que no haya interés por el público sino que no se le ve como a un consumidor del mercado y sí como a un creador que puede ser exigido; y hay tanto interés por los concursos del Estado como para pensar que deberían ser para todos y no sólo para unos cuantos y un único tipo de cine.

No deja de tener su lado divertido pues la misma pregunta también se puede aplicar a los cineastas peruanos independientes de la industria norteamericana ¿Por qué ellos merecen un concurso de ayudas del Estado para hacer su cine? En un Estado Liberal el cine es un producto más que se ofrece al mercado. Si yo quisiera fabricar, por ejemplo, focos de luz que consuman menos energía y sean más baratos para atender las zonas de extrema pobreza ¿el Estado financiaría mi proyecto sin exigirme la devolución del dinero? Pues la respuesta es no, tan sencillo como eso. ¿Por qué los cineastas merecen otro trato?



En realidad, como la mayoría sabe, yo creo que el Estado está en la obligación de financiar a los cineastas y lo he defendido muchas veces por escrito y en debates públicos y lo voy a seguir haciendo. No voy a agotar (más) a los lectores con la enumeración de razones que ya todo el mundo maneja y comparte en su mayoría y que además demandarían un nuevo artículo.

He señalado la pregunta (como he hecho otras veces) porque me parece interesante considerarla cada vez que un cineasta peruano, que cree que merece apoyo del Gobierno para realizar su película, pregunta por qué El Estado debe ayudar con un concurso especial al así llamado nuevo cine independiente. Pues la respuesta es: exactamente por las mismas razones que hay para que te ayuden a ti.







10 Comments:

  • At 4:19 PM, Anonymous Anonymous said…

    Las cosas para existir necesitan un límite. Sin guión, no hay presupuesto y, sin eso, ¿cuánto debe darte el Estado?
    Raúl Del Busto consiguió interesar a Reygadas en su proyecto. ¿Por qué en vez de gastar energía en este artículo tan prejuicioso y mal informado, no se dedican a aterrizar sus proyectos como lo hizo Del Busto?
    No estoy contra el cine "distinto". Estoy contra el cine "malo" (vi algo de ese Nuevo Cine Peruano y es malo, aunque no por eso puedo asumir que todo es así).

     
  • At 5:18 PM, Anonymous Carlos said…

    Dejen de soñar amigos. ¿Acaso existe un debate ya no sobre cine independiente; sino sobre cine a secas en el Perú? ¿En que país viven? Acá la cultura siempre será la última rueda del coche. A nadie le importa.

     
  • At 9:49 AM, Anonymous Manuel Siles said…

    Estimado anónimo de las 4.19, efectivamente, como usted dice, sin guión no hay presupuesto, de manera que es imposible que esos cineastas puedan competir en concursos donde se juzga el guión y la viabilidad presupuestaria del proyecto. Raúl del Busto ganó el concurso de post, de modo que se evaluó su película, si no terminada, sí grabada con por lo menos un buen primer corte, cuando se presentó al concurso de guión y presupuesto no ganó. Es precisamente por las razones que usted expone mejor que yo, que debería haber concursos diferenciados para ese cine independiente. Ya ha ocurrido, se han programado, y lo que se juzgaría serían las pelas terminadas, no guiones, que muchas veces no hay, ni presupuestos que tampoco se pueden hacer con rigor. He evitado referirme a estética en mi artículo porque no creo que el estado deba premiar sólo las películas que a mí me gustan, pero le confieso que coincido con usted también en eso, aunque usted me parece un poco tímido. En realidad yo pienso que el cine peruano en general es muy malo, malísimo (y, como usted, no por eso voy a asumir que todo es así), pero esa es una razón más para apoyarlo. Nuestro cine debe mejorar, todo nuestro cine, no solo el que le gusta a tal o cual. Gracias por comentar.

     
  • At 10:01 AM, Anonymous Manuel Siles said…

    Bueno, estimado Carlos, a mí me importa, y por lo que veo, a ti también, de manera que no veo problemas con soñar un poco, sobre todo si después trabajamos para llevar esos sueños a la realidad. Por lo pronto el viernes 10 se lanzó el cronograma de concursos del DICINE y estaba incluido uno para cine independiente con tres premios de 40,000 soles cada uno. Parece mentira, pero es cierto, lo más increible es que eso, que comenzó siendo el sueño de solo un par, ahora es una realidad que beneficiará un sector hasta la administración anterior siempre marginado. Gracias por tu comentario.

     
  • At 6:36 PM, Anonymous Carlos said…

    Manuel, a mí me importa y a tí también. ¿Y? ¿Qué ganamos diciendo eso en un blog que nadie lee como este? ¿El estado nos va a dar plata por ello? ¿Recibiremos algún premio? No seas ingenuo, por favor.

     
  • At 6:21 PM, Anonymous Manuel Siles said…

    No se trata de que nosotros específicamente ganemos algo, menos algo así como plata por decir lo que pensamos, sino de provocar con el intercambio de ideas una forma distinta de ver las cosas. Yo creo que ésto sí es posible. La prueba que doy es que, por lo pronto, ya se ha programado un concurso para cine "Independiente o Experimental". Eso no significa que "yo" halla ganado algo en términos personales. Significa que el cine peruano tiene un nuevo espacio de desarrollo con apoyo del Ministerio de Cultura. Espacio que antes no existía. En ese sentido, todos hemos ganado, no solo esos cineastas.

     
  • At 4:16 PM, Anonymous Carlos said…

    Manuel. date cuenta que yo me pregunté: "¿El estado NOS va a dar plata por ello?" refiriéndome a la comunidad cinematográfica.

    Sobre el concurso que mencionas, ¿ha sido publicitado en medios?, ¿alguien se ha enterado?, ¿quién lo convoca?, ¿dónde están las bases? Podemos hablar, comentar, cruzar opiniones; pero ¿a quién estamos llegando?. ¿Crees que la simple convocatoria a un concurso cambia las cosas? Para eso faltaría que el público realmente se interese, que la producción se fortalezca y se consolide una industria sólida. Mientras eso no ocurra, lamentablemente no estamos llegando a nada, ABSOLUTAMENTE A NADA.

     
  • At 9:21 PM, Anonymous Manuel Siles said…

    Por supuesto que se ha publicitado. Se ha hecho de la misma manera que se publicitan todos los concursos que convoca el DICINE.

    Respecto al otro punto, estoy de acuerdo. Eso no se resuelve con un concurso ni con miles de ellos. Por supuesto no por eso vamos a elminar los concursos. Por lo pronto el DICINE acaba de publicar un borrador del proyecto de ley de cine que podría aportar algo al respecto. Pero tampoco una ley sola resuelve las cosas, sin embargo ayuda muchísimo.

    En verdad no entiendo cuál es tu punto ¿No hacer nada? Bueno, si es tu posición me parece que no tengo derecho a criticarla. Del mismo modo a ti tampoco te molestará que yo intente aportar alguna idea. Saludos.

     
  • At 5:52 PM, Anonymous Carlos said…

    Manuel, mi posición es que lamentablemente por más cosas que se hagan; en el Perú nada va a cambiar mientras nuestra población prefiera ver "Al fondo hay sitio" que disfrutar de un libro; mientras no se mejoren las políticas educativas; mientras no se establezca un plan general de cultura de cara al Bicentenario y más allá; en suma mientras la cultura (en todas sus facetas) siga siendo la última rueda del coche. Es lo que expresé desde mi primera respuesta. No le veo lo complicado.

    Saludos cordiales.

     
  • At 10:34 PM, Anonymous Carlos said…

    Oigan, publiquen mi comment ps. No sean pendejos. Yo gané esta discusión.

     

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