LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Sunday, August 01, 2010

NOTAS DE RODAJE DE UNA PELÍCULA RUSA -DESDE MALLORCA- (3). POR FERNANDO VÍLCHEZ.



TERCERA SEMANA



Quizás esperaba a un equipo concentrado, ilusionado de "hacer cine", con cierta mística en los ojos, deseosos -necesitados- de disfrutar en la creación de cada plano, de cada sonido.

Pero no.

Lo mejor que puede pasar es que todos sean profesionales, hagan bien su trabajo, se concentren en tanto les sea posible y no ocasionen ningún desastre, aportando de cuando en cuando alguna grata idea. O sin aportarla, pero cumpliendo el trabajo. Eficiencia.

La peor situación es que todos empiecen a esperar el final del día -y el final del rodaje- para volver a sus asuntos. Y, mientras tanto, surgen conflictos, críticas, rumores, enemistades.

Pero de igual manera surgen afectos, vínculos fuertes, bromas cómplices, alegrías sinceras.

Esto es lo que hay y no hay manera de dar marcha atrás una vez que el rodaje ha empezado. Al final todos quieren lo mismo: ser parte de una buena película. Algunos se esfuerzan más que otros, pero eso es normal en cualquier trabajo.

Solamente olvidarse de la mística.


*


No deja de sorprender el momento en que recordamos que no solamente se está haciendo una película, sino que todo un equipo está viviendo una experiencia conjunta, difícil, atractiva, enigmática.

Y como si fuera un reality ya visto, los humores empiezan a empeorar entre el grupo de gente que estamos instalados en casi toda la tercera planta del hotel. Pocos empiezan a mantener el buen humor del inicio. Han habido conflictos que inevitablemente trae rezagos de malestar.

Igor, por ejemplo, el dueño de la cámara, ya ha discutido con la Ayudante de Dirección porque cada día estamos rodando, no las doce horas planificadas, sino quince o dieciséis. Y cuando le dijeron que el día libre del miércoles se pasaba al viernes, explotó: Ya tenía entradas reservadas para ir al Acuario de Palma. Cisma a la vista.

Puede resultar absurdo, a la distancia. Pero no. Díganle a un ruso muy malhumorado que mañana no se va al acuario ni a la piscina, sino que debe cargar su cámara en una playa desierta, a la que solamente se arriba luego de una caminata pedregosa de 40 minutos bajo el sol.

La diplomacia no sirve para las largas temporadas.


*


Dmitry, a diferencia de Igor, hace todo lo que le dicen. Pero de mala gana. Es un steadycam que ha venido con todo su equipamiento en una gran maleta. Le están pagando mes y medio de estadía en Mallorca, aunque solamente lo han llevado al rodaje tres días (dolly rules).

Solo, aburrido, olvidado, sin nada que hacer, Dmitry se emborracha desde temprano en el hotel. A las nueve de la noche ya anda bastante ebrio y visiblemente amargado.

Hace unos días, España ganó un partido importante en el mundial y un mallorquín celebró la victoria demasiado cerca de Dmitry. Éste golpeó al muchacho de inmediato, por rabia, por envidia. Casi se lo llevan a la policía. Ahora me muestra orgulloso sus heridas de aquella batalla evitable. Está bebido.


*


De todas maneras, el caso más extremo es el de Sasha.

Su novia -bueno, amiga cariñosa, fuckfriend- acaba de decirle desde Moscú, por teléfono, que lo dejaba con él, que una relación a la distancia no iba con ella -a las tres semanas de separados, por Dios- y que prefería buscar a alguien que no tuviera este tipo de vida, con viajes y separaciones.

En esos momentos, yo me encontraba coordinando unos asuntos en el patio de la casa donde rodamos aquel día. Sasha salió al patio a continuar su discusión, para que nadie lo oyera. Sin necesidad de conocer perfectamente ruso, entendí cómo Sasha lanzaba gritos de despecho, reclamando algo que le parecía justo. A los tres minutos se puso a suplicar, a quebrar la voz. A los cinco minutos se echó a llorar.

Me pareció doloroso, pero también patético. Como ya había terminado de hacer mis coordinaciones, no me quedó sino volver los pasos y encontrarme con el reflejo devastado de Sasha. Marcaba una y otra vez el teléfono, pero parece que la ruski le había apagado el móvil. Imposible no sentirse solidario en momentos así.

Entre pucheros, Sasha dijo que no podía más, que abandonaba el rodaje, que mañana mismo se compraba el pasaje a Moscú, puto Moscú. Y seguía marcando al número, inútilmente.

Mejor era dejarlo solo. Ya cada uno tiene suficientes complicaciones como para andar aconsejando a rusos abandonados. Sin embargo, era un buen momento para lanzar algo que escuché en La noche americana, de Truffaut:

"Mira Sasha, no sé de qué va tu asunto pero esta situación te va a pasar siempre. Tienes que decidir: las personas o las películas. Si te vas ahora, te vas a ir siempre de cada rodaje al que te llamen por estas peleas. Así que decídete."


Sasha se quedó, naturalmente.




F.V.R.


Parte 1
http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2010/06/notas-de-rodaje-de-una-pelicula-rusa.html

2 Comments:

  • At 9:09 AM, Anonymous Anonymous said…

    Una duda, ¿te estan pagando o lo estas haciendo por amor al arte?

     
  • At 8:26 AM, Anonymous fernando vr said…

    Ambas, felizmente.

     

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