LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Wednesday, October 18, 2006

PINK FLAMINGOS (P.I)


PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE LA PELÍCULA MÁS ASQUEROSA DE LA HISTORIA

(Ensayo-Autoentrevista)



Por Mario Castro Cobos



O también: sobre cómo un sesudo crítico de cine considera, no sin una seriedad muy alegre, a Pink Flamingos (John Waters, 1972) como un triunfo histórico espectacular que, al no dejar un solo títere con la cabeza en su sitio (dinamitar la (in)moralidad conservadora es su especialidad), –produciendo en muchos espectadores el deleite o el rechazo más profundos–, toca, como quien no quiere la cosa, las raíces de varias de las más oscuras y siniestras enfermedades culturales que torturan a un Occidente achacoso heredero del Cristianismo y de la filosofía platónica.

Si la gente vomita al ver mis películas eso es para mí como una ovación de pie” (John Waters).


-¿Por qué escribir sobre Pink Flamingos?

¡No sé! Eso es lo mismo que me preguntaba yo el otro día… Lo primero que te diría es: ¡Porque sí! Por el puro placer de hacerlo. Sabes tan bien como yo que Pink Flamingos no es, y nunca será, una película cualquiera. Hay, incluso, quienes se atreven a no considerarla una película –por ejemplo, Roger Ebert–. Como ves, para algunos ni siquiera llega a película. A mí me parece, luego de varias visiones y revisiones a lo largo del tiempo, no sólo una buena película sino una gran película, es más: la colocaría sin ningún temblor manual entre mis cien favoritas si se me ocurriera en este momento hacer una lista… Esta obra, turba, conturba y perturba porque, tras su irresponsabilidad aparente y su escándalo evidente, responde de manera visceral y puntual a urgentes problemas todavía irresueltos de nuestra cultura… No confundir la llaga con el dedo. Mi problema es tratar de explicar un poquito mejor esto pero también hay otra cosa…

No pocas veces me ha pasado (y me sigue pasando) que entro en grandes sospechas cuando leo y pienso en los argumentos (o en la falta de ellos), tanto de los que la defienden como de los que la atacan, porque la odian o la aman, y entonces llego al punto de empezar a creer que ni los unos ni los otros han logrado percibir del todo su real valor e importancia, en una palabra, no han captado la idea que yace en el fondo del asunto, junto con, y más allá de la cósmica carcajada rabelesiana que es el acto delicioso de reírse (y de burlarse) de todo, encontrando así una fuente permanente de olvidada sabiduría. El mundo tomado seriamente como juego. El juego tomado seriamente como mundo. La crítica más aguda, desde la inocencia y la gloria del buen humor y la risa y la grosería y el “mal gusto.” Lo que es maravilloso, pero hay todavía más. Así que pensé que acaso yo podría intentar dar con un nuevo matiz, decir algo diferente.


-¿No se supone que, fruto de su momento y su circunstancia, y en la medida en que, con el correr de los años, los tabúes se han ido evaporando, el poder de perturbación de esta película también se evaporará, al fin y al cabo, quedando como una inofensiva y opaca y a lo más, entrañable curiosidad?

Me parece que deseas limitar la lectura de Pink Flamingos a película-límite o de choque, a simple status de ovni. ¡Y es un ovni! ¡Pero de otra forma! Te respondo. Lo dudo. De hecho, puedes ver que no ha pasado. Me parece evidente que todavía hace falta mucho para que la gente de veras se libere. ¿Acaso ha habido un cambio social tan grande que produzca una auténtica revolución moral? No es un tema que ni de broma haya sido superado. Tan grave es el asunto que el propio Waters ironiza (por supuesto, no se sabe, con exactitud, cuánto) al decir que ahora los fans de su película son, ya no los hippies y los yippies, sino gente de la derecha… Pienso que Pink Flamingos conserva sus “fluidos y sólidos” poderes prácticamente intactos, lo cual no constituye un elogio para la sociedad que juega a celebrarla sin comprenderla en realidad. Ya que supera largamente la mera travesura. Waters es un educador de los jóvenes.

Wittgenstein nos recuerda, con su sagacidad habitual, que un libro de filosofía podría construirse exclusivamente con preguntas o con chistes. Eso y no otra cosa digo yo de la película que nos convoca: son preguntas (si se quiere brutales, pero no impertinentes), en forma de chistes. Chistes que cuestionan, que “dicen lo que no se puede decir” o que “muestran lo que no se puede mostrar”, de manera festivamente radical. Esto no tiene nada de gratuito, es de una audacia extraordinaria, algo sensacional. Risas que hacen preguntas. Preguntas que se ríen.

-Centrémonos (o al menos tratemos). ¿Cuál sería entonces, a fin de cuentas, luego de tu pequeña investigación, el valor que esta película tiene para ti?

O.K. Si quieres podría, para efectos de un análisis mínimamente lógico, dividir mi respuesta en cuatro partes:

1) El valor que de hecho tuvo en su propia época (aunque, si una obra sigue viva es al mismo tiempo de “su” época y de todas), esto es, situarla en su contexto cultural de manera muy precisa. Y observar su genealogía y su irradiación.

2) El valor que puede tener, y de hecho tiene, en la época actual, o sea, qué es lo que nos está diciendo aquí y ahora, en diálogo con nuestros propios problemas urgentes y cotidianos; públicos y/o privados.

3) De manera más íntima y personal, el valor que tiene para mí al momento mismo de escribir estas improvisadas (en sentido jazzístico) líneas.

4) Lo que recuerdo haber sentido (pensar lo que se dice pensar mucho no pude) cuando la vi por primera vez (desde antes de verla por primera vez supe que la primera no iba a ser la última).

Por supuesto, las respuestas se entrecruzan y se invaden mutuamente, no creo que haya problema con eso. Pero, como desarrollar esto me parece taaaan aburrido, mejor se lo dejo a otros que lo pueden hacer mejor que yo; así que responderé sólo la última pregunta.

9 Comments:

  • At 11:26 AM, Blogger Unknown said…

    Genial autoentrevista, aunque un poco larga. Ahora TENGO que ver esta película. ¿Dónde la consigo? ¿Polvos? Si pueden, díganme el stand por favor jaja.

     
  • At 10:02 PM, Anonymous Anonymous said…

    A mí me la jugaron, no la tuve que buscar. Prometo averiguar.

     
  • At 7:59 PM, Anonymous Anonymous said…

    EGO EGO EGO... Mario Castro Cobos es un personaje abundante en EGO. Eso y un poco de conchudez falta en nuestra crítica nacional. Salud.

     
  • At 10:12 PM, Anonymous Anonymous said…

    NO TE CREAS NO TE CREAS NO TE CREAS... Mi estimado José. Como soy a veces el lobo estepario, tuve que entrevistarme a mí -era la persona que tengo más a la mano-. Además, fue duro, realmente no sabes el trabajo que me costó convencerme.

    También está el hecho de que mis escritos y yo no somos exactamente lo mismo. Porque de ser así, el enigma de la identidad ya hubiera sido resuelto. No aspiro a tanto.

    Celebras mi conchudez. Gracias. Mi conchudez nada es, es la conchudez de Waters la que sé que tú y yo y todos celebramos.

    Salud por eso mi estimado.

     
  • At 7:40 PM, Anonymous Anonymous said…

    Salud, y que sigan viniendo.

     
  • At 3:26 PM, Anonymous Anonymous said…

    pink flamingos pasaje 18

     
  • At 1:24 AM, Anonymous Anonymous said…

    Pongan cine porno que también es cine, amos. si ke sí :D

     
  • At 12:13 AM, Anonymous Anonymous said…

    garganta profunda, por ejemplo...

     
  • At 2:38 AM, Anonymous ARCHITECTO-INIGUEZ said…

    exelente aportacion, recientemente vi pink flamingos, sin tener alguna nocion de esta, soy aficionado a cine de culto, y apenas conozco de este pero dia a dia sigue sorprendiendome y atrapandome en su grandiosa magia, y no puedo negar q pink flamingos rompio todos mis esquemas, y aunque mi primera impresion fue muy negativa, me impulso a investigar el como y el por q de esta GRAN pelicula, definitivamente es una pelicula de todos los tiempos, al parecer nuestra sociedad mas q cambiar se ha estancado...
    gracias por el muy buen ensayo

     

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